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“Sin fe en que la buena literatura realmente puede producir buenos lectores, estamos perdidos”

15 Julio 2015

Afirma Cristián Warnken, ante los malos índices de comprensión lectora en Chile, Director de Editorial UV y del programa Pasión de Leer, destaca que se necesitan buenos mediadores, que sepan reencantar con la lectura.

Diversos estudios y pruebas, nacionales e internacionales, como el Simce o la prueba PISA, demuestran que los índices de comprensión lectora en Chile son bajos, que se mantienen bajos durante toda la educación escolar y que en los últimos años no han mejorado. La Universidad de Valparaíso, a través del programa Pasión de Leer, destinado a colegios de la región, está haciendo un aporte en este sentido, partiendo de la base que el nombre indica: la pasión.

Y es que sin pasión nada se puede hacer. Es lo que señala Cristián Warnken, director de la Editorial Universidad de Valparaíso y del referido programa. “Yo creo que este último resultado demuestra que aquí hay un tremendo fracaso. Y cuando hay un fracaso de esta magnitud, esta caída persistente, hay que empezar a revisar los fundamentos de lo que se está haciendo a nivel escolar, a nivel bibliotecas, a nivel de fomento de la lectura. Porque se ha invertido, se han hecho cosas, no cabe duda que se ha intentado hacer cosas. Pero hay algo que está mal en el fundamento. Y es el momento en que hay que volver a pensar. Pero como hay poco espacio para pensar, cuando se toman las decisiones de las políticas públicas, ese es el gran problema”.

El énfasis perdido

Entonces, sigue, “lo primero que habría que preguntarse es por qué estamos llegando a este nivel, cuando se supone que los técnicos, los especialistas que deciden las políticas ministeriales, habían corregido el rumbo de la manera de enseñar la lectura y la literatura en Chile. Yo creo que ahí está el punto, que nosotros intentamos abordar ya con el título de este proyecto, que es Pasión de Leer. ¿Qué es lo que recogemos ahí?: recogemos un énfasis perdido, que es el énfasis en el amor y en la pasión por los libros, por la lectura, que estaba muy presente ya en el pensamiento de la gran Gabriela Mistral. No es necesario ir a buscar a grandes teóricos ni ir a esperar que vengan expertos internacionales a enseñarnos cómo enseñar a leer. Habría que buscar desde luego en nuestras propias fuentes, y Gabriela Mistral es una fuente extraordinaria. Eso es lo primero”.

Lo segundo, explica Warnken, es lo que ha estado haciendo la UV. “Lo que nosotros hemos hecho es llevar un canasto por distintos colegios de la región, en contacto con bibliotecarios y con profesores y con alumnos, un canasto que viene de un símbolo de una gran pionera del fomento a la lectura, una especie de Gabriela Mistral francesa, que se llama Geneviève Patte. Ella está viva, la logramos conectar, y va a venir a fin de año a Valparaíso, a trabajar con maestros, con profesores, con alumnos, y con todos los que han participado en nuestros talleres de formación de monitores, de promotores de la lectura, a reencantarnos de nuevo, y a traernos la fe en la posibilidad de realmente producir una transformación en el lector que se encuentra con buenos libros”.

Pero, indica Warnken, para que haya esa transformación, “se requiere un cambio total en las maneras de entender, y sobre todo en derribar ciertos dogmas y certezas que lamentablemente han instalado, desde mi punto de vista, ciertos expertos, con la mejor intención a lo mejor, en el tema de la lectura. Y el reencantamiento tiene que ver con el saber que cuando tú pones en contacto a la buena literatura, la mejor literatura, con el lector, y lo haces no envenenando ese contacto con teorías literarias, y no pensando que puedes colocar en un mismo nivel un poema y un artículo periodístico de una revista magazinesca, ahí empiezan a pasar cosas interesantes”.

Sentido común en educación

Destaca Cristián Wanrken que “lo que ha hecho Geneviève Patte ha tenido resultados extraordinarios, ha sido replicado en múltiples países, y son cosas muy simples, muy de sentido común. Lo que se ha perdido es el sentido común en educación, que es el menos común de los sentidos, como dice la sabiduría popular. Entonces, nosotros queremos hacer partícipes, queremos contagiar de esta fe que nos han contagiado Gabriela Mistral, Geneviève Patte, Michèle Petit y tantas otras personas”.

Geneviève Patte, cuenta, “era bibliotecaria de una gran biblioteca pública francesa, que funciona en la periferia de París, en los barrios más difíciles, los barrios de la inmigración, los barrios de donde salieron los asesinos de los dibujantes de Charlie Hebdo. Resulta que esas bibliotecas que tenían todos los fondos disponibles del Estado, que tenían todos los libros, no venían a la biblioteca las personas. Y ellos, en vez de culpar a la gente, dijeron ¿en qué estamos fallando nosotros?, que es la pregunta que nosotros debiéramos hacernos en Chile. Y ella decidió ir a buscar a los lectores”.

Así, “salió con un canasto, y colocó en ese canasto los mejores libros, los más bellos libros, los mejores en términos de factura editorial, pero también en términos de contenido, no pensando que nivelando para abajo vamos a mejorar la lectura. Y salió con estos libros, se instaló en una plaza, y esperó que llegaran los lectores. Y los lectores, o los auditores, llegaron. Porque la gente busca y los niños buscan y los jóvenes buscan que haya un narrador que les cuente algo junto a una fogata, como fue en el origen. Y ahí empezó este trabajo pionero, todos los jueves en esa misma periferia. El resultado fue tan impactante, la recepción fue tan potente, la gente se peleaba por llevarse los libros, que eso reformuló la manera de entender el trabajo en las bibliotecas”.

Recuperar la fe

Entonces, señala Warnken, “hay hoy día en Chile muchas iniciativas interesantes, como por ejemplo el proyecto Lectura Viva, que es un proyecto que funciona en Santiago, que están trabajando con nosotros para la visita de Geneviève Patte; está esta pequeña semilla que estamos tratando de sembrar con Pasión de Leer. Pero hay muchas iniciativas, incluso aquí en la región. Pero lo que hay que hacer aquí es recuperar esa fe: sin fe en que la buena literatura realmente puede producir buenos lectores, estamos perdidos. Si tú no tienes esa fe y partes de esa base, porque tal vez tú no eres un lector y tú no has recibido esa lectura desde niño, porque no has leído nunca a Dostoyevski o nunca leíste a Stevenson —‘La isla del tesoro’, que es un título emblemático, pero puede haber muchos otros—, obviamente que en el momento de proponer políticas vas a tratar de nivelar hacia abajo. Aquí, al contrario, es nivelar hacia arriba: la gran y bella literatura entusiasma, vuelve a entusiasmar”.

Ilustra este dato con un caso, que cuenta Geneviève Patte en uno de sus libros: “Un profesor llegó a una escuela francesa, marginal, de los suburbios, y los alumnos eran prácticamente, muchos de ellos, delincuentes, algunos futuros terroristas, de los grupos islámicos más radicales. Se arrancaban por las ventanas de la clase y él no tenía cómo retenerlos, se iba quedando solo. Y un día, en vez de pasar el programa, decidió traer el libro ‘La Ilíada’ de Homero, y empezó a contar ‘La Ilíada’. Había dos alumnos. Primero eran dos, después eran tres… y al final eran 40 niños. Estamos hablando de adolescentes, que casi se chupaban el dedo escuchando la historia. Se habían reencontrado con un narrador que sabía contar. Ahí hay un arte: cómo tú cuentas, cómo tú narras, cómo tú haces de mediador”.

La clave, entonces, es que “necesitamos más mediadores, necesitamos buena mediación. Creo que hay un terreno inmenso por hacerse, pero tenemos que derribar una cantidad de dogmas, certezas, que yo espero que sean eso, y que haya buena intención detrás de ello, y no solamente fórmulas para conquistar y controlar un poder a nivel de política pública”.


Pasión de leer Pasión de Leer es un proyecto que nace al alero de la Editorial UV en marzo de 2014. Su objetivo es repensar el encuentro entre los estudiantes y la literatura, trabajo que ha desarrollado el coordinador del programa, Víctor Berríos, junto a Cristián Warnken, director. Hasta ahora, Pasión de Leer ha considerado visitas a colegios de Valparaíso, Los Andes, San Felipe y Rancagua, totalizando quince encuentros, con una cobertura superior a las mil 500 personas, entre estudiantes y profesores. Este lunes, llega a su fin la segunda versión del taller “Barqueros de la lectura”, que capacitó a cerca de 50 personas para ser mediadores, con la misma metodología de Pasión de Leer. Actualmente, está en desarrollo el proceso de firma de convenio con la Coordinación Nacional de Enseñanza Media, para llevar esta propuesta a más colegios.