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Foro ofreció diferentes miradas sobre despenalización del aborto

26 Junio 2014

Encuentro fue el primero de una serie de conversaciones que organiza la Escuela de Obstetricia y Puericultura.

Una nueva invitación a conversar y discutir en forma abierta, respetuosa e inclusiva sobre las diversas implicancias que tendría la eventual despenalización del aborto en Chile, realizó la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Valparaíso durante el primero de la serie de debates que la misma ha organizado sobre el tema.

El encuentro inaugural tuvo lugar en la sala Musicámara de la Dirección de Extensión y Comunicaciones de nuestra casa de estudios y congregó a cinco destacados académicos y un sacerdote católico, quienes expusieron sus puntos de vista ante estudiantes, profesores y público general.

La primera en intervenir fue la directora de la Escuela de Obstetricia y Puericultura, Mariana Arancibia, quien -a modo de introducción- explicó que el objetivo de la actividad es promover el diálogo y no la defensa de una postura en particular.

Al respecto, afirmó que el aborto plantea una dicotomía moral insalvable entre dos absolutos: el derecho a la vida del que está por nacer y el derecho a decidir de la mujer. Y sostuvo que pretender descomplejizar este tema es absurdo, ya que nos plantea más dudas que certezas, como por ejemplo, ¿tiene el embrión derechos que están por encima de los de la madre a decidir sobre su cuerpo?, ¿de qué manera la mujer está protegida cuando se trata de ejercer sus derechos reproductivos?, ¿por qué el Estado no se involucra en el diseño y aplicación de políticas públicas destinadas apoyar a las mujeres en su maternidad? o ¿qué hay detrás del castigo que se pretende imponer a quien aborta?

Asimismo, recordó la inutilidad de la actual ley que rige en Chile, que desde 1989 sanciona a quienes lo practican o son cómplices, y que sabiéndose que cada año se practican miles de aborto, casi nadie va a la cárcel por ellos.

Normas y epidemiología

El segundo expositor en hacer uso de la palabra fue la abogada y profesora de la Escuela de Derecho de la UV, Daniela Montecinos, quien se refirió a la protección del que está por nacer y lo que estipulan las principales fuentes normativas -como la constitución, el código civil y el código penal chilenos- y los proyectos de ley en curso.

En tal sentido, argumentó que el debate debería centrarse en la interrogante de cuándo un individuo puede o debe ser considerado una persona sujeta a derechos y deberes, y no en el concepto de la vida, ya que a su juicio hay consenso respecto de que el feto es un ser vivo.

Posteriormente le correspondió el turno de exponer a la matrona y doctora en epidemiología, Paulina López, quien dejó en evidencia la relación que en la actualidad existe en nuestro país entre mortalidad materna y aborto.

De hecho, precisó que hoy el 15 % de los decesos de mujeres están relacionados con complicaciones derivadas de abortos y que en los hospitales la relación es de un ingreso de aborto por cada 10 ingresos de mujeres debido a nacimientos.

Sobre ese punto advirtió que las cifras reales no se conocen, ya que no hay estudios ni las encuestas públicas recogen datos sobre el asunto, sin embargo, precisó que según estimaciones en Chile a lo menos se practican 150 mil abortos al año, y que su relación es de 1 por 1,5 a 2 nacidos vivos.

Enfoque ético-social

El debate también consideró la exposición de la docente y doctora en sociología Anamaría Silva, quien abordó la particular realidad de nuestra sociedad frente al aborto, surgida de la aparente preferencia de los chilenos por la ilegalidad manifiesta antes que la aprobación de una ley que eventualmente valide ese acto en una o más de sus formas, toda vez que las cifras revelan que el aborto es practicado masivamente, en una decisión que bien podría ser asumida como colectiva, más que individual.

También dio cuenta de la asociación que tiene el aborto con la inequidad social, el estatus socioeconómico de las mujeres y el rol de éstas en la sociedad.

Su enfoque fue complementado por el sacerdote católico y magíster en filosofía, Maurice Alvarado, cuya intervención apuntó a identificar los elementos destinados a fomentar el diálogo para así evitar monólogos sobre el tema.

Sin referirse ni defender la postura de la Iglesia, el religioso apuntó hacia el proceso racional que permite al ser humano identificar qué significa que algo sea justo o correcto antes de definir, precisamente, qué es lo justo o correcto.

Además, planteó que los conceptos de autonomía de la mujer y estatus de embrión no deben ser asumidos como excluyentes entre sí, ya que en su opinión son perfectamente compatibles.

El cierre del debate estuvo a cargo del profesor de la Facultad de Humanidades de la UV y magíster en filosofía, Carlos Verdugo, quien planteó que la complejidad de la discusión sobre el aborto surge de la falta de acuerdos entre quienes profesan posturas liberales y conservadoras, pero, sobre todo, por diferencias

al interior de esas propias posturas.

A su juicio, al no haber argumentos definitivos y como Dios no le dice a todos lo mismo, establecer qué es lo bueno o lo malo, se vuelve una tarea imposible