Carrera de Educación Parvularia impartió jornada de autocuidado para profesionales del área
La carrera de Educación Parvularia de la Universidad de Valparaíso realizó una jornada de autocuidado, referida al desempeño del profesional de la educación inicial, puntualmente centrada en la preocupación que deben tener las educadoras de párvulos respecto de su voz y la posición del cuerpo. La actividad estuvo dirigida a educadores de párvulos y profesores que desempeñan labores pedagógicas con niños pequeños.
La jornada de trabajo se enmarcó dentro de las actividades de vinculación con el medio de la carrera, como también en el plan estratégico de la carrera, que busca potenciar y ampliar alianzas con instituciones regionales, además de crear redes de desarrollo y colaboración al interior de la Facultad de Medicina, en conjunto con los centros de práctica, profesionales titulados y empleadores.
“El autocuidado se relaciona con la mirada de uno mismo respecto a la profesión que uno desempeña. Es importante mirarse en todo sentido, de manera integral, lo que involucra la forma de sentarse, la forma en que se utilizan los recursos y herramientas de trabajo”, señaló Carola Cacciuttolo, coordinadora de prácticas de la carrera de Educación Parvularia.
La jornada contó con la participación del kinesiólogo Leopoldo Galindo y la fonoaudióloga Cristina Carmona, académicos docentes de la UV, quienes abordaron temas relativos al cuidado del cuerpo y el uso de la voz como herramienta de trabajo.
Carola Cacciuttolo destacó además la importancia de las condiciones del lugar de trabajo, que son fundamentales en el autocuidado. “Nosotros hicimos una convocatoria a directores de escuelas y a empleadores para que comiencen a preocuparse del tema”, precisó la académica.
Cuidado externo
Por otro lado, la jornada dedicó un espacio a la revisión del tema de los accidentes que pueden sufrir los niños a cargo de las y los educadores de párvulos. Gudrun Marholz, académica de la carrera de Educación Parvularia, señaló que en estos casos “lo importante es que la educadora esté presente y disponible para atender al niño y entregar la información oportuna y certera a los padres y a los medios que atiendan al niño, para que los profesionales de la salud tengan la información completa”.
Para estos casos, los jardines infantiles de la Junji cumplen un protocolo de emergencia. “Nosotros no somos los profesionales adecuados como para decidir qué tan grave o menos grave es una lesión, y cuando nos enfrentamos a estos casos, procedemos con la tramitación del seguro escolar que protege a nuestros niños y les permite contar con una atención gratuita”, indicó la educadora Ana María García.
Agregó la profesional que “la educadora que está en esa sala, debe informar inmediatamente a la dirección del establecimiento y comunicar también a la familia”.