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“El acceso a los medicamentos no es sólo una cuestión de precio”

18 Diciembre 2015

Afirmó el jefe de carrera de Química y Farmacia, Juan Francisco Collao, al analizar la iniciativa de las farmacias populares.

La posibilidad de acceder a medicamentos que no están disponibles en los consultorios y a un valor que promete ser un 70 por ciento más bajo que el precio de mercado—o incluso más—, es uno de los beneficios que más se ha destacado con respecto al modelo de las farmacias populares.

Por ejemplo, el medicamento Acebrón (anticoagulante), que se usa para evitar trombos (o coágulos que obstruyen la circulación de la sangre por venas y arterias) en pacientes que han sufrido infartos recientes, tiene un valor entre $14.810 y $13.790 en las cadenas de farmacias, mientras que la Farmacia Ricardo Silva Soto de Recoleta está a sólo $1.280.

“Hablar de ‘acceso a los medicamentos’ no se refiere sólo al precio”, señaló Juan Francisco Collao, jefe de carrera Química y Farmacia de la Universidad de Valparaíso, para advertir que el modelo de farmacia popular que están replicando varias comunas del país no es una solución integral al problema que existe hoy en el Chile.

“Acceder a los medicamentos no es ir a comprar a la farmacia. El acceso también debe incluir una asesoría para asegurar que el paciente los use correctamente”, aclaró Collao.

¿Queremos más medicamentos o mejores terapias?, es la pregunta que plantea el académico y de paso reabre el debate sobre el acceso y la falta de regulación de precios en esta industria.

“En Estados Unidos muere más gente por mal uso de medicamentos que por accidentes de tránsito. Los medicamentos son una tecnología fundamental y su buen uso marca el éxito o fracaso de una terapia. Por lo tanto, no se pueden pensar como un bien de consumo”, advirtió.

Tal como lo explicó el farmacéutico, en países desarrollados el acceso a los medicamentos está plenamente garantizado y supervisado en todos los espacios posibles (hospitales, consultorios, centros de salud, etcétera) y el Estado es un actor principal en el abastecimiento.

“No sacamos nada con bajar los precios si no tenemos un control sobre el uso de los medicamentos, porque esto puede transformarse en una bomba de tiempo. En Chile no tenemos idea de cuánta gente muere por el mal uso de los medicamentos y pretendemos entregar más medicamentos a la población, esto a lo menos me parece irresponsable. El precio de los medicamentos es sólo un componente, que se debe tomar en cuenta, pero no es el más importante. Lo más relevante es la seguridad”, afirmó.

Para el farmacéutico, el apoyo del Ministerio de Salud a la iniciativa ha carecido de un análisis consistente. “Pareciera que el Ministerio de Salud recoge la preferencia de la opinión pública hacia este modelo. Trata de hacer políticas públicas `para la galería´ y eso es grave, dado que no está cumpliendo su papel. Creo que es impresentable que sean los alcaldes quienes estén proponiendo políticas farmacéuticas y no el ministerio”, criticó.

“Es necesario indicar—precisó Collao— que Cenabast asigna sólo un 8% al ítem de la certificación de calidad del fabricante para asignar puntajes a los oferentes de las licitaciones versus el 70% que le otorga al precio. Eso es inquietante, porque nos hemos preocupado de comprar barato, pero no de comprar bien. Evidentemente que al reducir los costos en la fabricación de cualquier producto eso va incidir en la calidad, o sea podemos estar comprando medicamentos que no son efectivos”.

Además, la autorización para operar que les dio el Instituto de Salud Pública (ISP) a las farmacias populares señala que sólo abrirán tres veces a la semana, entre las 12:00 y 16:00 horas. “Por lo tanto, como solución no sirve. Como titular de diario es muy efectivo, porque atrae muchos votos, pero más allá de eso no le veo un gran impacto”, concluyó el farmacéutico.