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Los padres deben estar bien informados para criar hijos con buenos hábitos alimenticios

04 May 2012

“A los 18 años una persona ha recibido 20 mil horas de información sobre comida chatarra, y una cantidad mínima de información sobre alimentos saludables”, destacó el profesional, llamando a revisar los contenidos de los medios de comunicación y las campañas publicitarias.

Próximamente, ningún escolar podrá comprar papas fritas en su colegio, ni ningún tipo de comida chatarra. La Ley de Rotulado, que prohíbe este tipo de expendios en establecimientos educacionales y promueve una vida más saludable a través de la regulación del etiquetado, será próximamente publicada. Al respecto, el nutricionista Rafael Jiménez, académico de la Universidad de Valparaíso, destacó que si bien el cuerpo legal es de gran utilidad, lo más importante es la educación: tener una población informada es lo que permite mejorar los hábitos alimenticios y evitar los problemas derivados de la obesidad y el sobrepeso.

“Tenemos que recordar —señaló Jiménez— que esta ley se comenzó a desarrollar en función de los grandes problemas de salud que tiene la población, no solamente la nacional: mundialmente estamos con un gran problema de obesidad y sobrepeso en adultos y en niños. Casi el 70 por ciento de los chilenos, es decir, siete de cada diez personas tiene problemas de sobrepeso y obesidad, y más del 20 por ciento, a lo menos uno de cada cinco de los niños, tienen problemas de sobrepeso u obesidad. Esto trae como consecuencia problemas de hipertensión, de colesterol alto, de diabetes, etcétera, que finalmente van a terminar con dolencias cardiacas, con infartos, etcétera, va a acortar la vida o va a hacer que la calidad de vida sea no deseable”.

Por otro lado, explicó el nutricionista, “la industria está proveyéndonos de una cantidad de alimentos sobre los cuales sólo nos estamos guiando por el sabor, pero alimentos que son muy ricos en azúcar, muy ricos en sal, muy ricos en grasa, muy ricos en colesterol, que son elementos que están vinculados directamente con el tema de salud que estamos hablando, cual es el sobrepeso y obesidad”.

De esta forma, “el rotulado, que existe desde hace muchos años, normalmente la gente no lo lee. Una cosa es entregar la información en el rotulado y otra cosa es que las personas puedan interpretar lo que ese rotulado dice. De modo que cosas tan simples como poner en el rotulado ‘este alimento es alto en sal’, ‘este alimento es alto en grasa’, ‘este alimento es alto en azúcar’, es muy importante, pero es importante también que la población, que la gente pueda interpretar esa información ‘alto en grasa’ como una información que le está diciendo que ese alimento no es deseable. No vaya a ser cosa que uno empiece a interpretar que es bueno que un alimento sea alto en calorías, que sea alto en grasas, que sea alto en azúcar: eso es malo y hay que interpretarlo de esa forma”.

Por lo anterior, destacó Jiménez, “hay que dar mucha educación, particularmente a los niños, que es con los que creo que podemos hacer prevención. Con los adultos ya es muy difícil. Porque a esta altura los padres tampoco tienen muy claro qué es lo bueno y qué es lo malo, porque en la televisión, en la radio, en general en todos los medios de comunicación, nos están poniendo una serie de alimentos que son nocivos para la salud”.

El profesor acota un potente ejemplo de lo anterior: “Una lata de esas bebidas azucaradas, cualquiera sea el nombre, tiene ocho cucharaditas de azúcar; eso la gente no lo sabe, y ocho cucharaditas de azúcar es muy nefasto. Hay personas que consumen hasta dos y tres litros de alguna bebida azucarada, de estas bebidas cola, de modo que consumen casi una taza de azúcar sólo por ese tipo de bebidas. Es más, uno debe considerar que cuando una persona tiene sed, lo que necesita es saciar la sed, y eso se sacia con agua. Sin embargo, los hábitos actuales, la información, nuestra cultura nos está diciendo que debemos saciar la sed con un líquido que aporta calorías, cuando las calorías debiéramos obtenerlas solamente en los tiempos de comida”.

De esta forma, para el nutricionista no se puede confiar la responsabilidad de los hábitos saludables en los niños a los padres: “Los padres tienen que estar bien informados para formar hábitos adecuados en sus hijos, y eso lo necesitamos obtener por los medios de comunicación. Según una revista dedicada a la diabetes, a los 18 años una persona ha recibido 20 mil horas de información sobre comida chatarra. En ese mismo período, ha recibido una cantidad mínima de información de alimentos saludables, por lo tanto es necesaria una regulación de las campañas publicitarias”.