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Párvulos se transforman en científicos por un día

22 Noviembre 2013

Niños y niñas del Jardín Infantil Conejito Blanco visitaron los laboratorios del Centro de Investigaciones Biomédicas UV, en donde realizaron experimentos con células.

Doce niñas y niños pertenecientes al tercer nivel de transición del jardín infantil Conejito Blanco, visitaron el Centro de Investigaciones Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, para conocer sus instalaciones y realizar experimentos con células.

La visita tuvo por objetivo acercar las ciencias a los menores en etapa preescolar, como parte de un programa que comenzó a ser implementado el año pasado y que comprende la realización de actividades lúdicas en salas de clases y visitas a laboratorios.

La iniciativa es impulsada por los científicos del Centro de Investigaciones Biomédicas y las profesoras y estudiantes de la carrera de Educación Parvularia de la UV.

A su llegada a la Facultad de Medicina, los párvulos fueron recibidos por el doctor Antonio Orellana, decano de la Facultad; el doctor Sebastián San Martín, director del Centro de Investigaciones Biomédicas; Mary Bustos, directora de la carrera de Educación Parvularia; Cristian Salazar, director de la Escuela de Medicina, y el equipo de trabajo que lleva adelante este proyecto, quienes los invistieron con la tradicional capa blanca que ocupan los científicos.

Ya en los laboratorios, y luego de ponerse guantes quirúrgicos, los niños experimentaron con pipetas y microscopios y participaron en una serie de actividades lúdicas y formativas.

“Este programa permite a los niños ver cómo se concreta, en la práctica, el trabajo científico. La idea es despertar en ellos el interés por la ciencia, que se den cuenta que no sólo se trata de teorías sino que su quehacer es concreto, interesante y muy entretenido”, explicó el director del Centro de Investigaciones Biomédicas, Sebastián San Martín.

Por su parte, la directora del jardín Conejito Blanco, Lilian Cavalcanti, comentó que “los niños y niñas han estado trabajando en actividades en el jardín infantil en torno a las células y su composición. Saben diferenciar el núcleo, el citoplasma y la membrana, porque este tipo de actividades responden a una metodología adecuada para el aprendizaje de los niños de entre cuatro y cinco años de edad”.

Según explicaron los gestores de esta iniciativa, el objetivo es que pueda transformarse en un programa de aplicación permanente, no solo en el citado jardín infantil sino en otros de la ciudad.