Alumnos de Enfermería de la UV observan la dura realidad del alcoholismo y la drogadicción
Cinco centros de Conace Valparaíso recibieron el apoyo de 70 estudiantes de cuarto año.
El alcohol y las drogas no son algo nuevo en la sociedad chilena. El aumento de los índices de consumo es considerable en todos los segmentos de la sociedad. Esto ha hecho necesario que la Comisión Nacional para el Control de Estupefacientes, Conace, aumente sus programas de prevención en el país y en la Quinta Región.
En este sentido, la entidad realiza un trabajo conjunto con la Escuela de Enfermería de la Universidad de Valparaíso, donde se incluyen pasos prácticos de los alumnos de cuarto año en los distintos centros que el Conace tiene en la región, con el objetivo de que los estudiantes aporten nuevos procesos terapéuticos a las personas que allí son atendidas.
La oferta de tratamiento en la región incluye a la población en general, con grupos de hombres mayores de 20 años, mujeres, adolescentes infractores de ley, personas en situación de calle e internos en centros penitenciarios, entre otros.
En la actualidad, la Región de Valparaíso cuenta con quince centros para lo población en general, donde se ofrecen dos mil 628 planes de tratamiento en modalidades de atención ambulatoria básico, intensivo y residencial, en virtud de convenios que Conace mantiene con Fonasa y el Ministerio de Salud.
“La participación de las alumnas y alumnos de Enfermería para nosotros es súper importante, porque nos permite incorporar un elemento que no está presente en los centros, que es el componente biomédico. Si bien nuestros centros tienen la orientación de trabajar con la variable biomédica, el contar con profesionales especialistas en enfermería nos permite perfeccionar la oferta y entregar a los usuarios un mejor servicio”, explica Francisco Olivares, encargado del Área de Tratamiento de Conace de Valparaíso.
Olivares señala que la mirada externa de las alumnas es un aporte para que Conace mejore la calidad del servicio. Sus observaciones son importantes para el equipo terapéutico, e implican un mejoramiento de los procesos de tratamiento.
La participación de las jóvenes en los centros de atención de Conace responde a una asociación de la Escuela de Enfermería con la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, CICAD, originada en la preocupación de la carrera frente a esta problemática, traducida en la elaboración de programas de prevención del consumo de drogas y de promoción de conductas saludables.
La académica Liliana Basso, de la cátedra de enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, explica que setenta fueron las alumnas que participaron en cinco centros de la Región de Valparaíso que trabajan en la protección de niños y en el tratamiento y rehabilitación en dependencia de drogas.
Asimismo, señala que “los estudiantes visitan estos centros para conocer a los usuarios, poner en práctica lo que se conversa con ellos en la parte teórica de la cátedra y, sobre todo, ver la intervención de enfermería en los usuarios que presentan un abuso de drogas”.
Los centros pueden solicitar a la Escuela de Enfermería algunas intervenciones, tales como desarrollo de procesos educativos en sexualidad, intervención en los medicamentos, orden en las clínicas, desarrollo de conductas saludables, todas acciones que permiten a los estudiantes tener un acercamiento a los pacientes que presentan problemas de consumo de drogas.
En forma complementaria, los alumnos se integran al trabajo que desarrolla Conace con las familias y a los talleres, para abordar el fenómeno de la droga de una forma integral y acercarse a esta dura realidad.
Experiencia de compromiso
Maribel Mostacero tuvo la experiencia de trabajar en el Centro de Tratamiento y Diagnóstico de cerro Placeres, con niñas de cinco a quince años, provenientes de familias vulnerables, con índices de violencia y padres consumidores de droga y alcohol.
“El 80 por ciento de las niñas están en riesgo social y son niñas que han sido abusadas sexualmente, y el otro 20 por ciento han sido maltratadas físicamente por los padres o por algún familiar cercano”, señala.
Si bien el perfil de atención no corresponde a problemas de drogas, la alumna de Enfermería advierte que la realidad de estas niñas se conecta con la problemática de la drogadicción debido al consumo de sus padres, lo que trae como consecuencia el maltrato.