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“Este descubrimiento nos dice que tenemos que buscar mucha más variedad”

06 Diciembre 2010

Profesor Radostin Kurtev, del Departamento de Física y Astronomía de la UV, se refiere al último descubrimiento de la NASA, bacterias que se alimentan de arsénico.

Toda una revolución en los paradigmas tradicionales de búsqueda de la vida ha significado el descubrimiento anunciado por la NASA, de bacterias que se adaptaron a la supervivencia en un ambiente altamente tóxico, además de carente de uno de los elementos que hasta ahora se conocían como fundamentales para la vida.

El descubrimiento está basado en el hallazgo, en un lago de California, de bacterias que se alimentan de arsénico. Los elementos que componen toda vida son carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre, y en el caso de esta bacteria, uno de ellos está ausente, el fósforo. Las bacterias en cuestión lo reemplazaron en su estructura de ADN por el arsénico.

Este hecho abre las puertas especialmente a los astrónomos y a los interesados en la búsqueda de vida fuera de la Tierral. Radostin Kurtev, astrónomo de la Universidad de Valparaíso, señala al respecto: “Esto es algo que se discute hace mucho tiempo, porque la verdad es que no tenemos una definición absolutamente exacta de lo que es vida. Todos los problemas vienen de eso, pero es bueno que tengamos ‘problemas’ porque es interesante para la ciencia, y de esa manera se desarrolla la ciencia”.

Añade: “Lo que nosotros conocemos es una vida basada en carbono; somos criaturas de materia orgánica a base de carbono, unas cadenas largas, respiramos oxígeno, etcétera, etcétera. Pero ¿por qué no puede existir la vida de alguna otra base? Por ejemplo, sabemos que un elemento como el silicio también puede formar una estructura bastante compleja. Bueno, ¿qué es la vida? Según nosotros, los científicos, es una materia más organizada; si habla con una gente religiosa va a decirle otra cosa. Lo que conocemos bien es nuestro tipo de vida, y ahora de repente sale algo muy interesante: que en esas bacterias el fósforo, que es algo muy importante para la cadena de ADN, está reemplazado con un elemento que es absolutamente venenoso (el arsénico). Y esas criaturas existen, y existen en la Tierra. Eso debe decirnos que hay que buscar mucha más variedad”.

Es decir, concluye el profesor Kurtev, “hay que cambiar un poquito las cosas: podemos buscar muchas más variedades como indicadores de la vida que previamente pensábamos”.

Evolución de las ideas

“Yo tengo 50 años —señala el académico—, y en los últimos treinta, treinta y cinco años, las ideas han evolucionado bastante, porque antes qué hicimos: estuvimos buscando una señal de radio, pero ¿por qué la vida extraterrestre debe tener radio? Después, con el desarrollo de la astronomía y los espectros de los planetas, se han descubierto unas líneas específicas que son consecuencia de la vida. Porque el contenido químico del planeta, de la atmósfera, evoluciona debido a la presencia de la vida. Unos cuatro mil millones de años atrás la atmósfera de la Tierra tenía un contenido completamente distinto, y unas bacterias cambiaron prácticamente esos cuatro mil millones de años de contenido químico de la atmósfera de nuestro planeta. Es decir, un descubrimiento que puede parecer pequeño, cambia mucho las cosas. Este es un descubrimiento concreto, pequeño en la primera vista, pero muy importante”.

Consultado sobre si cambia de alguna manera la orientación del trabajo de los astrónomos, Radostin Kurtev señala: “Yo no usaría la palabra astrónomos, porque lo que nosotros hacemos es algo distinto de eso. Hay una nueva ciencia, que se llama astrobiología, que es un encuentro entre astrónomos, matemáticos, físicos, biólogos. Aquí en este caso es pura biología: encontraron una bacteria en un lago. Pero si está conectado con la vida, está conectado de alguna manera con nuestro trabajo de astrónomos, para buscar algo de ese tipo afuera”.