Jornadas de innovación curricular y buenas prácticas pedagógicas conmemora diez años
Académicos de la mayoría de las carreras y Facultades, y de los Campus Santiago y San Felipe de la UV, se dieron cita en el auditorio de la Facultad de Arquitectura para participar de la décima versión de las Jornadas de Innovación Curricular y Buenas Prácticas Pedagógicas, que este año recibió más de cuarenta experiencias de innovación en la docencia de pregrado.
Claudia Schiattino, coordinadora de la Unidad de Gestión Curricular y Desarrollo Docente de la Vicerrectoría Académica, organizadora del encuentro, comentó que “el objetivo es encontrarnos con los docentes que han tenido un año intenso de aprendizajes, quienes traen sus experiencias innovadoras, las comentan y muestran cómo resolvieron los desafíos de la docencia”.
“Es una experiencia positiva que ha ido creciendo. Partimos con cinco académicos que se atrevieron a enviar sus experiencias, hoy tenemos más de cuarenta, y se sostiene porque son ellos quienes envían sus ponencias. Hemos crecido en número, participación y cobertura, cada año recibimos más experiencias, lo cual permite resolver en conjunto los desafíos de la docencia de los próximos años. Nuestros estudiantes se enfrentan cada vez a escenarios más complejos, por eso es necesario discutir cómo innovamos de manera colaborativa”, añadió.
Reconocimientos
Durante el encuentro se entregó un reconocimiento a los académicos que participaron en la primera jornada de 2014, destacando a Cristina Bonifaz y Felipe Gorigoitía, de la Escuela de Derecho; Sergio Urrutia, de Ingeniería Civil; Jorge García, de Fonoaudiología, y Marisol Tejos, decana de la Facultad de Ciencias.
La distinción por la mayor cantidad de trabajos presentados fue para Carmen Gloria Ríos, de Tecnología Médica, y Jaime Segovia, de Odontología, mientras que el reconocimiento a la unidad académica con mayor cantidad de experiencias presentadas (50) en estos diez años fue para la Escuela de Enfermería, recibido por su directora, Paulina Gundelach.
La programación del encuentro incluyó un espacio donde los profesores que investigan en docencia de educación superior expusieron en formato de póster y salas temáticas donde los responsables de nueve de las cuarenta experiencias presentadas en 2023 seleccionadas por una comisión, expusieron sus alcances.
Clave en el proceso de acreditación
Carlos Becerra, vicerrector académico, destacó que “esta iniciativa que hoy conmemora diez años ya es toda una tradición, convirtiéndose en una jornada relevante, clave en el proceso de acreditación institucional, ya que se ha reconocido cómo la UV ha desarrollado esta línea de docencia, así como también en la certificación de cada una de las carreras y en las acreditaciones obligatorias, con los buenos resultados que hemos tenido en cada una de estas líneas, como son Medicina y Odontología por siete años, junto con la acreditación de todas las pedagogías y Educación Parvularia”.
“La jornada se ha transformado en un espacio para compartir experiencias y publicar resultados, siendo muy importante para los nuevos criterios de acreditación. Es un espacio para desarrollar trabajo conjunto, donde los académicos pueden conocer lo que hacen sus pares, comparten sus buenas prácticas con toda la comunidad universitaria y avanzan en la investigación universitaria, que es el paso siguiente que hemos estado abordando los últimos años a través de los concursos en investigación en docencia”.
Bienestar emocional
Uno de los puntos altos de la jornada fue la charla magistral “Bienestar emocional en el proceso de aprendizaje: cómo inspirar y motivar a los estudiantes universitarios hacia el éxito académico”, a cargo de la destacada psicóloga infantil chilena Neva Milicic, doctora en Filosofía y Educación, University of Wales, quien con su experiencia y ejemplos lúdicos encantó a los asistentes.
Reconocida por sus publicaciones de libros para niños, desde 2015 es Profesora Emérita de la Universidad Católica. Al respecto señaló que “no hay aprendizaje académico posible si los estudiantes no se encuentran en un estado de bienestar emocional. Cuando están angustiados o bloqueados, no es posible el aprendizaje, ‘la letra con sangre entra’ es una idiotez”.
“Para realizar este cambio en la docencia tendríamos que aprender a escuchar a los estudiantes, comprender sus necesidades, ajustar lo que tenemos para enseñarles a sus capacidades y ritmos especiales y ver para qué son buenos cada uno de ellos, y de esa forma, crearles un nicho confortable donde puedan desarrollarse”, añadió.
Nota: Rodrigo Catalán / Fotos: Denis Isla