Skip to main content

Salbutamol y gotas para los ojos tienen alta demanda en albergues

14 Abril 2014

Media docena de profesores y alrededor de 25 alumnos de quinto año de la carrera de Química y Farmacia están colaborando en la clasificación y entrega de medicamentos en tres albergues.

Intensas jornadas experimentan las farmacias de campaña que organizaron estudiantes de último año y profesores de la carrera de Química y Farmacia de la Universidad de Valparaíso en la Escuela Grecia, la Escuela Alemania y la Iglesia San Juan Bosco, albergues para las víctimas del dantesco incendio que destruyó más de dos mil casas y dejó más de ocho mil damnificados.

“Son cerca de 800 recetas que despachan a diario”, sostuvo el jefe de carrera, Juan Francisco Collao, quien advirtió que al momento de llegar al establecimiento, a poco de producida la emergencia, el dispensario era un verdadero caos, dada la falta de personal para organizar y atender la demanda de los medicamentos. Sin embargo, alumnos y profesores organizaron los medicamentos y dieron orden al sistema.

“Ahora está bien delimitada el área de farmacia y se organizaron los medicamentos por clase terapéutica. Está bien fluido, están llegando las recetas, se despachan y estamos también haciendo la contabilidad del uso de los medicamentos”, explicó Collao.

El académico advirtió que los medicamentos que se requieren con mayor urgencia por el momento son salbutamol, fármaco que se usa para la obstrucción respiratoria, producto del exceso de humo a que han estado expuestas las personas de Valparaíso, y gotas para los ojos o colirios, medicamentos utilizados para las infecciones oculares producto del contacto con las cenizas. A esto se suman los fármacos para las enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes.

La farmacia de campaña incluye la recepción de donaciones, clasificación, verificación de fechas de vencimiento y estado de los medicamentos, y su entrega a las personas que lo requieran. Esas son las principales labores a que están abocados los académicos y estudiantes de último año de Química y Farmacia, quienes así ayudan a hacer frente a la emergencia que agobió a la ciudad patrimonial.

“Creemos que es una obligación moral estar presentes en los albergues colaborando con las personas que lo han perdido todo en esta dantesca tragedia. Más aún cuando en nuestra comunidad universitaria han sido afectados tanto funcionarios como alumnos. No nos podíamos restar, como universidad pública, en la ayuda que debemos entregar desde nuestra disciplina”, enfatizó Juan Francisco Collao.