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Interrupción de lactancia materna aumenta el riesgo de enfermedades en los niños

26 Noviembre 2012

Expertos y autoridades evaluaron la pertinencia de las acciones y políticas públicas que en nuestro país se están aplicando en esta materia, durante el Primer Congreso Nacional de Lactancia Materna, que organizó la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Valparaíso.

Un cincuenta por ciento más de posibilidades de padecer meningitis, otitis, infecciones respiratorias, malnutrición o bajo desarrollo cognitivo, tienen los niños chilenos que dejan de ser amamantados por sus madres antes de los seis meses de vida.

Esta reveladora realidad fue dada a conocer en el Primer Congreso Nacional de Lactancia Materna, que organizaron la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Valparaíso y la Comisión Regional de Lactancia Materna, con el respaldo de Ministerio de Salud y el Servicio Nacional de la Mujer.

En el encuentro, que fue inaugurado por el secretario regional ministerial de Salud, Jaime Jamett, se dieron cita autoridades, académicos y expertos pertenecientes a instituciones públicas y privadas de diferentes regiones del país.

En la ocasión se exhibieron cifras sobre la situación de la lactancia materna y los indicadores más relevantes, con el propósito de medir su impacto en la comunidad, evaluar hábitos y discutir la pertinencia de las acciones y políticas públicas que en nuestro país se están aplicando en esta materia.

Al respecto, la jefa de la Unidad de Programas Alimentarios y Nutrición de la Seremi de Salud de la Región de Valparaíso, Andrea Olguín, afirmó que a pesar de los esfuerzos que se vienen realizando, el porcentaje de niños que son alimentados exclusivamente con leche materna presenta un severo descenso.

De hecho, los indicadores que en la actualidad se manejan revelan una realidad preocupante. En el primer mes, el porcentaje de los niños chilenos que son amamantados por sus madres es del 77 por ciento, en el tercer mes llega a 64 por ciento y —lo que a juicio de las autoridades y expertos es más preocupante— en el sexto mes la cifra es de apenas 41 por ciento.

Hace tres años, esos registros alcanzaban el 80, 68 y 46 por ciento respectivamente. Es decir, el descenso ha comenzado a marcar una tendencia claramente negativa, cuyas causas no están claras, pero sí sus efectos.

“Esta descrito en muchos estudios que si se logra llegar a los seis meses con lactancia materna exclusiva, los beneficios son altísimos. Hay menor riesgo de que los niños contraigan enfermedades como meningitis, otitis o infecciones respiratorias. Cuando la prevalencia de la lactancia materna es de uno o tres meses, la protección es mucho menor, porque es a partir de seis meses que el efecto o beneficio se acumula. Eso incrementa exponencialmente los riesgos de enfermedad e, incluso, que sean víctimas de maltrato”, advirtió Andrea Olguín.

Realidad en regiones

En la Región de Valparaíso, la realidad es muy similar. Según las cifras ministeriales, el porcentaje de niños de seis meses que son alimentados exclusivamente con leche materna es del 40 por ciento, levemente inferior a la media nacional. Mientras que en los casos de los niños de uno y tres meses la cifra alcanza hoy el 78 y 65 por ciento, respectivamente.

Por el contrario, las regiones que mejores indicadores presentan son las de la Araucanía y O’Higgins, que en promedio muestran porcentajes cercanos al 60 por ciento en los niños de seis meses.

Causas y costos

En opinión de la directora de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Valparaíso, Mariana Arancibia, existe una muy limitada información nacional sobre las causas de destete precoz, lo que impide definir las intervenciones que pudieran ser más efectivas.

“Estudios en diversos países han identificado que la duración de la lactancia materna exclusiva se relaciona fundamentalmente con la edad materna, paridad, nivel socioeconómico, tabaquismo, consejería en lactancia, uso de chupete, jornada laboral y algunas características del recién nacido. Incuso, un estudio reciente en Chile demostró que el uso de sueros o de sustitutos de la lactancia materna en la maternidad reduce la probabilidad de tener una lactancia materna exclusiva al mes de vida”, explicó la académica de la UV.

El uso de alimentos o suplementos artificiales también presenta un componente económico no menor, toda vez que los registros indican que, en promedio, el gasto en el que incurre una familia chilena para alimentar a un hijo lactante puede llegar a equivaler al 30 por ciento del salario mínimo.

Dicha cifra es similar a la que exhiben países como Polonia y Eslovaquia, donde el costo es del 26 y el 43 por ciento, pero muy superior a la que muestran Nueva Zelandia y Alemania, donde apenas es del seis por ciento.