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Esteban Hadjez: "Las comunidades me persuadieron a estudiar sobre salud ambiental"

24 Septiembre 2020

Académico de Medicina se adjudicó premio iberoamericano “Francisco Mercado” por su tesis doctoral.

El Premio Iberoamericano a la Investigación Cualitativa en Salud “Francisco Mercado” (edición 2020) fue otorgado por unanimidad al doctor Esteban Hadjez, docente de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, por su trabajo de tesis doctoral “Participación colectiva en salud en el valle del Huasco, norte de Chile: una etnografía crítica de los espacios institucionales para la participación y los movimientos sociales en un contexto de conflicto medioambiental”.

Tanto los dictaminadores como el comité del premio calificaron la tesis como “un manuscrito de alta calidad y que aporta nuevo conocimiento para la región iberoamericana”.

Desde Beirut, Líbano, donde se encuentra viviendo, el profesor Hadjez se mostró honrado y muy agradecido por el premio y explicó los alcances de su investigación para optar al grado de doctor en Salud Pública en la London School of Hygiene and Tropical Medicine del Reino Unido.

“Esta investigación realizada en el valle del Huasco, en la Región de Atacama, examina el papel de los consejos de desarrollo local de salud en torno a problemas de salud colectiva derivadas de la contaminación medioambiental, y cómo estos espacios institucionales de participación interactúan con trabajadores de salud del territorio, así como con el movimiento socioambiental del valle del Huasco. También analiza cómo las condiciones socioeconómicas más amplias afectan la participación comunitaria en salud y la dinámica de los movimientos sociales locales”, dijo.

Durante aproximadamente un año, el investigador vivió en el valle del Huasco, tiempo en que efectuó una etnografía crítica, incluyendo 38 entrevistas semiestructuradas y en profundidad, tres grupos focales y el análisis documental de material escrito y audiovisual elaborado por los consejos de salud locales, el movimiento socioambiental del valle del Huasco y artículos de prensa provinciales y regionales.

“Los espacios institucionales de participación en salud son distintos y divergentes al movimiento social, muchas veces son antagónicos. Se habla de participación comunitaria en salud, pero éstos suelen ser espacios relativamente instrumentalizados y con insuficiente autonomía, dada su dependencia económica con empresas locales para el financiamiento de sus proyectos de salud. Del mismo modo, hay una relación muy íntima entre las empresas contaminantes y los centros de salud del territorio y la Región. Sin ir más lejos, la construcción del nuevo centro de atención primaria de salud de Huasco fue financiado en gran parte por CAP Minería, una de las empresas contaminantes, lo mismo que prestaciones de salud dental para escolares realizadas por AES Gener, empresa dueña de termoeléctrica Guacolda, o la creación de la red provincial de promoción de salud por parte del proyecto minero Nueva Unión”, explicó.

Una de las conclusiones que destaca es “la importancia del movimiento social como sujeto histórico que asume el cuidado de la salud colectiva el territorio. El movimiento socioambiental del valle del Huasco despliega estrategias amplias de protección a la salud que nosotros -como trabajadores de la salud- muchas veces no las reconocemos como tales: barricadas, piedras, graffitis, murales, hip hop, ollas comunes, escuelas y bibliotecas populares, entre otras. Al respecto, el repertorio de prácticas de promoción de salud es mucho más amplio y eso nos lleva a cuestionar y recuperar el concepto de violencia como elemento imprescindible en el campo de la salud pública; es decir, la violencia no sólo como una disrupción del funcionamiento normal de la sociedad, sino que además debemos mirar con mucho cuidado la violencia intrínseca a esta normalidad, la violencia invisible que se deriva de la mercantilización de la vida humana y del medio ambiente”.

Uno de los principales hallazgos de su estudio es que “los consejos de desarrollo local de salud y los trabajadores de salud a menudo legitiman y reproducen las condiciones socioeconómicas existentes, justificando el papel de las industrias provinciales responsables de contaminación ambiental, debido a la dependencia económica de la población y de los centros de salud, en un contexto de neoliberalismo y estado subsidiario”.

Adicionalmente, el doctor Hadjez señaló en su informe que “el surgimiento de movimientos sociales en el valle del Huasco se relaciona tanto con el alcance limitado de los espacios formales de participación como con la progresiva deslegitimación de las autoridades políticas y sanitarias durante las últimas décadas”.

18 de octubre

Su residencia en el Líbano lo hizo estar lejos del movimiento social de octubre, pero no por ello ajeno a lo que ocurre en nuestro país. “Lo de octubre fue un estallido social, producto de la rabia, la sensación compartida de injusticia e impunidad, pero también por la pérdida colectiva del miedo. Pero es importante comprender que este estallido, este movimiento social no se produce en el vacío. Al menos desde el año 2006 se viene expresando de manera profunda y sostenida el movimiento social, desde las manifestaciones estudiantiles, las huelgas de los trabajadores subcontratistas de la minería, los movimientos socioambientales en Freirina, Aysén y Chiloé, el movimiento feminista y el movimiento No+AFP, entre otros. Es un proceso histórico mucho más amplio, que tiene raíces profundas”.

Sostuvo que, si bien “como en cualquier movimiento social se presentan contradicciones internas, una de las características del movimiento que emerge en octubre del año 2019 es su masividad y la unidad de sus demandas, considerando los distintos movimientos, grupos y organizaciones que lo conforman. El movimiento social actual es un conglomerado de demandas transversales y que es posible observarlo, hasta cierto punto, como una unidad por su magnitud y persistencia”.

Destacó que la represión y violación de los derechos humanos por parte del Estado hacia los manifestantes reflejan, además, la creciente importancia histórica del movimiento social y su constitución como sujeto político colectivo, como ha sido el caso también de la lucha del pueblo mapuche con anterioridad.

Manejo de la pandemia

Consultado por la pandemia del coronavirus y cómo se ha enfrentado en Chile, señaló que su severidad y gravedad no están dadas tanto por las condiciones materiales (biológicas) del virus mismo: “Su letalidad es relativamente baja, y su transmisibilidad es baja a moderada, pero la pandemia ocurre en condiciones materiales y sociales que son deficientes, con condiciones laborales precarizadas, incluyendo trabajo informal, subcontratación, bajos sueldos, inestabilidad laboral, además de un sistema de salud mercantilizado, lo que hace difícil abordar la pandemia desde una perspectiva colectiva”, indicó.

Opinó que, como política pública, las cuarentenas no le parecen necesarias por su baja efectividad. “Quizás al comienzo de la pandemia se justificaba este confinamiento masivo, especialmente ante el desconocimiento en el comportamiento y las características del virus, pero ya transcurridos seis meses, existiría evidencia que éstas no cumplen su objetivo. Por el contrario, considerando el alto número de personas que viven en condiciones de hacinamiento, pobreza, condiciones de trabajo precarizadas y servicios de salud privatizados, el confinamiento masivo produce serias y poco estudiadas consecuencias negativas en las personas y comunidades. Las personas tienen hambre, deben salir a trabajar y viven hacinadas”.

Recordó, sin embargo, que sí son necesarias medidas muy simples como el lavado de manos frecuente, junto con el uso de la mascarilla, el aislamiento de personas sintomáticas y la cuarentena de sus contactos. “Para aquellas personas más susceptibles de complicaciones de esta enfermedad, especialmente personas mayores de 60 años, personas con enfermedades crónicas o trabajadores de salud, debemos como sociedad proveer de mayores cuidados y protección”, añadió.

Por otro lado, consideró que la actual pandemia ha monopolizado los debates y las respuestas sanitarias de la mayoría de los países, dejando de lado problemas de salud tanto o más importantes para las personas, y que se han expresado en ocasiones como un aumento de la mortalidad y empeoramiento de la situación de salud de gran parte de la población.

Ad portas del plebiscito, dijo que tiene esperanzas en él, en que esta construcción histórica en curso permita un cambio profundo del modelo capitalista neoliberal en nuestro país. “Es difícil pensar en un cambio en el sistema de salud como si fuera una parte aislada de la sociedad. Es necesario transformar la organización económica y el modelo de desarrollo del país, al mismo tiempo que la educación, el sistema de pensiones, las políticas de vivienda, y por supuesto, el sistema de salud”.

Persuasión de las comunidades

Hadjez reveló que antes de escribir su tesis y de involucrarse con las comunidades del valle del Huasco no tenía mucho interés en los problemas medioambientales. “Llegué a interesarme en esta área a través del estudio de los movimientos sociales y la participación colectiva en la salud. En este sentido, las comunidades me persuadieron a estudiar y profundizar acerca de la salud ambiental. Había una necesidad del movimiento social de que yo pudiera poder aportar desde la salud y así empecé a involucrarme en conflictos medioambientales y luego tuve la oportunidad de estudiar, en el marco de mi doctorado, epidemiología ambiental y epidemiología espacial”, confesó.

El profesor Esteban Hadjez coordinó también el informe de salud sobre el daño a la población del Guasco Alto producido por las faenas de instalación de la minera Pascua Lama. El mismo día que se anunció como ganador del premio al profesor Hadjez, el Primer Tribunal Ambiental de Chile decretó el cierre “total y definitivo” del polémico proyecto minero, poniendo así fin a veinte años de controversias, juicios y daños al medioambiente en torno a esta mina de oro y plata.

“Estoy muy feliz por el cierre definitivo de Pascua Lama, porque entiendo las aberraciones que se cometieron, especialmente por parte de la empresa y el gobierno regional de Atacama. Mi participación en el proceso de cierre del proyecto es muy menor. Los verdaderos responsables de este gran triunfo son las propias comunidades del valle de Huasco, que han luchado por años por la protección de su salud y del medio ambiente. Recordemos que han sido cientos de hombres, mujeres, niños y niñas del valle del Huasco quienes detuvieron la central termoeléctrica Castilla, expulsaron a Agrosuper, han paralizado la construcción de la termoeléctrica Punta Alcalde y ahora logran el cierre definitivo y total de Pascua Lama”.

Finalmente agradeció a la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso y a las personas y comunidades del valle del Huasco “que me corrigieron muchas veces, me permitieron replantear algunas de mis tesis iniciales y me hicieron parte de sus luchas”.