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Spin-off de la UV: primer lugar en los Avonni 2013

28 Octubre 2013

Innovador Sistema de Implante Integrado permitirá la transferencia tecnológica en las líneas de la ingeniería de tejidos y criopreservación. Esta biotecnología se impuso frente a 280 proyectos de todo el país.

El premio Avonni 2013 en el área de Salud tiene sello regional. La Universidad de Valparaíso junto con su spin off, el consorcio Inbiocriotec, obtuvo el primer lugar en la categoría Salud Banmédica, por la creación del Sistema de Implantes Integrado (SII), una moderna tecnología que permite curar lesiones profundas a la piel, con excelentes resultados demostrados en las pruebas clínicas.

Las lesiones cutáneas en el ámbito de la salud son uno de los problemas con mayor prevalencia en la población. Más de 40 millones de heridas en el mundo requieren de una solución efectiva. Y Chile no es la excepción. Quemaduras, traumatismos y úlceras venosas son capaces de provocar lesiones profundas a la piel que merman ostensiblemente la calidad de vida de los pacientes.

Casos

Exequiel Pizarro trabajó por más de 20 años en la construcción, y hace nueve lo operaron de una várice. Al día siguiente de la intervención quirúrgica se le infectó. Desde ese momento —relata— “comenzó mi calvario”. A pesar de los continuos tratamientos asistenciales a los que fue sometido, no logró cerrar la herida en forma definitiva… Hasta ahora.

“Me demoraba un año y medio en sanar la herida. Volvía a trabajar y no alcanzaba a estar ni dos meses en el trabajo y se me reventaba la piel nuevamente, porque era muy sensible, y me daban otro año de licencia”, relata.

En el Centro de Salud Familiar de Villa Alemana, campo clínico de la UV, Pizarro fue sometido a las pruebas del SII, que a través de su innovador formato de parches de células madre, obtenidas del propio paciente, permitieron despertar la esperanza de una mejor calidad de vida.

El doctor Fernando Ramírez, del Cesfam, confirmó que Exequiel comenzó el tratamiento en junio de este año, cuando ingresó con dos heridas, una de ellas abarcando desde la primera piel hasta el hueso, pero sin comprometerlo. “Exequiel es un paciente que llevaba mucho tiempo en tratamiento asistencial sin poder cerrar la herida”, afirmó Ramírez.

César Narváez es otro caso. “Hace once meses que tenía la herida. Me sentía mal, un dolor inmenso. No podía caminar”, recuerda. Presentaba ulceras en sus extremidades inferiores. Si bien sus heridas eran pequeñas, tenía una gran cantidad de piel necrosada. Esa piel se perdió hasta llegar a una lesión que llegó a abarcar toda la cara anterior de la pierna.

Frente a esta realidad, investigadores de la Universidad de Valparaíso, trabajaron en forma conjunta con científicos de tres universidades de la región y el Instituto de Seguridad del Trabajo, IST, logrando desarrollar un producto biotecnológico, que viene a consolidarse como la solución para pacientes que presenten lesiones profundas a la piel de manera efectiva y eficiente en el tiempo.

Altos estándares

El Sistema de Implante Integrado (SII) permite regenerar los tejidos de piel con altos estándares de calidad. Fue así que tanto César como Exequiel en pocos meses comenzaron a regenerar sus tejidos, y prácticamente sus heridas están ya cerradas o van en claro camino de hacerlo.

Para el doctor Ramírez el SII tiene ventajas comparativas con respecto a los tratamientos que se ofrecen en el mercado. “Primero la disminución del dolor y segundo el tiempo de tratamiento, frente a lo que se hace hoy en día, cuando los tratamientos pueden durar un año y más, incluso algunos están en tratamiento crónico. Nosotros con esta tecnología en un período que puede llevar de seis a ocho meses logramos generar el cierre de las heridas”.

Añadió que “es una tecnología tremendamente ventajosa, porque todo lo que se usa es del paciente. Es muchísimo más económico, no es invasivo y nos aseguramos de que no haya rechazo por parte del paciente, porque son células propias de él. En este momento es lo mejor que existe para tratar este tipo de patologías y sin lugar a dudas en el sistema público es único, y es lo mejor que hay a nivel país”.

Exequiel Pizarro lo confirma: “Con este nuevo implante ando superbién, ya no siento dolor, la herida está cerrando bien y ya no cojeo. La vida me cambio totalmente; antes andaba muy amargado, porque me veía la pierna y me daba pena. Ahora estoy superbién, contento y viendo que ya de la herida me queda poquito”.

A jucio de la doctora Caroline Weinstein, investigadora del equipo UV que desarrolló la tecnología SII, esto “es un ejemplo de cómo una universidad estatal está generando bienes que van a satisfacer necesidades no sólo del país, sino que también a nivel internacional. Normalmente la investigación se queda en buenas ideas; no obstante, aquí estamos logrando una investigación que realmente está recuperando la salud de los pacientes, pero adicionalmente va a crear una empresa productiva que dará puestos de trabajo a las personas”.

Es decir, un concepto global de innovación, que se da precisamente en lo que se ha llamado el año de la Innovación.

Inbioderm +C

El producto desarrollado para el tratamiento de las lesiones es el denominado Inbioderm +C, que entrega una solución real a los pacientes. Los estudios clínicos realizados así lo demuestran.

Tal como lo explicó la doctora Caroline Weinstein, el Inbioderm +C es un sistema de implante cutáneo para tratamiento de heridas profundas, ya sea por quemaduras, úlceras venosas y por traumatismos, entre otras, a través de una matriz porosa en la que se embeben células madre, en formato de parches, del propio paciente.

Este producto es capaz de regenerar los tejidos con excelentes resultados en los pacientes, sin dolor y a corto plazo. “Hemos logrado que heridas crónicas, que no sólo tienen dimensiones en longitud bastante extensas, sino además muy profundas —que llegan hasta la capa muscular—, de unos 800 centímetros cuadrados, reducirlas en un par de meses con varias aplicaciones del producto, llegando casi hasta la epitelización”.

Además, destacó que también han desarrollado esquemas de tratamientos de acuerdo a las necesidades de la propia persona, “por lo tanto es una terapia individualizada a la medida del paciente”. Añade: “Quizás los casos más interesantes son los hemos desarrollado en el Cesfam de Villa Alemana, con pacientes que no tienen acceso inmediato, oportuno a curar su patología de base, y logramos mejorar su calidad de vida, con la epitelización de esas heridas, mientras esperan a que haya una cirugía que sea reparadora de su condición de base. Es decir, estamos aportando a pacientes carenciados una terapia sintomática, mejorando su calidad de vida, disminuyendo el dolor y hasta logrando una epitelización”.

Por su parte el doctor David Tolosa, director del Departamento de Salud de la Corporación Municipal de Villa Alemana, aseguró: “Hemos comprobado que pacientes que vienen padeciendo lesiones por úlceras varicosas, que por años han tenido una mejoría muy pobre han recuperado, con el tratamiento SII, su funcionalidad en poco tiempo. Dados los resultados creemos que es un producto que ha solucionado un problema con el cual hemos luchado por siempre. Las úlceras son lesiones crónicas que se prolongan por quince a 20 años, y sabemos lo que eso significa para el paciente”.

Claudio Aguirre, gerente de Inbiocriotec, sostuvo que “hoy podemos decir que para millones de personas, tanto en Chile como en el mundo, hay una solución creada en el país y en la Quinta Región por científicos de la zona, que permite ofrecer una alternativa efectiva para las lesiones de piel. Hoy hemos sido reconocidos y el rol que ahora le toca a Inbiocriotec es tener la capacidad para llevar este producto al mercado”.

El SII se impuso como ganador del premio Avonni 2013, en el área de Salud Banmédica, al que postularon 280 proyectos de todo el país y que este año tiene la categoría de Premio Nacional a la Innovación.

Donald Brown, académico de la Facultad de Ciencia UV y miembro del equipo de investigadores, indicó que “me parece que es una noticia muy positiva, que me llena de alegría porque es el fruto de un gran esfuerzo. Como académico uno realiza tres funciones que son las básicas en la universidad: extensión, docencia e investigación. Esto parte de la investigación básica, llevando estos resultados a la investigación aplicada, y este premio significa la culminación de ese proceso, entregar un producto al medio que al final es la conjunción del trabajo integrado de varias instituciones en esta unión al mismo tiempo con la empresa. Es el salto de la investigación básica a la investigación aplicada, generando un producto que puede significar un aporte en la labor de extensión hacia la comunidad”.