Especialistas analizaron los desafíos del patrimonio
En ciclo Conferencias Bicentenario, organizado por la Universidad de Valparaíso.
“Patrimonio cultural, los desafíos ante el Bicentenario” fue el tema de la segunda Conferencia Bicentenario, ciclo organizado por la Universidad de Valparaíso para analizar temas de interés público en el marco de los 200 años de vida republicana. La actividad partió con la clase magistral del doctor William Rey, académico uruguayo experto en patrimonio, quien expuso el tema “Huellas y sueños: la construcción del patrimonio cultural en América Latina”.
La conferencia consideró un panel de discusión sobre los desafíos que implica la condición de Patrimonio de la Humanidad, que contó con la participación de Roberto Barría, director del Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV); Pablo Andueza, del Cabildo Patrimonial 2010; Carlos Lara, arquitecto de la UV; Paulina Kaplán, directora de la Oficina de Patrimonio de la Municipalidad de Valparaíso, que asistió en representación del alcalde Jorge Castro, y Gina Vindigni, encargada de Extensión de la carrera de Ingeniería en Construcción de la UV.
El patrimonio y la población
Consultado respecto del mayor desafío que implica el patrimonio, el doctor William Rey, arquitecto de la Universidad de la República, Uruguay, indicó que “es siempre la defensa, la protección del patrimonio, pero yo creo que lo más importante es lo que el patrimonio puede dar a la población. En la medida que eso se mantenga, esa capacidad de generar símbolos, esa capacidad de producir sentimientos e identidad, si podemos trabajar esa línea, es lo mejor que podemos hacer, incluso más que el carácter material”, y añadió que “lo que importa es la capacidad que tiene el patrimonio de cohesión social, de producir en la gente un sentido de pertenencia, de herencia. Ése quizás es el desafío más importante”.
Para el arquitecto, lo importante es el patrimonio humano: “Los edificios, por sí mismos… el valor no está allí. El valor está en los efectos que esos edificios producen en el cuerpo social. Esto es lo que tenemos que entender, es vital. Por supuesto que un buen tratamiento a esos edificios va a operar mejor sobre el cuerpo social y va a generar la pedagogía de una mejor formación cultural, un mejor conocimiento del pasado, y también un sentimiento, como decíamos, de pertenencia mucho mayor”.
Incorporar la dimensión patrimonial
Pablo Andueza, por su parte, valoró el espacio provisto por la UV para abordar el tema del patrimonio: “Estoy muy agradecido de que la Universidad dé la oportunidad de abrir un debate, que ojalá se extienda para la ciudad. Porque se habla de conservar, pero la pregunta que está todavía pendiente es conservar para qué y para quiénes. Y este tipo de foros creo yo que colaboran en esa dirección”.
Añadió que, a su juicio, “el tema del patrimonio no está bien inserto en el plan de desarrollo de la ciudad de Valparaíso. Diría incluso que está desfasado, porque la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad es posterior al plan de desarrollo que fijó la ciudad de Valparaíso, y por ello no se ha incorporado la dimensión patrimonial, y es el momento de hacerlo. Yo creo que por ejemplo el plan director ayudaría en esta dirección, pero todo esto son proyectos, que en la medida en que haya más actores involucrados, como las universidades, se van a poder hacer realidad”.
Atraer liderazgo
A su vez, Roberto Barría, destacando que se ha dedicado por más de 40 años a pensar Valparaíso, manifestó su profundo compromiso con la ciudad, y destacó que “lo que hay que recordar es que el patrimonio es patrimonio intangible”, ya que “muchas veces se confunde lo cultural con lo físico; lo que realmente valoró la Unesco fue la cultura, esta asociatividad de comunidades, esta diversidad de agentes involucrados en ese desarrollo cultural, que están en este soporte que es único, porque es un soporte de constructividad”.
A juicio de este arquitecto, “el gran problema de Valparaíso es que perdió a su gente. Ahí yo creo que está la gran dificultad, más que recuperar edificios, más que recuperar calles, espacios públicos, se trata de cómo recuperamos o cómo activamos Valparaíso. La activación de Valparaíso pasa necesariamente por devolverle los ochenta mil habitantes que se fueron. Que a lo mejor ya no van a ser los mismos que se fueron, porque aparte de perder la gente, el problema más serio es que la gente que perdió era la gente que ejercía liderazgo”.
Para Barría, una buena forma de atraer a la gente es activar la ciudad: “A mí se me ocurre que hay primero iniciativas que son difíciles de imaginar pero bastante obvias: una ciudad puede recuperar su movilidad si reestructura el sentido de sus flujos internos. Está el caso de Medellín, por ejemplo, que a través de la colocación de teleféricos logró generar activación de zonas usando sus propios habitantes. Uno puede pensar acá en las zonas más pobladas, que también son las más pobres de Valparaíso, como Montedónico por ejemplo: podría haber un teleférico que llevara a la gente de Montedónico directamente al centro, a la plaza Echaurren; con eso no se está haciendo sino usar a la propia gente de Valparaíso para activar sus espacios públicos. Y eso un poco uno echa de menos en la mirada estratégica”.
El ciclo de Conferencias Bicentenario prosigue el miércoles 17 de noviembre, con el tema “Los desafíos de la investigación y la innovación”.