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Académicos llaman a mantener reivindicaciones sociales con racionalidad y respeto a la institucionalidad

20 Abril 2012

Durante la inauguración del año académico 2012 de la Escuela de Derecho UV, se abordó el tema de las movilizaciones estudiantiles y la representatividad ciudadana.

“La forma de plantearse ante situaciones que nos parecen inadmisibles no es la violencia ni la irracionalidad”, aseveró el decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Alberto Balbontín, durante su intervención en la ceremonia de inauguración del año académico 2012 de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, agregando que “ni los gritos ni los insultos han servido jamás para hacer predominar la razón, y sí para imponer, la mayoría de las veces, la sinrazón”.

La autoridad planteó estas consideraciones en el marco de su análisis de las demandas por mejorar el sistema educacional chileno que explotaron el 2011, uno de los temas que abordó al intervenir en el acto académico, el cual tuvo también como propósito dar la bienvenida a los alumnos que ingresaron a primer año a estudiar la carrera de Derecho en la UV.

La ceremonia, realizada en el Aula Magna de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, estuvo encabezada por el presidente de la Junta Directiva, Gerardo Donoso, y el rector subrogante, Pablo Roncagliolo. Asistieron además el director de la Escuela de Derecho, Ricardo Saavedra; la mesa directiva del Centro de Estudiantes de Derecho, encabezada por su presidente, Gabriel Alegría, y académicos, estudiantes e invitados especiales.

En la ocasión, se ofreció la clase inaugural “La institucionalidad republicana y las tentaciones de otra historia”, a cargo de Sofía Correa Sutil, doctora en Historia y académica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chie, quien también se refirió a la coyuntura nacional y los distintos descontentos sociales manifestados en los últimos años con la aparición de lo que denominó “representaciones sectoriales y corporativas”, que aparentemente rechazan y desconfían de la institucionalidad republicana.

En este acto académico, se entregó además el diploma que acredita la Beca de Honor 2012 al alumno Andrés Chamorro Acuña, quien ingresó con el mejor puntaje PSU a la carrera de Derecho.

En su intervención, el presidente del Centro de Estudiantes de Derecho, Gabriel Alegría, hizo un llamado “a democratizar, a participar, a luchar y a tomarnos todos y cada uno de los espacios de esta Universidad, porque es un espacio de funcionarios, académicos y estudiantes, de todos”, recalcando que “el respeto es un valor fundamental, siempre que hagamos notar que el derecho no solamente es un conjunto preferentemente de normas, sino también es una construcción de la sociedad”.

Decano y llamado a racionalidad

En su alocución, el decano Alberto Balbontín planteó que este año “los universitarios chilenos habremos de demostrar que somos capaces de conseguir, con inteligencia, pero también con racionalidad en los métodos utilizados, los cambios del modelo de sociedad que se nos viene imponiendo”.

Comentó que el descontento y el sentimiento de indignación que explotaron el año pasado en el ámbito estudiantil, “son apoyados por las altas autoridades universitarias pertenecientes al Estado”, pues precisó que se sienten abandonadas por su sostenedor, que en las últimas décadas ha ido restringiendo su aporte financiero y ha obligado a estas instituciones a competir en una lógica mercantilista que no le es propia.

Sin embargo, acotó, “no podemos permitirnos poner en riesgo las mismas instituciones que declaramos defender ni mucho menos la esperanza de los jóvenes de culminar sus estudios dentro de los tiempos razonables previstos por sus respectivos programas. (…) Es importante que entendamos todos que ni las sociedades ni las instituciones se construyen ni se desarrollan a golpe de machete”, aseveró, agregando que “el paso prudente, asociado a la mirada larga, son elementos indispensables para conseguir el éxito en empeños cuyos resultados no se miden en horas o días, sino en décadas o más”.

Sofía Correa

Por su parte, la historiadora Sofía Correa, durante su clase inaugural, hizo un completo recorrido histórico de la institucionalidad republicana, la representatividad política, el sistema eleccionario chileno y los partidos políticos, y planteó que “no es extraña la crisis de representación y la debilidad de los partidos políticos que presenciamos en nuestros días; el país percibe a los dirigentes políticos como personas distantes de la ciudadanía y ajenos a sus problemas cotidianos, anhelos y frustraciones”.

Esta situación, dijo, es inquietante y grave, ya que “esta crisis de representación puede tener consecuencias muy serias para la permanencia de la democracia representativa, si es que en vez de impulsar la renovación del sistema político, siguiendo nuestra tradición histórica, decidiéramos abandonar la institucionalidad republicana y adoptar la representación corporativa”.

La académica manifestó que ésta última, “aparentando asegurar una mayor participación a través de fórmulas asambleístas y de democracia directa, esconde siempre una concentración de poder en una figura caudillista, populista y autoritaria y una manipulación de la movilización social acorde a los fines del gobernante autoritario; un escenario nada de extraño en el concierto latinoamericano, por lo demás”.

La profesora Sofía Correa comentó que la Concertación, no obstante recuperó la institucionalidad republicana después de la dictadura, “mantuvo lo fundamental en cuando al orden institucional; éste contemplaba un Congreso Nacional con muy escaso poder y un sistema electoral binominal que produjo el debilitamiento de los partidos en cuanto a representantes de la ciudadanía, en la medida en que impidió la representación fiel del electorado en cuanto a las minorías”.

Puntualizó que el sistema electoral binominal, “agravado por la reforma constitucional del 2005, que entregó al respectivo partido político el reemplazo de los parlamentarios renunciados o fallecidos, trajo como consecuencia que para ser electo al Congreso Nacional, se requiere más bien la venia de los dirigentes respectivos que el apoyo ciudadano”.