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La marea roja tendría sus días contados: evento actual iría en declinación

23 May 2016

Afirman oceanógrafos de la Escuela de Biología Marina de la UV.

En pocas semanas más el evento de marea roja desarrollado en los meses de verano debería terminar, dado que la llegada del invierno sería clave para el cambio de las variables que condicionaron su presencia nociva en el sur del país. Así lo anunciaron oceanógrafos de la Escuela de Biología Marina de la Universidad de Valparaíso.

Además, los académicos afirmaron que el proceso va en declarado retroceso y por lo tanto tendría sus días contados, proyectando de esta manera el futuro escenario de una zona que ha debido enfrentar el impacto de una de las crisis ambientales y sociales más importantes de las últimas décadas.

Con datos en la mano, el profesor Mario Cáceres, oceanógrafo físico y académico de la UV, sostuvo que el Fenómeno del Niño estaría en franca declinación y ya habría anuncios de que en los próximos tres a cuatro meses va a estar declarado el inicio del Fenómeno de la Niña.

“Eso significa que podrían presentarse condiciones opuestas a lo que ha estado ocurriendo durante el actual evento El Niño. Es decir, podrían presentarse aguas más frías en la costa y menos lluvias en el territorio nacional, como sucede típicamente frente a un fenómeno La Niña. Sin embargo, todos los eventos son distintos, pueden ser más o menos intensos”, advirtió.

Ante la consulta de si eso significa que con la llegada del invierno se va a acabará la marea roja, el profesor Cáceres respondió afirmativamente. “Sí. La marea roja es una proliferación algal, que necesita de la luz solar para su desarrollo. Como ya estamos pasando el período de abundante radiación, después de esta etapa el proceso declina totalmente”, aseguró.

El profesor hizo un llamado a la calma, porque según dan cuenta las imágenes satelitales que analizó, la marea roja estaría en su fase de decrecimiento.

“La marea roja efectivamente está declinando y la proliferación de Alexandrium catenella va a pasar “, señaló en referencia a la toxina que provoca parálisis muscular, la que a su vez podría llevar a la muerte por parálisis respiratoria, compromiso cardíaco y del sistema nervioso central.

El profesor Manuel Castillo, también oceanógrafo y académico de la Escuela de Biología Marina UV, coincide en que el proceso ya habría desarrollado su máximo potencial y debería comenzar a declinar y que en parte la crisis medioambiental en Chiloé respondería a un proceso oceanográfico denominado por los científicos como “surgencia”.

“Yo creo que lo que está pasando es un proceso intenso de surgencia en la zona, que es un fenómeno típico del periodo de primavera-verano”, precisó.

Tal como lo explicó el académico, la surgencia es un fenómeno oceanográfico en el cual el viento transporta aguas costa afuera, las que son reemplazadas por que afloran a la superficie desde niveles más profundos. Si bien las aguas más profundas son más frías y contienen más nutrientes, contienen niveles bajos de oxígeno y podría provocar el deceso de algunas especies más sensibles a los cambios del contenido de oxígeno.

“Entonces, si tienes más nutrientes, pero con menos cantidad de oxígeno, los organismos de baja movilidad (o que no pueden desplazarse rápidamente) pueden morir sofocados, porque estos organismos también respiran oxígeno. Datos satelitales de temperatura y clorofila superficial de diez años muestran que la zona ha presentado un proceso de surgencia activa durante el primer trimestre del año y que este proceso se ha visto intensificado ahora último por fenómenos de escala de cuenca oceánica como El Niño, el cual también se encuentra en un escenario de cambio climático global”, aseguró.

El profesor Castillo también opinó que el proceso va en declive, porque “los vientos van a cambiar iniciado el invierno y una vez que entremos a la estación más fría del año van a variar las condiciones (oceanográficas y atmosféricas) y naturalmente el proceso va a declinar. A fines de mayo o principios de junio ya debería haber un proceso diferente”, admite.

“En la presentación mostré que había sistemas muy parecidos al nuestro como, por ejemplo, la costa de California, donde ya está registrado que el cambio climático está generando vientos costeros más fuertes y eso podría estar pasándonos a nosotros también. Si tienes vientos más intensos la surgencia también es más potente”, explicó.

Estas declaraciones se realizaron en un seminario organizado por los alumnos de la Escuela de Biología Marina para explicar qué está sucediendo, cómo y por qué ocurrió y qué variables se conjugaron para generar el nocivo fenómeno de marea roja en el sur del país.

Para el profesor Pablo Muñoz, director Escuela de Biología Marina, quien estudia la marea roja en Chile desde la década de los ‘70, el escenario es una buena oportunidad para la investigación de la frecuencia e intensidad del fenómeno, la extensión de la zona afectada y los agentes que gatillan la aparición de la toxina, entre otros elementos de estudio.

“Es necesario estimular más el estudio de estos fenómenos. En nuestra facultad la hemos investigado en profundidad desde sus primeras apariciones. Es un fenómeno absolutamente natural, donde la industria de la salmonicultura no tiene relación con su desarrollo, porque si hablamos de la extensión, por ejemplo, la marea roja está presente frente a la costa de Valdivia y ahí no tenemos presencia de la industria del salmón. El tema de las varazones también, se han observado tanto en el norte como en el sur del país. Ahora, que el foco sea la región y las aguas interiores de Chiloé, es una cuestión que se sabía con mucha anticipación, por lo tanto aquí convergemos al ámbito de las decisiones políticas”, expresó.

Finalmente, el estudiante Vicente Venegas, uno de los impulsores del encuentro, evaluó positivamente la actividad, donde expusieron académicos y alumnos de la carrera.

“Fue muy bueno y enriquecedor, porque se presentaron los pro y los contra de la crisis. Me quedo con que la marea roja fue un fenómeno que se dio cuando todas las variables estaban presentes en un momento específico y aprovechó para que el “peak” del caos haya sido exponencial. Analizamos diversas variables, como el Fenómeno del Niño, el vulcanismo, las temperaturas del mar, la surgencia y la clorofila. Todas ellas crearon el ambiente ideal y propicio para que surgiera todo. Como estudiantes es fundamental que la investigación de estos fenómenos se aborde ya en los años de pregrado, porque somos nosotros, los futuros biólogos marinos, quienes deberemos analizar y llegar a las soluciones, con datos objetivos, para enfrentar de manera anticipada y oportuna fenómenos como este”, concluyó el estudiante.