Profesora de la UV fue invitada a exponer en jornada en que se analizará cómo se enseña el golpe de Estado en la escuela
“¿Cómo enseñar sobre memoria? Recomendaciones para la integración de archivos y sitios como dispositivos educativos” es el título del cuadernillo preparado por el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (MMDH), la Unesco y el Instituto Francés de Chile, que será presentado por la doctora Graciela Rubio, académica del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Valparaíso.
La presentación tendrá lugar este miércoles 7, en el marco del seminario “A cincuenta años: ¿cómo se enseña el golpe de Estado en la escuela?”, a realizarse de forma presencial, de 10 a 17:30 horas, en el auditorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, organizado por el museo en conjunto con Orealc/Unesco y el Instituto Nacional de Derechos Humanos, orientado a docentes, estudiantes de pedagogía y educadores. La participación de Graciela Rubio está agendada para las 16:30 horas.
Según ha informado el MMDH, “a cincuenta años del golpe de Estado, el abordaje pedagógico de éste y del régimen dictatorial, tanto de los crímenes como de las resistencias y la defensa de los derechos humanos, ha sido y sigue siendo un tema controversial para trabajar en aula”.
Respecto de esta invitación, la profesora Graciela Rubio, doctora en Educación, destaca el valor del cuadernillo, que “hace una síntesis muy interesante de distintos planos que están implicados en la enseñanza de los pasados violentos, pasados traumáticos o pasados de la historia reciente”, a la vez que presenta un enfoque latinoamericano.
Articulación necesaria
Destaca la académica que este trabajo aporta una articulación necesaria sobre el tema. Explica: “Las investigaciones de la historia reciente comienzan en la década del 2000, antes de lo cual había trabajos de memoria de organizaciones de memoria y derechos humanos. Allí empieza a configurarse un campo de memoria de los derechos humanos, que así lo llaman algunos autores (Stern,2013): un campo de estudio del pasado reciente en que se empiezan a articular las investigaciones históricas y sociológicas sobre la historia reciente con las investigaciones de los movimientos de memoria y derechos humanos. Por ejemplo, ese proceso se cruza con los informes de verdad, el Informe Valech del 2004”.
Tras ese inicio, recién es a mediados de la primera década del 2000 cuando las universidades integran esta perspectiva en sus mallas de formación, según explica la profesora Rubio, en educación en derechos humanos, en memoria y en historia reciente. Y esas integraciones al currículum escolar “comienzan a hacerse de manera más precisa desde el 2009, y hoy todavía siguen ajustándose. Por eso este cuadernillo fundamenta la enseñanza de la historia reciente desde un marco genérico e internacional”.
Apunta la académica que “la educación en derechos humanos (EDH) entiende dichos derechos como un recurso cultural que se debe enseñar a todo ser humano para potenciar democracias sólidas. Por otro lado, la necesidad de enseñar la memoria o enseñar con la memoria es una activación de estas experiencias para usarlas junto con la historia, como recurso reflexivo para formar ciudadanos y ciudadanas responsables”.
Imperativo ético
Añade Graciela Rubio que el cuadernillo que ella presentará tiene el propósito de mostrar los objetivos del currículum escolar, los estándares pedagógicos y objetivos de desarrollo sustentable. “Enseñar el Golpe de Estado y la dictadura no es una cuestión de decisión personal, sino que tiene una fundamentación bastante más trascendente que fundarlo sólo en una enseñanza de la historia. El cuadernillo pone a disposición esos fundamentos normativos y teóricos; realiza una relación entre esos objetivos que están en el currículum y los vincula con el trabajo de los sitios de memoria —sitios, museos, memoriales—, poniendo a disposición los enlaces a todo el material que tienen ciertos sitios que han ido trabajando con mayor profundidad estas perspectivas”.
Es así como figuran en la publicación, por ejemplo, “el memorial de Paine, el sitio de Villa Grimaldi, el sitio de memoria de Neltume, Londres 38, entre otros, que desarrollan estrategias de enseñanza con los visitantes y que siempre se preocuparon de hacer conexión de su memoria reservada, que es una memoria del dolor, una memoria de la deshumanización, de una política de deshumanización que se hizo a través de la tortura, el exterminio y la prisión ilegítima, y también memorias militantes. Ellos siempre trataron de hacer conexión con el currículum; entonces, el cuaderno lo que hace es una devuelta y se hace cargo de esa conexión, aportando además los archivos del MMDH, conformados por documentales, registros orales y documentos oficiales, junto con una plataforma de enseñanza para el trabajo de memoria de la historia reciente, que ha venido trabajando con muchos profesores desde el año 2022. Todo esto implica activar memoria en las nuevas generaciones”, explica la académica.
Por todo lo anterior, indica la doctora Rubio, el cuadernillo, que tiene solamente quince páginas, “es una joya, porque trae articulaciones que han estado dispersas o en integraciones mucho más acotadas y las pone a disposición de todos los profesores”. Esto por cuanto abordar estas materias en las escuelas no es una decisión de cada profesor, sino “un imperativo ético. A la gente le asusta la idea de ‘lo político’, pero siempre estamos desarrollando formación de ciudadanía. Y los sitios desarrollan estas actividades, pero necesitan de la conexión para que los profesores tengan mayor precisión y claridad sobre cuáles son los alcances de esta enseñanza y los límites que ellos pueden poner y no quedar como en lo que pasaba antes del 2000, incluso un poco después todavía, que los profesores se sentían un poco inseguros, precisamente porque no les habían enseñado cómo entender esto y cómo enseñarlo, que son dos cosas distintas”.
Por otro lado, explica la investigadora, “hay dos ejes temáticos que se quiere fortalecer en la enseñanza de este pasado reciente. El primero tiene que ver con el Golpe, la violencia y las violaciones a los derechos humanos en la dictadura, y que, aunque a uno le parezca obvio, siempre va a ser necesario remarcar, porque vivimos en contextos en que se ha tratado de instalar negacionismos, aún sin resultado, pero dentro de la vorágine de la vida actual se trata de instalar ciertas imprecisiones en el lenguaje. Pero, además de eso, la guía prioriza el Golpe visto desde una perspectiva internacional; eso es importante, en el marco de la guerra fría, la intervención norteamericana, la dictadura y la violencia del terrorismo de Estado. Y, además, prioriza a tres sujetos históricos poco relevados: a las mujeres, en la lucha y resistencia de las organizaciones de derechos humanos de la época, y a los jóvenes y niños. Eso ya es otro salto importante dentro de la tendencia general de la historiografía, que, si bien se ha abierto a eso, otra cosa es que se enseñe”.
Rol de la educación pública
Para Graciela Rubio es muy relevante haber sido invitada al seminario “A cincuenta años: ¿cómo se enseña el golpe de Estado en la escuela?”, por cuanto “es un reconocimiento a la trayectoria que se ha desarrollado en la Universidad de Valparaíso, que como universidad estatal tiene ciertas bases y principios sobre lo que es la educación pública, y de acuerdo con eso, tiene un compromiso con la educación en derechos humanos”.
Apunta que “el Instituto de Historia y Ciencias Sociales contribuye al despliegue de investigaciones y formas de difusión y vinculación con el medio desarrollando estas perspectivas y argumentaciones, que conforman aproximaciones teórico-prácticas y sustentadas en normativas internacionales y en investigaciones en que he participado, con colegas den España, Argentina y Colombia. En dicho trayecto he podido también colaborar y compartir con organizaciones de sitios de memoria como parte del proceso, de investigación, y ello es posible porque la Universidad de Valparaíso fortalece el espacio de desarrollo de sus académicos”.
Formación de ciudadanías
Respecto de la importancia de educar en el pasado reciente para una mejor ciudadanía, señala Graciela Rubio que “ese pasado reciente de violencia tiene una relación muy directa con el presente que estamos viviendo. Y parte de enseñar ese pasado implica reflexionar sobre él. (…) Es una aproximación más reciente a la formación de ciudadanías y eso tiene que ver con varios elementos de este campo de investigación y enseñanza, que significan y recuperan los pasados de violencia, que se llaman traumáticos, como un recurso de reflexión para el presente. Se trata de proyectar a través del trabajo educativo basado en la memoria una sociedad más justa y más humanitaria, más democrática, basada en los derechos humanos”.
Añade que “la función de la memoria no es sólo memorizar o conmemorar: también es educar. Cuando conmemoramos, recordamos, pero no educamos; cuando educamos, integramos memoria, derechos humanos y la historia”. Ante los negacionismos, explica que “hay intentos permanentes de relativizar, pero no ha habido negacionismo tan absoluto por dos razones. Una, porque se publicaron los informes de verdad, y eso es una verdad pública y que ha sido asumida por los gobiernos, y aunque se trate de olvidar no da para sostener un discurso negacionista. Y la otra razón tiene que ver con la actividad y la demanda de justicia y la defensa permanente de los derechos humanos que han tenido hasta hoy las organizaciones de memoria y derechos humanos y el aporte de los investigadores. Por ello es más difícil negar lo sucedido. Toda elaboración de memoria tiene un sentido político. Y este cuaderno de trabajo aporta indudablemente a enseñar dicho pasado de un modo sustentado”.