El programa fue concebido como un taller teórico vivencial y estuvo a cargo del actor, maestro de yoga y clown catalán Francesc Margenat y la médico francesa Julie Pelicand
Más de una veintena de profesionales vinculados al área de la salud, voluntarios y estudiantes participaron en el curso “El arte de cuidar a través del juego y la risa”, que se realizó en el Parque Cultural Valparaíso, con el respaldo de la Coordinación de Extensión y Vínculos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.
El programa fue concebido como un taller teórico vivencial destinado a entregar conocimientos y herramientas lúdico creativas, para fomentar el autoconocimiento de quienes tienen a su cargo o deben atender, en forma permanente, a personas enfermas o con algún grado de discapacidad.
Mediante charlas, meditaciones, juegos, actividades de interacción y ejercicios corporales, los asistentes al curso se fueron adentrando, poco a poco, en disciplinas que aún son poco conocidas y practicadas en Chile.
Conexión con lo espontáneo
Los facilitadores del curso fueron el actor, maestro de yoga y clown catalán Francesc Margenat y la médico francesa Julie Pelicand, quienes desde hace varios años vienen trabajando juntos en este tipo de iniciativas que, según explicaron, apuntan a fomentar la capacidad de la gente de conectarse con la espontaneidad, con el fin de que se acerquen a ellos mismos y a los demás, fomentando así su actitud hacia el cuidado desde una nueva dimensión física y mental.
“El arte de cuidar, a través de la risa y del juego, se enfoca en potenciar las capacidades relacionales y creativas de las personas, para facilitar su relación con el entorno y los otros. Si yo estoy bien puedo cuidar mejor, de manera más humana y procurando un mejor bienestar”, precisó Margenat, quien en 2010 fundó en nuestro país “Clownpamento”, proyecto artístico social vinculado al área de la salud.
Por su parte, la doctora Pelicand, quien se tituló en la Universidad de París y desde hace diez años investiga elementos comunes entre lo artístico y el arte de sanar, aseveró que este taller teórico vivencial busca entregar a la práctica médica una nueva perspectiva, “una forma creativa e ingeniosa para asumir y manejar las emociones, expresándolas, validándolas y modificándolas, para provocar un cambio destinado a hacer que las adversidades se transformen en fuerzas impulsoras”.
El taller fue ampliamente apreciado por el decano de la Facultad de Medicina UV, Antonio Orellana, quien, junto con felicitar a los organizadores, sostuvo que “iniciativas como ésta encierran un gran valor y significado, pues en la medicina se enseña a sanar sin, muchas veces, ir más allá. Pero cuando es imposible curar, se debe seguir cuidando”.
Testimonios
Entre los asistentes al programa figuraron profesionales vinculados al área de la salud, cuidadores voluntarios y estudiantes, todos los cuales se manifestaron entusiasmados con las actividades en las que participaron.
“Durante 33 años he cuidado a distintas personas y pacientes. Tengo un hijo con discapacidad intelectual. Vine a este curso para aprender a reír”, confesó Teresa González, paramédico del hospital Carlos van Buren de Valparaíso.
Sofía Zárate, integrante de la agrupación Llamado de Cristo, de la Iglesia La Matriz, que recorre las calles y los cerros de ese sector ayudando a personas abandonadas y desvalidas, dijo que buscó esta instancia para “aprender más y saber cómo encajar de mejor manera en el mundo de la pobreza, el desencanto y la marginalidad, para llevar alegría a quienes no la tienen”.
En tanto Bárbara Rubio, fonoaudióloga de que vive y trabaja en Villarrica, reveló que viajó especialmente para asistir al curso, pues trabaja en una escuela de lenguaje y quiere enseñar y motivar de mejor manera a los niños a los que atiende.
Y Javiera Basáez, alumna de la carrera de Trabajo Social de la UV y quien colabora en el Centro Comunitario de San Roque, dijo que este tipo de instancias permiten a futuro “marcar la diferencia”.
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