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Especialistas reflexionaron sobre el uso de armamento no letal en contexto de protesta social

31 Agosto 2020

En la tercera sesión del ciclo de conversatorios “Estallido social y derechos humanos en la Región de Valparaíso”.

Una amplia reflexión respecto a cómo se usó el armamento no letal, además de planteamientos de desafíos desde el punto de vista médico y jurídico, realizaron especialistas invitados a la tercera sesión del ciclo de conversatorios “Estallido social y derechos humanos en la Región de Valparaíso”, organizado por la Clínica Jurídica y de Derechos Humanos de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso.

La actividad fue moderada por la profesora de Derecho UV Rocío Sánchez y llevó por título “Uso de armamento no letal y protesta social” y contó con la participación de Pietro Sferrazza, profesor de Derecho UV; Isabel Severín, académica de Derecho UNAB; el doctor Pablo Cox, neurorradiólogo del Hospital Carlos Van Buren y miembro del Centro de Neurología Traslacional de la Facultad de Medicina UV; y el doctor Pablo Muñoz, docente del Laboratorio de Plasticidad Celular y Molecular de la Escuela de Medicina UV.

Materiales de los proyectiles e intención de daño

Los profesores de la Escuela de Medicina UV Pablo Cox y Pablo Muñoz dieron a conocer la investigación sobre la composición de los proyectiles utilizados por las fuerzas de orden público en el contexto del estallido social y acerca de los daños que ocasionaron estos disparos.

Pablo Cox explicó que “lo que nos llamó la atención fue que el gobierno informó que eran proyectiles de goma, pero las imágenes que obteníamos en los estudios eran de elementos metálicos e hicimos un estudio para establecer cuál era la composición de estos proyectiles”.

“El trabajo que elaboramos con colegas de la UV y del Hospital Carlos Van Buren fue ‘Bodily distribution of projectile injuries in Chilean protests’, que fue publicado en la revista The Lancet, cuya conclusión fue que el estudio de imágenes de tomografías computarizadas y radiografías revisados retrospectivamente, del 19 al 28 de octubre de 2019, mostró que el segmento del cuerpo más lesionado fue la cabeza y el cuello, lo que provocó lesiones oculares incapacitantes. Análisis de microscopía electrónica de barrido y espectroscopía de dispersión de energía, espectroscopía infrarroja y análisis gravimétrico mostraron que los proyectiles encontrados en la calle posteriormente al estallido social tenían una densidad media de 2 · 52 g cm − 3, con un porcentaje en peso de 84% de contenido inorgánico y 16% de contenido orgánico, y niveles de plomo cercanos al 24%, junto a otros microconstituyentes distribuidos homogéneamente, correlacionando con las características observadas en la imágenes”, cerró.

Por su parte, Pablo Muñoz hizo referencia al informe sobre el análisis fisicoquímico de proyectiles utilizados durante las manifestaciones en Valparaíso y su correlación imagenológica con los cuerpos extraños pesquisados entre el 19 de octubre y el 15 de noviembre en el Hospital Carlos Van Buren, que nace a partir de la examinación de proyectiles para demostrar que no eran solamente de goma.

“Comparamos desde el punto de vista imagenológico clínico los proyectiles que se observaban en el cuerpo de los pacientes, y estos los correlacionábamos con los cuerpos que encontramos posteriormente a las protestas. Con estos antecedentes nos dedicamos a mostrar la naturaleza de los elementos, comparando elementos de distintas propiedades que se sometieron a una radiografía, en la que se verificó que los componentes metálicos estaban presentes en grandes cantidades. Enviamos el informe a nivel nacional, pero consideramos que había que hacer más extensiva la denuncia, y esto salió publicado en abril en la revista The Lancet, evidenciando la intención de disparar estos proyectiles en la región cervical y de la cabeza”, detalló.

Estándares del derecho internacional

Los docentes Isabel Severín y Pietro Sferrazza se refirieron a su investigación “Estándares del derecho internacional sobre proyectiles de impacto cinético”, realizada junto a la profesora Rocío Sánchez, la cual va a ser publicada prontamente.

Isabel Severín explicó que “las escopetas antidisturbios son un tipo de arma menos letal que han sido diseñadas para que, si es que llegaran a generar algún tipo de lesión, ésta solo sea temporal y del todo reversible, además de ser un tipo de proyectil de impacto cinético, es decir, que una vez que se dispara el arma, se libera energía en movimiento desde ella, hacia el cuerpo del sujeto. Pero es importante detenerse en la consecuencia del uso de proyectiles de impacto cinético en Chile: a partir de la información recabada por el INDH, desde octubre de 2019 a marzo de 2020, se da cuenta un total de mil 880 víctimas por uso de proyectiles de impacto cinético. De estas lesiones, mil 687 son generadas por perdigones, y en este mismo periodo se generan 460 lesiones oculares”.

“La revista BMJ Open hace un análisis de un estudio que recaba información sobre víctimas de proyectiles de impacto cinético en el mundo por un lapso de 27 años, desde 1990 a 2017. Lo alarmante es que constatan la existencia de mil 931 personas lesionadas por este tipo de proyectil. Es decir, en 27 años en el mundo se alcanzó casi la misma cantidad de víctimas por proyectiles de impacto cinético que en cinco meses en Chile”, subrayó.

Pietro Sferrazza añadió que “investigamos los tratados existentes en el sistema universal de derechos humanos y en el sistema interamericano, en los cuales existen principios básicos aplicables respecto de las armas menos letales: legalidad, precaución, necesidad, proporcionalidad y rendición de cuentas, en los cuales Chile se encuentra al debe y tiene muchos desafíos por delante”.

“Este tipo de municiones deberían estar absolutamente prohibidos, y es necesario que el poder legislativo intente promover la discusión de una ley integral sobre el ejercicio de uso de la fuerza y del derecho a reunión, y es importante que se tenga claridad respecto de las acciones judiciales de las víctimas. Finalmente, planteamos la necesidad de trabajar en la prevención, que los casos se investiguen por fiscales especializados y que exista una reparación integral”, concluyó.