“No he traído ningún libro, sino la experiencia de calle”
Yirsa Jiménez, académica española, vino a la Escuela de Psicología UV a investigar y hacer docencia en áreas de percepción emocional.
Una breve pero intensa estadía desarrolló en la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso la académica Yirsa Jiménez, profesora de la Universidad de Barcelona y la Universitat de Vic de Catalunya. Recibida por el profesor Héctor Berroeta, abordó actividades de docencia e investigación, con el centro en la formación de habilidades blandas en estudiantes universitarios.
Yirsa Jiménez es especialista en habilidades de comunicación y comportamiento no verbal, mientras que el profesor Berroeta investiga en el área de la psicología de intervención comunitaria. Desde allí, el trabajo desarrollado en Valparaíso estuvo orientado a entregar a las y los estudiantes herramientas de percepción emocional, útiles no sólo hacia quienes tendrán que atender en el trabajo en terreno sino para sí mismos.
Partners de investigación
Respecto de la investigación que vino a desarrollar, explica Yirsa Jiménez que “mi idea era buscar ‘partners’ aquí para trabajar el proyecto que llevamos en Cataluña en la Universidad de Vic —una de las dos universidades en que trabajo—, que es dar herramientas al alumnado dentro del aula para mejorar su percepción emocional, y que eso influya en su rendimiento académico. Hacemos el trabajo desde el principio del semestre, con actividades consistentes en una intervención que forma parte de la asignatura. Estamos investigando si funciona o no, para decirlo claro. Es para alumnos de primer año, en Cataluña lo estamos haciendo con tres carreras: Psicología, Criminología y Dirección de Empresas. Lo que buscamos es tener ‘partners’ en la Universidad de Valparaíso para hacer un modelo más internacional, sobre todo porque nos une el idioma”.
Añade que “el doctor Héctor Berroeta me invita para que participe, analice proyectos y tengamos una visión cenital, ya que al trabajar con metodologías cualitativas es muy interesante siempre tener una parte externa que pueda asesorar”.
Ejercicios con estudiantes
Por otro lado, a nivel de docencia, indica la académica que “he tenido una experiencia absolutamente maravillosa en todos los niveles de la Universidad de Valparaíso, me voy muy contenta. Primero tuve un encuentro con alumnos que ya están terminando, en una charla que fue una mezcla entre docencia e investigación, vimos qué está haciendo cada uno y fue muy agradable, porque el alumnado en la Universidad de Valparaíso es maravilloso, muy entregado, respetuoso y sobre todo participativo, y eso se agradece mucho”.
Además, estuvo a cargo de una clase sobre las habilidades que debe tener el psicólogo para intervenir. “Fue una experiencia docente que nunca voy a olvidar. Yo soy especialista en habilidades de comunicación y comportamiento no verbal, y vine a enseñar no teoría, sino ejercicios, y me la pasé divinamente bien, con setenta o más alumnos, todos participando. Después estuve en el postgrado, con estudiantes de las menciones de Jurídica y de Intervención Comunitaria; eso ha tenido un peso importante, porque era sobre mediación comunitaria y fue enriquecedor para mí que los alumnos y las alumnas me contaran lo que sucede en Chile, ha sido un intercambio”.
Afectividad y emociones
Acota la investigadora que en España ha desarrollado mucho “trabajo en la calle, como mediadora de conflictos, de modo que conozco la importancia de la experiencia. La idea del doctor Berroeta y yo cuando conversamos era que libros siempre podemos leer, pero queríamos traer la profesionalización a la academia, que haya ese flujo. Yo no he traído ningún libro, sino la experiencia de calle”.
En ese sentido, destaca que su viaje a Chile tuvo también el propósito de “hacer contacto personal, ya de acá en adelante se pueden hacer actividades conjuntas en línea. La afectividad es esencial, hay que volver al contacto”.
Respecto del proyecto que desarrolla con la Universidad de Vic, centrado en la entrega de herramientas al alumnado para mejorar su percepción emocional, cuenta Yirsa Jiménez: “Yo trabajo hace mucho tiempo con la doctora Elisenda Tarrats Pons, con quien decidimos llevar este proyecto adelante, en principio como un piloto, porque encontramos —y era una intuición, no teníamos nada científico en la mano— que la gente venía deprimida, decaída, y eso afecta: no puedes estudiar ni rendir si no estas manejando el estado emocional, tanto alegre como en el otro extremo, la gran variedad que podemos tener. Porque el ser humano es un ser vivo, que hoy le gusta una flor y mañana le pisan el pie y le duele. La profesora Tarrats y yo decidimos volver a lo básico, a atender esta parte emotiva que nadie nos enseña a gestionar, que a veces aprendemos por experiencia ensayo-error-resultado. Y vamos a ver si funciona, no sólo en las calificaciones y los resultados, sino como el estado de las personas; estamos haciendo mediciones con instrumentos científicos y hemos basado nuestro proyecto en teorías psicológicas”.
Añade que “nos hemos visto en la vorágine de producir y producir, y por todos los procesos que nos ha tocado vivir hemos llegado al punto en que lo que importa es el resultado, y nos hemos olvidado de que el proceso es muy importante. No hay ninguna profesión que yo conozca que no trabaje con personas. Y aunque al principio haya habido alguna resistencia a este proyecto, al final han quedado agradecidos. Yo estoy muy ilusionada con que en Chile encontremos este grupo de profesores para demostrar que la tecnología está muy bien, pero tenemos que volver a lo básico”.
Finaliza la profesora Yirsa Jiménez explicando: “Yo trabajo con colectivos de riesgo y ahí uno se da cuenta de que la academia tiene una función, pero la experiencia tiene otra. Los profesionales que ya estamos en la calle creo que deberíamos venir de vez en cuando a contarle a los alumnos que todo lo teórico está bien, pero cuando tiene a una persona descompensada por depresión, usted no puede ponerse a leer el libro: se requiere la experiencia. Las redes, el Whatsapp, por ejemplo, nos han impedido la interacción, entonces tenemos dificultades para expresar emociones, para expresar lo que pensamos, para hacernos entender y entender al otro. De eso va el proyecto, espero que el año que viene volvamos a tener una entrevista porque haya cinco profesores chilenos y cinco de mi universidad trabajando en este proyecto”.