Personas mayores aprenden impresión 3D en FabLab UV
Taller de una semana fue organizado por Gerópolis.
Conocer una tecnología nueva, desarrollar un proyecto y darle un uso efectivo fue el propósito del taller de impresión 3D para personas mayores organizado por Gerópolis, que se realizó en el FabLab UV, ubicado en la Facultad de Ingeniería.
Esteban Ruiz-Tagle, coordinador general del FabLab UV, cuenta que “el objetivo era que los asistentes tuvieran la oportunidad de conocer la impresión 3D y desarrollar un producto que pudieran llevarse a la casa una vez finalizada la actividad y darle un uso”.
El taller estuvo dividido en cuatro clases, según explicó el coordinador: “El primer día fue de reconocimiento del FabLab y Fab-D, para luego aprender sobre el concepto que hay detrás de la tecnología. Hicimos un taller práctico con papel y plastilina, en el que se les enseñó el concepto de fabricación que tiene una impresora y los acercamos a ver cómo la máquina fabrica algo”.
“Buscaron un diseño para fabricar con la impresora y dejarla funcionando y de esa forma llegar el último día a encontrar lo que hicieron y con eso tener un resultado en sus manos y llevarlo para sus casas”, agregó.
Ruiz-Tagle mencionó que “por primera vez tuve como estudiantes a personas mayores, quienes mostraron mucho entusiasmo e interés por conocer, hicieron muchas preguntas y se mostraron muy curiosos, lo cual reafirma que nunca es tarde para aprender algo nuevo”.
Crecer y expandirse
La asistente al taller María Soledad Lavandero realizó una cuna de encuadernación, herramienta esencial para el trabajo que desarrolla. Calificó la actividad como “una maravilla, esta es mi segunda experiencia con Gerópolis, pero la primera con 3D. Es un área que no conocía y me interesaba, ya que desde el punto de vista de persona mayor, cualquier cosa que signifique entrar en terreno desconocido significa crecer, aprender y expandirse”.
Similar opinión entregó Eduardo Alday, quien fabricó un repositorio para sus herramientas, como aficionado a la pintura y escultura. “Fue un taller fantástico, la impresión 3D era un misterio y he tenido una sorpresa tremenda, con profesores jóvenes, inteligentes y dinámicos. Voy a conservar el producto que hice y va a permanecer como un hito importante”.
En tanto, Rubi Lillo fabricó una ocarina. Al respecto, comentó que “el taller me encantó, porque es una técnica que no conocía. Desde que me jubilé he estado tratando de buscar cursos de artesanía con productos nuevos, innovadores, pero esta actividad fue un 10 y salió mejor de lo que podía haber esperado”.