Así lo aseguró el cientista político en la conferencia "Globalización y Democracia después de la Pandemia", del CIDEP/FACEA.
En una conferencia telemática organizada por el Centro de Investigación en Innovación, Desarrollo Económico y Políticas Sociales (CIDEP) de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, el académico y cientista político Ernesto Ottone Fernández compartió interesantes reflexiones acerca de la globalización y la democracia después de la pandemia, en particular refiriéndose al rol que le ha correspondido a las tecnologías de la información y sus productos derivados en los profundos cambios que se advierten en la humanidad.
Ottone realizó una serie de definiciones respecto a la posmodernidad y el neoliberalismo, señalando que esas son palabras que no utiliza por considerarlas equívocas, que “no expresan adecuadamente los problemas que debemos solucionar”. Aseguró que “muchas veces se habla con demasiada soltura de temas tan complejos como la crisis de la democracia, los modelos económicos o la política, incluso de los efectos de la globalización, sin precisar correctamente a qué nos referimos cuando hacemos esos comentarios, sobre todo que hoy circulan por redes sociales una serie de verdades que tienden a simplificar el análisis”. Al respecto, el académico afirmó que no es lo mismo la globalización como fenómeno social que la globalización económica. “La globalización es producto de la revolución digital desde los años 80 que significó un paso de la era industrial a la era de la información. Una de sus características fundamentales es una contracción del tiempo y del espacio sin precedentes en la historia de la humanidad. El tiempo y el espacio logran un salto a partir de la revolución tocológica”, dijo.
Agregó Ottone que “la base central de esta nueva dimensión del tiempo es Internet, que crea una sociedad en redes que cambia la forma en cómo los hombres viven, cambia la dinámica social y cultural; los mecanismos de la sociedad industrial entran en crisis, se plantean cambios muy fuertes. La educación, por ejemplo, pensada en una cierta secuencia, se altera hacia un proceso de educación permanente, que pone en cuestión la secuencialidad anterior. Lo mismo con el trabajo: había una educación para el trabajo, una secuencialidad, hoy eso también se ve alterado, lo que hace cambiar el tema de la seguridad social”.
Para el académico, “la globalización supone un cambio en la sociedad mucho más profunda que en el mero aspecto económico, se trata de un cambio cultural que necesitará nuevas respuestas a los problemas de la política. La noticia es que la globalización va a seguir existiendo, pero de manera diferente”.
Al referirse a la situación de Estados Unidos, Ottone señaló que ha habido un fuerte aumento de la desigualdad en ese país, sobre todo por la desregulación, situación que provocó la crisis subprime, “y que con el gobierno de Trump, incluso ha empeorado”. Pone como ejemplo el programa Medicare que “es conservador hacia afuera pero muy desregulado hacia adentro. Sin duda los modelos necesitan un cambio, la globalización requiere un cambio, pero es imposible pensar que ésta no siga existiendo. Decir estar a favor de la electricidad no significa estar a factor de la silla eléctrica”, aseveró el conferencista.
Finalmente, Ottone afirmó que en el futuro las soluciones o serán colectivas o no serán soluciones.
Ernesto Ottone es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de París III La Sorbonne Nouvelle, fue asesor de Gobierno en la presidencia de Ricardo Lagos, director de cátedras en Globalización y Democracia en distintas universidades chilenas y extranjeras; miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile; y consejero académico del Club de Madrid y del Collège d’Études Mondiales, Fondation Maison des Sciences de l’Homme (París).
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