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La bitácora de una vida, de un tiempo y de una ciudad

21 Abril 2016

Editorial UV presentó “Prosas desde Valparaíso”, de Carlos León.

“Un gran narrador, un gran cronista”, un “transeúnte de la vida”, un “escritor fundamental en la construcción de Valparaíso” y “un maestro de obra y vida”, fueron algunas de las definiciones que hubo del abogado y escritor Carlos León (1916-1988) en la ceremonia de presentación de su libro “Prosas desde Valparaíso”, del sello Editorial UV, en el Aula Magna de la Escuela de Derecho.

El acto fue encabezado por Cristián Warnken, director de la Editorial UV, quien moderó un panel que contó con la presencia de Antonio Pedrals, abogado y autor del prólogo de la obra; Allan Browne, diseñador y escritor, y Marcelo Mellado, escritor. Pedrals y Browne fueron amigos de León, y compartieron con los presentes diversas anécdotas de la vida del autor, destacando ambos sus grandes condiciones humanas, su bonhomía, su capacidad de observar a las personas y entenderlas, así como la calidad de su pluma. Mellado, por su parte, valoró el trabajo editorial, subrayando que “Prosas desde Valparaíso” es “más que un libro: es un proyecto editorial, realizado en equipo y con inmensa calidad”.

Maestro

El abogado Antonio Pedrals, quien fue alumno y luego colega y amigo de Carlos León, valoró la importancia de la publicación, indicando que “es un gran profesor de la Universidad, un gran literato nacional, y sobre todo un maestro de obra y vida. Eso es lo más importante que habría que destacar”.

Agregó que “me pidieron el prólogo justamente por la proximidad que yo tuve, existencial, con don Carlos. Fui una persona muy próxima a él, lo acompañé mucho en sus avatares, digamos. Una persona que sufrió mucho, tuvo una vida muy difícil, y al mismo tiempo un hombre que entregaba mucho, porque juntaba a la gente en la casa, era como un consejero, un hombre lleno de una especie de sabiduría vital y, sobre todo, un gran conocedor de las personas”.

Pedrals recordó que las crónicas de Carlos León aparecieron en el diario La Época, algunas en El Mercurio de Valparaíso y otras en La Estrella. “Y además hay algunas crónicas que no han sido publicadas, que están inéditas y que algún día sería bueno poder rescatar”, afirmó.

Escritor fundamental

El escritor Marcelo Mellado, quien no tuvo la ocasión de conocer personalmente a Carlos León, valoró su aporte regional y nacional: “Don Carlos León es un novelista, un escritor fundamental en la construcción de esta cosa que llamamos Valparaíso, y este libro es una deuda importante con un escritor que le dio potencia al mito porteño”.

Agregó que “además, la edición está muy buena. Se hace justicia, la justicia que tiene que hacerse con los que ya no están. Es una función editorial, y la Editorial está muy buena. Es un trabajo colectivo, autoral, que rescata a un autor. Es un gran trabajo, y es una necesidad que implica también la recuperación de otras autorías. Eso está muy bueno”.

El escritor destacó que “es un profe de acá y un gran escritor local, un gran escritor nacional: un escritor importante de la novelística chilensis”.

Bitácora

La presentación de contratapa del libro destaca que “estas crónicas son la bitácora de una vida, la vida de un hombre, de un tiempo, pero también de una ciudad, Valparaíso. En ella, el autor registró con minuciosidad, elegancia y gran estilo ‘la miseria del hombre’, el absurdo de nuestra existencia pero también su misterio y su esperanza. León es el mejor guía para deambular por la provincia chilena, para internarse en los callejones o pasajes donde florecen esas vidas mínimas que tanto le interesaron y que escrutó con piedad y con humor. El libro incluye numerosas fotografías del Valparaíso de antaño —capturadas magistralmente por Juan Hernández— que ilustran la atmósfera que habitó Carlos León”.

Carlos León fue abogado y escritor. Vivió la mayor parte de su vida en Valparaíso, donde murió. Inició sus estudios de Derecho en Concepción y continuó en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile en Valparaíso, hoy Universidad de Valparaíso; posteriormente fue profesor de esta casa de estudios y dictó la cátedra Filosofía del Derecho. Su vocación fundamental fue la literatura, que desarrolló, primero, a través de numerosas y detenidas lecturas y luego, bajo el estímulo inicial de Roque Esteban Scarpa, mediante una tarea escritural que se prolongó hasta sus últimos días.

Su obra literaria comprende las novelas “Sobrino único” (1954), “Las viejas amistades” (1956), “Sueldo vital” (1964) y “Todavía” (1981); el libro de cuentos “Retrato hablado” (1971); “Cuentos breves” (1973), antología publicada por Bruguera en su colección clásicos; los volúmenes de crónicas “Algunos días…” (1977), “Hombres de palabra” (1979) y “El hombre de Playa Ancha” (1984). Póstumamente fue publicado “Memorias de un sonámbulo” (1994).