Universidad tiene dos mil 767 vacantes para 17 mil 844 postulaciones.
“La Universidad de Valparaíso sigue convocando a muy buenos estudiantes, en una cantidad importante, como para que sigamos mirando con confianza el futuro de nuestra institución”. De esa forma se expresó el rector Aldo Valle, presidente del Consorcio de Universidades del Estado de Chile, tras recorrer el Polo de Matrículas para este proceso 2014, que se encuentra funcionando en el Gimnasio Polideportivo de la casa de estudios.
En cuanto al proceso que se desarrollará hasta este miércoles 15, Valle agregó que este año “se ha extendido el espacio, aumentado el número de cajas, la capacidad de apoyo y asistencia a quienes llegan a matricularse. Son tres días en que debemos disponer la tramitación y los espacios de la mejor manera posible”.
Mayor apoyo del Estado
Este año postularon a nivel nacional 119 mil 161 mil estudiantes, de los cuales 95 mil 568 fueron seleccionados en una de sus preferencias. La Universidad de Valparaíso tiene dos mil 767 vacantes para 17 mil 844 postulaciones.
“Como todos los años, la Universidad de Valparaíso ha convocado a un número muy importante de estudiantes. En algunas carreras el número de postulantes es muy superior a las capacidades que tenemos para matricular, y por eso siempre hacemos hincapié en que el Estado debiera apoyar más a sus universidades, de modo que éstas puedan contar con las capacidades para acoger a esos miles de estudiantes que quieren hacerlo en nuestras instituciones y a los que no podemos acoger por razones de infraestructura y financiamiento”, señaló.
En este sentido, el rector Valle añadió que “el resultado del proceso sin duda ratifica que los estudiantes tienen una preferencia por universidades del Consejo de Rectores, y que de esta forma un sistema público de admisión es también reconocido por los estudiantes y las familias, porque se concentra el mayor número de estudiantes que optan por una de las carreras que ofrecen estas universidades”.
“En Chile no hay libertad para que los estudiantes puedan elegir entre una universidad pública o privada, porque nuestras instituciones teniendo un número muy alto de postulantes no pueden acoger a todos esos estudiantes debido a estas esas decisiones de política pública que nosotros entendemos como equivocadas”, puntualizó.
Sistema escolar excluyente
En cuanto a la aplicación del Ránking de Notas en el proceso de matrícula, el rector explicó que “es una medida que tiene por objeto morigerar el efecto excluyente que tiene el sistema escolar en nuestro país. Muchos estudiantes con talento, con mérito, capacidades, no logran superar las exigencias evaluativas que tiene la PSU”.
“Lo que hace el Ránking es complementar, pero no puede cambiar una realidad sustantiva que acontece trece o quince años antes. El sistema educacional chileno comienza esta segregación desde la educación preescolar, cuya cobertura todavía es muy básica, insuficiente. Desde ese modelo se marcan las diferencias de acceder a la educación superior. Es difícil que el Ránking a última hora y después de toda esa segregación sistémica pueda corregir los efectos de un sistema escolar, que diversos estudios lo identifican como uno de los más segregadores y excluyentes en el planeta”, añadió.
Para Valle “el camino no es eliminar la PSU, sino tener un sistema de admisión que considere variables cognitivas, pero también otras como el desempeño de cada estudiante en su medio y conforme a sus oportunidades de aprendizaje. Esto todavía no lo hemos logrado y el Consejo de Rectores seguirá dando pasos en este sentido”.
Puntajes nacionales en regiones
Este año la región en su conjunto logró atraer a las instituciones del Consejo de Rectores cerca de 22 puntajes nacionales, con 19 puntajes nacionales locales.
“Todavía es una meta que debemos mejorar, pero esos puntajes nacionales hablan de cómo en Santiago se concentran los mejores colegios, los mejores capitales socioculturales a nivel de familia y de colegio. El mayor número de puntajes nacionales no está en las regiones: esa es la otra cara de esta segregación que produce entender la educación como un bien de consumo, como una mercancía o como una industria o un mercado determinado por ofertas y demandas; es decir, por capacidades de pago”, manifestó Valle.
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