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La importancia de los niños tras los siniestros socioambientales en Valparaíso

06 May 2016

Tema fue analizado en estudio desarrollado por la Fundación para la Superación de la Pobreza en conjunto con la UV.

“Jugando entre riesgos. Representaciones, sentimientos e imágenes de niños y niñas afectados por tres siniestros socioambientales en la Región de Valparaíso” es el estudio que la Fundación para la Superación de la Pobreza presentó este jueves en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso. La actividad se realizó en el marco del convenio suscrito entre la fundación y la UV.

El texto fue presentado por la doctora Marina Grabivker, de la carrera de Educación Parvularia de la UV; la doctora Andrea Pino, de la Escuela de Arquitectura de la USM; la socióloga Daniela Villanueva, titulada de la Universidad de Valparaíso y miembro del equipo de investigación del estudio, y el magíster Gino Bailey, coordinador del estudio, encargado del área Propuestas País de la Fundación Nacional para la Superación de la Pobreza.

Gino Bailey destaca la importancia de haber desarrollado este estudio “por tres factores. Primero, las catástrofes y los siniestros socioambientales que la Región de Valparaíso tiene por ser una región de transición climatológica, lo que la hace estar expuesta a una variedad bien potente de desastres que afectan a la población. Obviamente, la población más expuesta es aquélla que vive en situación de pobreza. Y por eso para nosotros, en el área de Propuestas País de la Fundación para la Superación de la Pobreza, la región pasa a ser nuestro foco. En segundo lugar, los niños y las niñas, no como el sujeto que siempre es como más fácil de trabajar, no como un cliché, sino como algo real y consistente. Siempre los niños son los más expuestos a la pobreza, a nivel nacional y regional. Y tercero, hay toda una visión nuestra sobre la actoría y la visibilización de la ciudadanía, en este caso los niños, para la construcción de un desarrollo regional. Entonces para nosotros es importante rescatar esa voz en relación a esa problemática”.

Teniendo en cuenta que tras las grandes tragedias, como incendios o terremotos, no se suele considerar mucho a los niños, que están asimilando todo como parte de lo que será su historia adulta, su construcción futura, Bailey comenta: “De hecho ese es uno de nuestros temas. Sucede que para el manejo de gestión de riesgo —no actuar en la emergencia sino actuar en la prevención—, es importante reconocerlos no solamente como un diseño de algo, sino para la implementación, educativamente, involucrándonos con su habitar comunitario, que es donde se mueven con mayor sentido. No así la escuela, que es algo como bien urgente, porque la escuela no está siendo un lugar de bienestar, porque no hay tiempo para jugar, así de simple. Y por otra parte, no solamente para la gestión de los desastres socioambientales, sino con otros factores de riesgo y de vida en barrio, como puede ser en programas como los que estamos trabajando actualmente, que es el ‘Quiero mi barrio’”.

Proyección de los resultados

Respecto a lo que se hará con los resultados del estudio “Jugando entre riesgos. Representaciones, sentimientos e imágenes de niños y niñas afectados por tres siniestros socioambientales en la Región de Valparaíso”, explica Gino Bailey que “como somos una entidad del tercer sector —de la sociedad civil—, nos interesa que los estudios tengan un correlato con la política social y pública. Y a nivel regional lo hemos unido al Consejo Regional de la Infancia, con Alejandra Nielsen, y hemos establecido una mesa de diálogo de trabajo con el programa ‘Quiero mi barrio’, para potenciar la visibilización y la prioridad de los niños en contextos de pobreza”.

Al respecto, agrega: “Está archicomprobado que el desarrollo colectivo en la etapa de la niñez es vital, aunque no tengan recursos materiales, pero sí es vital desarrollarlos. Entonces hemos iniciado un trabajo con el ‘Quiero mi barrio’, y el día 3 de junio vamos a tener un seminario, de un segundo estudio, que es la continuación de este, para revitalizar el incidir en la política y la programática local. Y la otra forma de incidencia la estamos recién comenzando y son algunas conversaciones que hemos llevado con la Onemi, para entablar una mesa de manejo de riesgo a nivel de activos comunitarios. Queremos levantar una propuesta y para el próximo año implementarla en las localidades y en las comunas donde nosotros trabajamos”.

La voz de los niños

Marina Grabivker, educadora de párvulos y educadora general básica, destaca algunos elementos del estudio que para ella son esenciales. “Primero, la posibilidad de que los niños participen y se recoja su voz de manera directa y respetuosa. A veces son los últimos en ser reconocidos, pero son los que están presentes siempre y en todas partes. A veces las situaciones que son siniestros para los adultos, para ellos pasan a ser de una cierta normalidad, porque algunos, por ejemplo, ya nacieron sin el agua; pero eso no significa que no perciban y no se den cuenta de cómo esto afecta a sus familias, a sus entornos y a su propio desarrollo. Este estudio puede mostrar estas miradas, y de verdad una cosa importante es que se hizo con mucho respeto. El equipo se preocupó de buscar las maneras de vincularse con los niños reconociéndolos como otros que tienen sus formas, que tienen sus tiempos, que tienen que recurrir a sus propios consentimientos, y hay un esfuerzo de este equipo por ir acomodando su metodología de trabajo a las formas en que los niños participan, y reconocerlos como tales”.

Asimismo, indica la educadora, “los adultos poco escuchamos a los niños: es una de las participaciones en los derechos que tenemos menos desarrollada dentro de todas nuestras iniciativas en Chile; todavía nos falta mucho, y en participación de niños más todavía. Entonces, que se puedan recoger sus opiniones y que estos resultados estén para que ellos los puedan ver, para que nosotros los podamos ver y por supuesto para impactar en las decisiones, en políticas, en determinadas acciones de instituciones y organismos públicos, es fundamental”.

Marina Grabivker afirma que es importante recordar que los niños “son personas, por el hecho de nacer tienen derecho a ser considerados personas. Este estudio nos deja en evidencia a los adultos que los niños son capaces de muchas cosas, que nosotros subestimamos lo que ellos pueden decir, sus acciones. Los niños juegan en los lugares y se apropian de ellos; jugando en los lugares mantuvieron su hábitat, mantuvieron el vínculo con los adultos, hicieron convocar a los adultos… La verdad es que los niños juegan un papel fundamental en el desarrollo de las comunidades. Ahora, que a veces nosotros no nos demos cuenta, es otra cosa”.

Agrega que “cuando los niños tienen esta posibilidad de participar y son considerados como personas, se desarrollan como personas desde ahora. Por lo tanto, como adultos, no es que se les vaya a dar un discurso de participación, sino que han vivido la participación, han aprendido la cooperación. Por supuesto que las experiencias tienen siempre aspectos que pueden ser más favorables, más positivos, otros que son más duros; aquí hubo mucha preocupación porque no se revictimizara a los niños en sus situaciones. Además, hay muy pocos estudios que recojan opiniones de niños en Chile; y en esta región, de estas características, son bastante pioneros”.