Los tejidos nos hablan: proyecto pone en valor el legado de las cultoras del crochet en Putaendo
Visibilizar el tejido a crochet con hilado blanco desarrollado por mujeres en el valle de Putaendo entre los años ’70 y ’90 es el objetivo del proyecto Fondart “Los tejidos nos hablan”, del cual la académica Ángela Herrera, de la Escuela de Diseño, es coinvestigadora. El responsable de proyecto es Marco López Aballay, gestor cultural que se desempeña en el Centro Cultural del Buen Pastor de San Felipe.
“El nivel de perfección de los tejidos con hilados blancos, su nivel de laboriosidad y detalle fue tal, que llegaron a fundar una cooperativa, tuvieron una tienda en el barrio Bellavista de Santiago a fines de los años ’90 y luego una organización norteamericana llevó sus productos a Estados Unidos y Europa, lo cual demuestra el reconocimiento y el aprecio que generaban”, cuenta.
La profesora aportará desde la investigación técnica: “Vamos a realizar un levantamiento de fichas técnicas descriptivas y un catastro para generar contenido y conocimiento en torno al estado del arte en que se encuentra esta práctica y las características que las diferencian”, dice.
“Tenemos una investigación preliminar que nos ha permitido definir que esta práctica también era productiva, porque obtenían ingresos económicos para el sustento familiar. Se configuró como un trabajo remunerado importante, incluso llegaron a tener publicaciones en distintos medios, se publicó un libro, artículos en prensa y piezas audiovisuales”, añade.
El proyecto tendrá su presentación oficial el lunes 20 de mayo en el Centro Cultural de Las Coimas en Putaendo. Al respecto señala que “nos interesa generar un diálogo en torno al tejido con distintas cultoras para explicarles el proyecto, ya que han fallecido muchas de las mujeres originales que fundaron la cooperativa, pero las familias han conservado los tejidos”.
“Ellas vendían sus productos en la tradicional calle Comercio de Putaendo, que va a dar a la plaza principal, en un local pequeño, y las colgaban en las ventanas de las casas. Una de las últimas etapas será generar difusión, con cápsulas audiovisuales y un dossier impreso, junto con una vitrina en alianza con el Centro Cultural de Putaendo Bernardo Parra”, explica.
“La vitrina va a visibilizar este trabajo como parte de la memoria de la comunidad y el territorio. Nos interesa que se reconozca la labor de estas cultoras y revitalizar esta práctica que aún se sigue desarrollando, fortaleciendo a las cultoras que en la actualidad trabajan de manera individual. Nos interesa apoyarlas desde el tema técnico, productivo y de comercialización, incluso para enseñar a generaciones actuales”, señala.
Nota: Rodrigo Catalán