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Experto asegura que concepto de Patrimonio Mundial se convirtió en un sello de calidad turística

06 Noviembre 2020

Jaime Jover, investigador de la City University de Nueva York, expuso invitado por el Magister en Patrimonio.

La transformación de la intención original de la Convención de Patrimonio Mundial en un sello de calidad turística, en el que lo importante son los beneficios empresariales en detrimento del reconocimiento internacional del patrimonio para cada comunidad, fue uno de los conceptos que trató Jaime Jover durante su conferencia organizada por el Magíster en Patrimonio.

Jover es investigador postdoctoral en el Centro de Estudios de Posgrado de la City University de Nueva York y doctor en Geografía Humana de la Universidad de Sevilla, y fue el principal expositor en la serie de conferencias denominada "Diálogo sobre Patrimonio".

La jornada fue inaugurada por Juan Luis Moraga, secretario general (s) UV y académico del Magíster, quien señaló que “en Valparaíso el patrimonio intangible es muy delicado, se van perdiendo formas de vida particulares, lo cual da lugar a una traza de la ciudad que se va borrando. No se trata solo de los edificios, sino del sistema de vida en las ciudades, donde el patrimonio se opone y enfrenta a lo que podríamos llamar una mundialidad”.

Carlos Lara, prorrector (s) y también académico del Magíster destacó que “el patrimonio es la capacidad de condensar la memoria, pero convivir en una ciudad patrimonial es una moneda con dos caras, donde lo cotidiano se convierte en un objeto de consumo y en algunos casos, en una caricatura”.

Durante su exposición, Jaime Jover explicó que “el patrimonio como bien cultural tiene una historia de legitimización de los estados nacionales marcada por la dicotomía natural/cultural y material/inmaterial, con una relación social generada en la comunidad por medio de la teoría de bienes culturales, donde como cosa está sujeta al derecho de propiedad y como bien cultural tiene un interés general”.

“Como bien de consumo hay una transformación de la cultura como recurso económico a través del turismo global, en el que el valor de cambio se impone sobre el valor de uso”, agregó.

Jover indicó que “el concepto de Patrimonio Mundial surge en la Convención de 1972, en la que se crean organizaciones, categorías y criterios que se han ido revisando, lo cual supone un marco vinculante para los estados, aunque no hay una normativa mundial y las declaraciones se basan en un análisis de la integridad y la autenticidad de los bienes según sus valores culturales”.

En cuanto a las categorías originales del patrimonio cultural, Jover destacó “los monumentos, conjuntos y lugares antropológicos o arqueológicos, pero luego aparecen otras categorías, como paisaje cultural o una Convención para el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”.

Junto con analizar estudios de casos de ciudades como Sevilla, Córdoba y Liverpool, Jover aseguró que “la Convención obliga a los estados a identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural de su territorio”.

El experto añadió que “en el tema patrimonial en la actualidad es posible observar una doble explotación: una directa y económica sobre los bienes culturales y otra indirecta en cuanto a las relaciones sociales y laborales”.

“Todo indica que hay desigualdad para comprender los principios de la Convención, ya que la protección y rehabilitación suelen ser prioritarios, pero la identificación y la conservación dependen del tipo de patrimonio, mientras que la transmisión a las nuevas generaciones queda supeditada al mercado. El patrimonio es lo que la ciudad quiera y está en evolución constante”, aseguró.