Con el objetivo de aunar criterios y generar un polo de desarrollo en materia de conocimientos sobre el área, durante dos días en el Centro de Extensión de la Universidad de Valparaíso se llevan a cabo las Segundas Jornadas de Invierno de Fonoaudiología.
Dicho polo de desarrollo se aboca a la investigación y las nuevas prácticas clínicas en la Región de Valparaíso, entre otras áreas. Para Daphne Marfull, coordinadora de Postgrado y Postítulo de Fonoaudiología, lo importante de estas jornadas es descentralizar las actividades de la profesión, realizando este tipo de encuentros fuera de Santiago. “Contamos con siete universidades en la zona que tienen la carrera, entonces la idea es aunar criterios y empezar a formar un polo de desarrollo desde la Quinta Región”, explica la académica.
Las principales temáticas que abordan las Jornadas son habla y lenguaje en adultos, habla y lenguaje infantil, voz y audición. Cada módulo presenta actualización e información reciente en el campo de la Fonoaudiología.
La actividad está dirigida a estudiantes, egresados de Fonoaudiología y profesionales.
Tartamudez
La tartamudez fue uno de los temas que los especialistas revisaron al abordar el habla infantil. Esta afección va más allá del niño, ya que implica una interacción del menor con la sociedad.
La tartamudez no es bien valorada por la sociedad, generando un daño al niño al ser discriminado. El rol del educador es fundamental al momento de hacer una evaluación en los niños que presentan este trastorno del habla, según explican Daniela Moya, fonoaudióloga, y Natalia Topaz, psicóloga.
“No es una enfermedad, se define como un trastorno del habla”, explica Natalia, mientras Daniela indica que la enfermedad se manifiesta en una persona, a diferencia de la tartamudez que es relativa. Las profesionales señalan que la tartamudez aparece a cualquier edad, aunque su mayor recurrencia es entre los dos y los cinco años, cuando el menor inicia el desarrollo del lenguaje.
La psicóloga es categórica al señalar que la causa de este trastorno es desconocida. “Actualmente, algunas teorías indican que predomina un componente hereditario que es fundamental, pero se daría sólo sí el ambiente es exigente, es decir, si hay un ambiente que ayuda a que aparezca la tartamudez”, explica Natalia Topaz.
Las profesionales añaden que los niños que padecen de tartamudez han recibido discriminación en las escuelas, y que el problema se manifiesta cuando deben desarrollar tareas de expresión verbal o pruebas orales.
“Muchos reciben burlas, no sólo de compañeros, sino también de profesores o de los propios padres, que los viven retando o criticando, por lo tanto es mucha la afectación”, señala Daniela Moya.
Relacionados
