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“Prima el afán de poder y ganar plata, pero no veo un diseño preestablecido para engañar a la gente”

18 Diciembre 2015

María Olivia Monckeberg participó en interesante conversatorio organizado por la Escuela de Ingeniería Comercial.

“Pese a la gravedad de los hechos de corrupción salidos a la luz pública este año, y que han significado el deterioro en la confianza de las instituciones públicas y privadas, lo que sucede en Chile no obedece necesariamente a un modelo urdido, al menos no desde la Concertación o el Gobierno, para construir un tramado permisivo respecto del financiamiento de la política. Lo que sí hay, por parte de muchos, es un afán desmedido por el poder y el dinero”, señaló la destacada periodista de investigación, Premio Nacional de Periodismo 2009 y directora del Instituto de la Comunicación y la Imagen de la Universidad de Chile, María Olivia Monckeberg, en un conversatorio realizado en la Sala Rubén Darío del Centro de Extensión de la Universidad de Valparaíso y organizado por la Escuela de Ingeniería Comercial con la colaboración del CIGES (Centro de Investigación de Gestión, Economía y Sociedad) de la FACEA.

En la oportunidad, la periodista se refirió a su último libro “La Máquina para Defraudar”, en el que da cuenta de los últimos acontecimientos ocurridos en el país em relación a la colisión entre la política y los negocios. El libro, cuyo título hace referencia a una declaración realizada a la prensa por el fiscal del caso Penta, ofrece un meticuloso y duro escrutinio de las relaciones dudosas y muchas veces dolosas entre la política y los negocios en nuestro país. Centrándose en los casos Penta y Soquimich, la periodista establece cómo operan las redes de corrupción en Chile, quiénes son los involucrados y por qué han empezado a caer.

Ante un desolador recuento de vinculaciones político-empresariales en Chile desde los años ochenta, Monckeberg desliza cuáles a su juicio debieran ser los elementos que permitirían solucionar el actual estado de la política chilena, pensando que aún es tiempo de hacer los cambios necesarios para que la situación de opacidad en la cosa pública desaparezca. Por un lado, aseveró que los enclaves autoritarios heredados de la Constitución de 1980, los quórum calificados, el sistema binominal y los senadores designados sí fueron determinantes en el quehacer institucional hasta estos días y que ha llevado a la crisis de credibilidad por la que Chile atraviesa. Sin embargo, aseguró que nos encontramos en un buen punto de partida para reconstruir las confianzas perdidas: “Para ello el país necesita una diversificación de medios de comunicación, más periodismo de investigación y fortalecer la tarea de los fiscales. Es eso lo que puede alentar el seguir adelante y dejar un mejor país a las nuevas generaciones”.

Al referirse a la metodología de trabajo para realizar la investigación periodística destacó la revisión del material de sus libros anteriores como principal fuente, la documentación disponible (“que es más de lo que uno cree”), entrevistas, las filtraciones a la prensa de parte de la Fiscalía y las defensas de los imputados y la lectura acuciosa y ordenada de toda la prensa que día a día entrega datos fundamentales para comprender los procesos. “Finalmente, lo que se hace es dar contexto y relacionar información disponible”, aseveró la investigadora.

El profesor Patricio Herrera, de la Escuela de Ingeniería Comercial y del CIGES, quien actuó de moderador, agradeció la presencia de la periodista y resaltó la valentía que ella ha tenido en realizar este trabajo investigativo que, junto a sus otros libros de investigación, ha sido esencial para denunciar el tejido de relaciones entre los poderes públicos y fácticos de nuestra transición.