La Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso fue sede de un concurrido y participativo encuentro, en el que el destacado psiquiatra, poeta y ensayista compartió su visión sobre el desarrollo humano y personal.
Un distendido, abierto y sincero diálogo con docentes, estudiantes y profesionales de diversas disciplinas sostuvo el psiquiatra, educador comunitario y facilitador de programas de desarrollo personal Luis Weinstein Crenovich, durante el encuentro académico titulado “La amistad como inspiración y objetivo de la salud integral”, que se realizó en el auditorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.
En la oportunidad, el reconocido psicoterapeuta —quien fue presentado por el decano Antonio Orellana— reflexionó sobre la urgente necesidad que, a su juicio, tiene el ser humano moderno de comprender la importancia de su dimensión espiritual y, a la vez, entender que vive y actúa en un mundo que es colectivo y no individual.
Respondiendo inicialmente las preguntas que le formuló —a modo de introducción— la profesora Claudia Espinoza, Weinstein abordó diversos aspectos vinculados a su gran pasión y legado: la búsqueda incansable de la integración del trabajo personal con el cambio cultural, en el sentido de un nuevo paradigma ético y epistemológico, apoyado en los referentes de la mirada existencial positiva, el pensamiento complejo, la ecología integral y el desarrollo a escala humana.
Específicamente se refirió al rol que cumple la amistad, concepto que conforma la columna vertebral de su pensamiento y que, en términos simples, definió como un tipo de amor que se centra en fomentar “una actitud de proximidad y de tendencia a la ayuda mutua”.
“Nuestra sociedad enfrenta hoy una crisis derivada de los avances científico técnicos, que promueve un modelo de vida que atenta contra el desarrollo personal. Se trata en cierto modo de una suerte de autoritarismo personal, cuya ideología plantea que el desarrollo de cada uno depende exclusivamente de la propia gestión, y no de la interacción o el intercambio con los otros”, argumentó.
El sentido del fracaso
Para Weinstein, la amistad es el epicentro del sentido de la vida. Incluso en sus diferentes concepciones: de utilidad, de goce o de nobleza.
Como tal, ésta encierra un valor primigenio que es contrario al paradigma de la existencia que en la actualidad se impone al ser humano, el cual —expresó— se nutre del individualismo que promueve el modelo científico técnico occidental, el fundamentalismo irracional y la aceptación de la intrascendencia.
“Este paradigma o nos ha hecho presas del temor al fracaso o a la falta del éxito. Pero resulta que el hombre está condenado a morir. Es decir, a fracasar. Como seres humanos debemos aceptar ese fin, porque es precisamente eso lo que revela que nuestra existencia debe estar orientada y considerar, siempre, la búsqueda permanente del sentido de la vida y no de la muerte; del porqué hacemos lo que hacemos o cómo vivimos. Eso también nos enseña la amistad: que la vida y el intercambio con los demás fomenta la trascendencia del hombre y no es ajena a ella, como la modernidad nos pretende decir”, concluyó el psiquiatra.
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