Skip to main content

Renato Órdenes, profesor de Arquitectura UV, asume como director de la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar

11 abril 2025

Renato Órdenes, profesor de la Escuela de Arquitectura UV, asumió recientemente como director de la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar, cargo que define “no como un premio, sino un desafío”.

“Mi experiencia en el ámbito del arte, que abarca la docencia, la investigación, la producción y la gestión artística de manera integral, me ha brindado las bases necesarias para asumir esta tarea. Por ello, entiendo la dirección como una coordinación de esfuerzos conjuntos entre las diversas áreas y entidades que componen la escuela, y no como una responsabilidad individual”, explica.

Licenciado en Artes, magíster en Educación Artística y actual candidato a doctor en Estudios Interdisciplinarios UV, señala que “enfrento este desafío con gran responsabilidad, ya que no solo se trata de guiar una institución, sino también de transmitir un mensaje y adoptar una postura frente al desarrollo del arte y la educación artística en la actualidad”, señala.

Sobre su nominación cuenta que “surge a partir de la necesidad de designar una nueva dirección, luego de que el exdirector, Giovanni Zamora, asumiera el cargo de coordinador de Cultura de Viña del Mar. En ese contexto, se abrió un llamado público al que me presenté con un plan de trabajo enfocado en canalizar las necesidades actuales de la Escuela”.

“Desde 2018 me desempeño como profesor del Taller de Escultura, labor que continuaré ejerciendo junto con la dirección, y ha sido precisamente la experiencia docente de estos años la que evidenció la urgencia de renovar el proyecto académico y fortalecer la vinculación con el medio, tanto a nivel nacional como internacional. Mi propuesta fue seleccionada entre otras postulaciones, y desde entonces he asumido el desafío de llevarla a cabo, imprimiéndole al cargo mi identidad, visión y forma de trabajar”, indica.

Referente regional

Sobre los desafíos, el académico identifica “posicionar a la Escuela de Bellas Artes como un referente en el campo de la educación artística regional. Contamos con un plan de estudios diverso y enriquecedor, que incluye un programa de Formación Plástica Inicial, el cual permite el ingreso de estudiantes desde los seis años en adelante. Esto se complementa con nuestro Plan Regular y los Programas de Extensión, dirigidos a personas mayores de dieciocho años, sin límite de edad”.

“La Escuela de Bellas Artes forma parte de la Unidad de Formación Artística de la Municipalidad de Viña del Mar, junto a otras dos escuelas, lo que refuerza profundamente nuestra vinculación con la comunidad. Nos debemos a ella, y esa relación es parte fundamental de nuestra identidad”, afirma.

“Desde el año pasado hemos tenido el privilegio de regresar a nuestro hogar original, el Museo Palacio Vergara. Esto no solo es un hito simbólico, sino que también representa un modelo único en Chile, donde una Escuela de Bellas Artes funciona al interior de un museo nacional. El gran desafío es conducir este proyecto hacia el reconocimiento que merece, especialmente ahora que estamos ad portas de cumplir noventa años, un hito histórico que nos impulsa a seguir construyendo con más fuerza”, añade.

Un artista: un
pensador y un hacedor

“Mi rol directivo se desarrolla en paralelo a mi labor docente, a mi trabajo investigativo y a mi práctica artística personal. Creo que el verdadero impacto radica en visibilizar la importancia de estar conectados no solo con campo de conocimiento académico, sino con el contexto general”, indica.

El este contexto, asegura que “mi gestión en la Escuela de Bellas Artes podría entenderse como un referente para un perfil de artista como un creador que trabaja en red, de manera multidisciplinaria, y que transita entre distintos campos del conocimiento. El rol del artista implica necesariamente una vinculación activa con su entorno, atendiendo a las problemáticas contemporáneas y ofreciendo respuestas desde el arte”.

“El artista es, a la vez, un pensador y un hacedor. Esta dualidad le permite poner sus herramientas al servicio de cualquier espacio donde el pensamiento crítico y creativo sean necesarios. No hay lugar en el que un artista no pueda estar”, explica.

“En este contexto, la Universidad de Valparaíso representa para nosotros un referente de gran relevancia en la región, al cual aspiramos acercarnos. Confío en que, en un futuro cercano, podamos establecer convenios de colaboración que permitan a nuestros estudiantes beneficiarse de los vínculos entre ambas instituciones”, destaca.

El académico expresa su agradecimiento “a la Escuela de Arquitectura de la UV, donde soy profesor, por el constante apoyo brindado en todo momento. Asimismo, extiendo mi gratitud al Doctorado en Estudios Interdisciplinarios de la misma universidad, que se ha convertido en mi última casa de estudios. Agradezco sinceramente que hayan aceptado mi postulación con generosidad y respaldado mi proceso de investigación doctoral”.

Nota: Rodrigo Catalán