UV entregó Reconocimiento a la Excelencia Docente 2017
Rocío Álvarez, Marinella Bustamante, Daniel Miranda, Marcela Zhar y Daniela Pincheira recibieron las distinciones.
Cinco académicos recibieron el Reconocimiento a la Excelencia Docente 2017, otorgado por la Universidad de Valparaíso a quienes realizan docencia de calidad, aplican innovación en el aula para promover el aprendizaje autónomo y significativo en los estudiantes, y fomentan la reflexión sobre la propia práctica para el mejoramiento continuo propio y la de la institución.
Los académicos premiados este año fueron los siguientes: Rocío Álvarez, de la Escuela de Química y Farmacia; Marinella Bustamante, de la Escuela de Diseño; Daniel Miranda, de la Escuela de Ingeniería Civil Industrial, y Marcela Zhar, del Instituto de Biología. En la categoría de contratación reciente, Daniela Pincheira, de la Escuela de Nutrición y Dietética. Cada uno de ellos recibió un diploma y una medalla de manos del rector Aldo Valle. En representación de los premiados, hizo uso de la palabra Rocío Álvarez.
La ceremonia se desarrolló en el marco del inicio de las Cuartas Jornadas de Innovación Curricular y Buenas Prácticas Pedagógicas, actividad convocada por el Centro de Desarrollo Docente UV, y tuvo lugar en el aula Luis Vicuña Suárez de la Escuela de Derecho. El acto fue presidido por el rector Aldo Valle, y consideró la charla magistral de Hugo Labate, académico visitante de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Retroalimentación
La académica Rocío Álvarez destacó la importancia de que la Universidad de Valparaíso distinga el trabajo docente: “Es una retroalimentación que yo valoro mucho. Necesaria. Son muy importantes estas instancias, no por el reconocimiento en sí, sino que por lo que significa una vida universitaria, que la comunidad te reconozca, tus pares, así es que la valoro mucho. Y nos motiva a seguir con más fuerza trabajando”.
La profesora subrayó la relevancia del rol docente entre todas las tareas académicas.
“Es lo más importante. Es realmente lo más importante, y no es justificación el que no hayamos estudiado, que no seamos pedagogos, no con título, porque es lo que realizamos, y tenemos el deber de formarnos para hacer lo mejor”, afirmó.
En la sala de clases
El rector Aldo Valle subrayó el rol del académico, quien es el representante de toda la universidad al interior de la sala de clases. “Lo más relevante es ese contacto que acontece en la sala de clases, en el laboratorio, en el pabellón, en el taller, en que un profesor, un académico, una académica, tiene la responsabilidad de generar en los estudiantes unos hábitos intelectuales y formas de pensar que desde luego serán determinantes para su desempeño futuro en aquello que las personas finalmente hagan en su vida. Por eso es que la Universidad ha instituido este premio a la excelencia en docencia, porque año tras año recibimos miles de jóvenes cuya experiencia cultural más importante debe ser el paso por la universidad”.
Añadió que “antiguamente, se entendía que la educación básicamente era una relación de carácter jerárquico; de hecho, antes los profesores eran también llamados preceptores. Pues bien, hoy día, por el cambio que ha habido en las capacidades para retener información, para acceder a esa información, el papel nuestro es fundamentalmente dotar de unos hábitos intelectuales a los estudiantes, de modo que puedan efectivamente administrar mucho mejor el conocimiento que se ha ido acumulando en los distintos saberes, en las distintas disciplinas, pero en el libre entendido que no podemos concentrarnos ni reducirnos en la universidad a transmitir contenidos, porque muchos de esos contenidos, en la medida en que son más específicos, se renuevan también con mucha velocidad, y a veces dejamos de enseñar lo importante por enseñar especialidades o especificidades que finalmente van a tener una vigencia en el tiempo muy breve”.
En consecuencia, cerró, “tenemos que preparar a nuestros estudiantes para que se desempeñen en la sociedad del conocimiento de los próximos cincuenta años, de los próximos sesenta años, y no lo podemos hacer con las mismas formas y métodos con que nosotros mismos fuimos educados hacer cuarenta o cincuenta años”.
Las Cuartas Jornadas de Innovación Curricular y Buenas Prácticas Pedagógicas consideraron dos días de trabajo, en sesiones de mañana y tarde, con la presentación de experiencias de distintas unidades académicas de la Universidad de Valparaíso.