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Liquenóloga chilena fue doblemente distinguida por científicos latinoamericanos

22 Enero 2016

El reconocimiento a Wanda Quilhot Palma fue entregado en el XII Encuentro del Grupo Latinoamericano de Liquenología.

Dos nuevas distinciones suma a su larga lista de reconocimientos la liquenóloga chilena Wanda Quilhot Palma, curadora del Herbario de Líquenes de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso.

La investigadora, quien lleva 56 años estudiando las formas vegetales y más de cuatro décadas dedicada a la investigación de los líquenes, recibió el Premio Vainio, por su destacada trayectoria nacional e internacional en el área de líquenes.

El galvano fue entregado en el marco del XII Encuentro del Grupo Latinoamericano de Liquenología, organizado por el Grupo Ecuatoriano de Liquenología, la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Central del Ecuador, el Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales y la Universidad Técnica Particular de Loja.

En el evento, realizado en la ciudad de Quito, también se instituyó el Premio Wanda Quilhot Palma, para reconocer al mejor trabajo científico elaborado por investigadores jóvenes del área.

Contribución

Por su alta productividad científica —más de 200 publicaciones en revistas científicas, capítulos de libros y presentaciones en congresos y otros eventos— la investigadora ha realizado diversas contribuciones al conocimiento de la diversidad liquénica chilena, desde las perspectivas botánica, química y taxonómica.

Su destacada trayectoria le ha permitido relacionarse con prestigiosos científicos nacionales y extranjeros. Hoy, a sus 86 años, reconoce emocionada que continúa apasionándose por esos increíbles organismos, constituidos por un alga y un hongo, que viven en asociación simbiótica.

“Mira, con 86 años uno no puede no emocionarse, porque ya está en la edad de la reflexión y del análisis. Me emociona porque todavía siento a los líquenes como algo que me apasiona. Yo no he perdido ese amor por el estudio de estos organismos, que encuentro fascinantes”, subraya.

Un ejemplo a seguir

De acuerdo a las palabras del Grupo Latinoamericano de Liquenología, la académica ha sido una constante fuente de estímulo a perseverar en la ciencia e investigación y un ejemplo a seguir por su dedicación durante toda su vida a la ciencia y la academia. Por ello instituyó el Premio Wanda Quilhot Palma, que distinguirá la investigación de las nuevas generaciones de científicos.

“Que se les dé a los jóvenes el Premio Wanda Quilhot Palma es como perdurar con las especies a las que te has dedicado. Es como tener hijos, porque eso queda para siempre y todo el mundo, todo individuo, quiere perpetuarse. Los que tienen hijos se perpetúan en ellos, los que no tenemos (hijos) nos perpetuamos en estas otras cosas”, reflexiona.

Especies con su nombre

El trabajo en terreno de la investigadora abarca desde las cumbres altiplánicas, ubicadas en el límite con Bolivia por el norte, hasta la Antártida, por el sur. Por su trabajo ha recibido la dedicación de tres especies liquénicas que llevan su nombre: Pseudocyphellaria wandae (D.J. Galloway 1992); Menegazzia wandae (Bjerke 2001) y Strigula wandae (Cáceres & Lücking 2003).

“Un país progresa en la medida que la investigación científica lo hace. Vivimos en un mundo con una tecnología fantástica, que permite descubrir hasta lo que nunca pensó uno que pudiera ser conocido. Una universidad que no investiga, primero no es universidad. Yo no estoy con la universidad docente, porque una universidad docente significa que da una docencia lectiva, da lo mismo ir que no ir. Es diferente cuando la docencia es dada por un investigador, tiene otro color, otro entusiasmo, una pasión, porque tú le estás contando lo que has hecho y estás ejemplarizando un determinado tema con tus propias experiencias. Para mí no existe la universidad docente y una universidad —por lo mismo— que no hace investigación es una universidad que nunca será una universidad destacada”, advirtió.