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Estrenan obra “Nacimos para ser estrellas”

01 Julio 2014

Montaje se presenta en Sala Negra de la Escuela de Teatro UV

La compañía Teatro La Musa estrenará la obra “Nacimos para ser estrellas”, este viernes 4 de julio, a las 20:30 horas. La puesta en escena estará en cartelera los días 5, 11 y 12 de julio, en la Sala Negra de la Escuela de Teatro UV, ubicada en Brasil 1647, Valparaíso. Los valores de las entradas son de mil pesos estudiantes y tres mil pesos general.

El montaje es interpretado por los actores Daniel Álvarez Leyton, Nely Carrasco Valdés, Pedro Fuentes Cancino, Andrés Hernández Hidalgo y Francisca Zúñiga Miquelín, y corresponde a una puesta en escena a partir del texto español del mismo nombre, creado por la compañía La Tristura, a cargo de los dramaturgos Pablo Fidalgo y Celso Giménez.

Cruce de memoria e historias

La pieza teatral establece un cruce con la memoria biográfica de los actores y sus historias cargadas de significado, con la intención de rescatar y reconstruir el pasado para entender algo del presente y del futuro.

Antonella Marín, directora del montaje, explica que “la obra original hace un recorrido desde la caída del muro de Berlín hasta el atentado de las Torres Gemelas. Nosotros le quitamos el elemento temporal y sólo nos quedamos con los textos, que hablan del fracaso en el amor, en la familia. Quise trabajar a partir de las historias de los intérpretes, por lo tanto el texto lo vamos enriqueciendo con los testimonios personales, fragmentos de sus vidas que vamos mezclando con el texto original”.

La directora añade que “la pieza teatral es una sucesión de fragmentos que construyen una historia, para intentar contar la historia de muchos. Son relatos de personas que lo esperaron todo y recibieron nada o muy poco. Es un espacio escénico que se construye a partir de preguntas sobre la posibilidad de vivir de recuerdos o lo que nos han contado del amor”.

Antonella agrega que la obra es considerada “una trama escénica articulada desde las imágenes, sonidos y recuerdos de niños que ya crecieron. Pone en evidencia la impotencia de nuestras vidas, cuando todo siempre termina. El final de la infancia, el final de la adolescencia, el final de la juventud, el intento por reconstruir nuestras vidas, y cuando comienza a desarrollarse el círculo de fracasos, nostalgia, huellas y familia”.

“El montaje logra una conexión con el público porque lo que ponemos sobre el escenario son temáticas y problemáticas con que la gente se relaciona a diario. Nos interesaba mucho hacer un trabajo que se conectara con nuestros espectadores desde ese punto de vista”, explica.

La directora

Antonella Marín debutó como directora teatral a los 22 años, en el primer Festival de Teatro Humberto Duvauchelle, donde obtuvo los premios a Mejor Montaje y Premio del Público por su obra “Minifalda”. Al comienzo de su carrera, el foco principal de sus trabajos era el ámbito de lo femenino. Ahora la directora aborda en su más reciente trabajo una forma más bien experimental de llevar el texto a escena, con constantes vínculos al teatro documental, en que elementos de la ficción y las experiencias de los actores se combinan para desarrollar el relato.