
Chilenos están conformes con sus vidas, pero son críticos con la sociedad
Las conclusiones del informe fueron dadas a conocer por Rodrigo Márquez, investigador del PNUD y académico de la UV, en la Facultad de Humanidades UV.
Una nueva presentación del Informe de Desarrollo Humano en Chile realizó el Instituto de Sociología de la Facultad de Humanidades de la UV, que desde 2004 se ha preocupado de presentar de manera exclusiva este material en Valparaíso. La presentación estuvo a cargo del doctor en Sociología y académico de la UV, Rodrigo Márquez, quien conforma el equipo investigador del PNUD en Chile, e incluyó los comentarios del rector Aldo Valle y el estudiante Javier Molina, de la carrera de Sociología.
El director del Instituto de Sociología, Juan Orellana, señaló que los grandes desafíos que tiene el desarrollo de la sociedad chilena son temas que al Instituto le interesa abordar en profundidad, siendo este tipo de actividades una instancia para ello.
“Nos interesa convertir a la UV en un espacio de discusión de los grandes problemas y desafíos que tiene la sociedad chilena. El informe señala que debemos desarrollar de manera más profunda las conversaciones que han ido surgiendo en los distintos sectores de la sociedad chilena que desde el año pasado conocimos, y no sólo da a conocer su malestar, sino que también podemos definirlo como un despertar de la conciencia, base para la recuperación de la política y la democracia”, afirmó Orellana.
Informe
El Informe sobre Desarrollo Humano en Chile 2012, titulado “Bienestar subjetivo: el desafío de repensar el desarrollo”, plantea que hoy Chile está llamado a rediscutir los fines del desarrollo desde la subjetividad de las personas; es decir, desde la manera en que piensan y sienten y desde la evaluación que hacen de sus vidas y de la sociedad en que viven.
Márquez sostuvo que los índices dados a conocer en el informe presentan una aparente paradoja en la gente de nuestro país, pues a pesar de la satisfacción personal en la que manifiestan vivir, aumenta la crítica hacia las instituciones y la desconfianza en las oportunidades que entrega el país.
“Nosotros creemos que ahí existe un campo interesante en que se expresa la necesidad de repensar cuáles son las finalidades del desarrollo, porque lo que aspiramos es una coherencia entre estos dos momentos y eso es lo que a veces no observamos. Alguno dicen ‘aquí está todo bien porque la gente está más satisfecha con sus vidas’, y olvidan que eso se da en un contexto de otro tipo de seguridades, de relaciones sociales, y expresa desafíos que no estamos asumiendo como sociedad. Debemos investigar y conocer mejor la dinámica entre la vida personal y la expresión de la sociedad, que son dos momentos de un mismo proceso: hay una sintonía de la cual hay que hacerse cargo”, afirmó el investigador del PNUD.
El académico UV agregó además que la gente cree que para tener felicidad la sociedad no importa, ante lo cual el informe muestra lo contrario. “La estructura social sí incide en la posibilidad de llevar adelante un proyecto de vida satisfactorio. El esfuerzo individual sí es importante para conseguirlo, pero no se da en el aire, sino enmarcado en condiciones sociales, que pueden ayudar a concretarlo”.
[b]Conclusiones generales del informe[/b] —Los chilenos y chilenas están satisfechos con sus vidas. La mayoría considera que hoy su vida es mucho mejor que hace diez años (55 por ciento), y el promedio de satisfacción con la vida, en una escala de 1 a 10, es de 7,3. Sin embargo, está desigualmente distribuida: mientras el 90 por ciento de las personas del grupo ABC1 se encuentran muy satisfechas con sus vidas, sólo el 56 por ciento del grupo E declara lo mismo. Mirado en el tiempo, la satisfacción aumenta: mientras en 1995 un 58 por ciento de la población se declaraba muy satisfecha o satisfecha, hoy el 77 por ciento se declara de tal forma. —La percepción de la sociedad es más bien negativa, y en el largo plazo ha venido empeorando. La ciudadanía evalúa con una nota promedio de 4,1 las oportunidades que el país entrega a las personas, y en ciertos ámbitos, como seguridad humana y participación, Chile obtiene nota roja. La confianza en las instituciones se ha ido deteriorando; mientras en 1995 un 30 por ciento confiaba en las instituciones, hoy solo lo hace un 20 por ciento. En síntesis, “satisfechos consigo mismos pero críticos con la sociedad”: esa parece ser la realidad de la subjetividad en Chile, mirada en el largo plazo. Informe completo disponible en [C3]http://www.desarrollohumano.cl/[/C].