Eduardo Gómez-Ballesteros, con “Genocide Project”, aborda el tema de la violencia desde la historia personal, más allá de los números y las cifras.
Un work in progress que pretende acercar al espectador a la memoria colectiva a través de la experiencia individual, es la instalación visual “Genocide Project”, que el artista español Eduardo Gómez-Ballesteros está exhibiendo en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, en Santiago. El artista visitó la UV, invitado por el Convenio de Desempeño para las Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, para conversar en torno a los vínculos entre arte, memoria y educación.
El trabajo que el artista presenta hasta el 10 de mayo próximo, consta de varias series de piezas digitales, que tienen como base imágenes de archivo de víctimas de procesos violentos. Desde esas imágenes, el artista propone una especial forma de hacer un monumento: como íconos de la representación de la muerte en nuestro tiempo. El proyecto puede mostrarse en cualquier lugar que tenga o haya tenido relación con la violencia, o donde se desarrollen actividades relacionadas con la recuperación, transmisión y preservación de la memoria. Por ello, en Chile estuvo también durante algún tiempo en Villa Grimaldi.
Conversatorio
En la sala Musicámara del Centro de Extensión UV, Eduardo Gómez-Ballesteros mostró su trabajo y explicó su propuesta, en el “Conversatorio arte/memoria/educación”. Allí fue presentado por Carolina Benavente, académica de la Escuela de Teatro, quien moderó la mesa, y dialogó con Ximena Faúndez, de la Escuela de Psicología, y Gustavo Celedón, de la Escuela de Cine.
Consultado respecto de qué se puede hacer para construir contra la violencia, en un mundo en que lamentablemente sigue siendo necesario llamar la atención sobre este tema, el artista señala: “En principio, yo he venido aquí desde España, que en España ese tema no se toca. Particularmente, tuvimos una guerra civil de hace 75 años y es un tema que no se habla, la memoria no se trabajaba ni se trabaja, y de momento se lo espera. Yo he buscado dos sitios emblemáticos aquí en Chile: el Museo de la Memoria y Villa Grimaldi. ¿Cómo se puede hacer?: Precisamente, creo que desde el arte se pueden hacer cosas a priori y a posteriori del acontecimiento”.
Es decir, añade, “creo que podemos aportar una mirada más sugerente, más oblicua, que pueda hacer que el espectador se sienta más interesado por la historia personal. Parece que tenemos un campo, un trabajo, ya que en cuanto a violencia política como que nos abruman los números y las cifras y las caras de los desaparecidos. Creo que un campo interesante es singularizarlo. Esa es un poco la idea de mi trabajo: yo viajo por muchos sitios del mundo, voy recogiendo información; voy trabajando solo además, trabajo sin apoyo ninguno, porque me interesa ir viajando, tomando, exponiendo, montando y mostrando, pero con la idea siempre de poner a la víctima en el epicentro del discurso, haciendo hincapié en la historia personal, más que en los desaparecidos, en los ejecutados, porque aquí es un diafragma manejable”.
El artista
Eduardo Gómez Ballesteros (Madrid, 1964) es doctor en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Su campo de trabajo abarca pintura, obra gráfica, fotografía, instalación y vídeo, por una parte, y diseño gráfico, web y realización de obras artísticas de encargo, por otro.
En los últimos años ha ampliado su actividad, con la coordinación de exposiciones y el desarrollo de cursos de arte público en diferentes universidades y centros públicos y privados. Su obra engrosa numerosas colecciones, y su trabajo artístico ha sido merecedor de premios, subvenciones y distinciones varias. Residente en Madrid, ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en Europa, Asia y América. Forma parte del colectivo artístico Más Delomismo (MdM), cuyo trabajo está especialmente orientado al arte público, la instalación, la videocreación y las nuevas tecnologías. Ésta es su primera visita a Chile.
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