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Profesores se capacitaron en nuevas técnicas para enseñar ciencias

05 Junio 2015

Programa Ciencia Al Tiro, que dirige la doctora Kathleen Withlock del CINV, ofreció el curso a docentes de la Cormuval.

Veinticinco profesores de 7º y 8º de enseñanza básica de diferentes establecimientos de la Corporación Municipal de Valparaíso (Cormuval) y de la comuna de Limache, participaron en el primer curso de capacitación para docentes de ciencias, que organizó el programa “Ciencia al tiro” que lidera la neurobióloga Kathleen Whitlock, investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia y académica de la Universidad de Valparaíso.

“Ciencia al tiro” es un programa de extensión desarrollado para fomentar el interés por la ciencia y la tecnología. Se inició en 2008 con el desarrollo de talleres prácticos donde los estudiantes aprendieron sobre la ciencia a través de la realización de experimentos y la construcción de proyectos. El programa trabaja principalmente con los estudiantes de 7º y 8º grado de las escuelas públicas en Cerro Playa Ancha, Valparaíso.

El curso denominado la “Alegría de la ciencia” se desarrolló en tres jornadas intensivas. Allí los estudiantes de doctorado en Neurociencia, que apoyan el trabajo de la doctora Whitlock, llevaron a cabo los talleres experimentales, que permitieron a los docentes fabricar de manera sencilla e innovadora -y con materiales reciclables- termómetros, motores eléctricos y calefactores, además se abordaron contenidos sobre microorganismos biológicos. Todo ello para explicar situaciones cotidianas de la vida de las personas y donde la ciencia tiene las respuestas a dichos fenómenos.

“Nuestra filosofía es que la ciencia está en todas partes y el conocimiento es un regalo que no puede ser robado. Por lo tanto, la comprensión de los conceptos fundamentales de la ciencia ayudará a resolver los problemas durante toda la vida, proporcionando una mejor comprensión del mundo que nos rodea”, señala Kathleen Whitlock.

La neurobióloga agregó que el objetivo es difundir la ciencia a más estudiantes de la región. Los profesores en este punto son claves, ya que pueden replicar este modelo de enseñanza en sus respectivos establecimientos educacionales.

“Antes nosotros trabajamos con estudiantes de un colegio y ahora estamos trabajando con los profesores que vienen de varias partes de la región. La esperanza es que pueden difundir la información a más estudiantes para aprender el valor de la ciencia en vida cotidiana”, sostiene la investigadora.

La capacitación, que es completamente gratuita y se basa en el libro escrito por la doctora Whitlock “La alegría de la ciencia” -que en forma didáctica presenta 12 talleres con experimentos simples y de mayor complejidad-, contempla tres fases: la primera a través de los cursos-talleres se entregan los conocimientos y herramientas a los docentes para aprender hacer los experimentos; luego en la segunda etapa el profesor debe replicar estos talleres en el aula de sus respectivos colegios, asesorados por los doctores del de “Ciencia al tiro”; para finalizar el segundo semestre con el desarrollo de un nuevo taller de mayor complejidad que se realizará en el mismo establecimiento educacional, con la asistencia de los investigadores de la Universidad.

Todo el material requerido para el desarrollo completo del curso y su implementación en los colegios fueron entregados por el programa de la doctora Whitlock.

Johanna Vilches, docente de la Escuela Héroes de Iquique de Limache, valoró la iniciativa. “Me interesa este tipo de experiencias, porque es la única forma de tratar de conseguir recursos para poder darles las herramientas necesarias a mis alumnos, los cuales como son de escasos, necesitan ampliar el mundo y abrir la mente a nuevas oportunidades y aquí veo una nueva oportunidad, porque los puedo ayudar desde esta perspectiva que es de la ciencia”.

Mientras Alejandra Olivares, profesora de la Escuela Jorge Alessandri de San Roque, destacó el aporte: “Todo lo que sea novedoso de aprender es motivante y que sea en mínimo tiempo y usando menos recursos, para los niños que son de familias vulnerables, que no requiera hacerlos incurrir en gastos por supuesto que sirve y los docentes les interesa este tipo de actividades, porque es más motivante. La sala de clases se transforma en un mini laboratorio y eso es lo que más se busca”.