Los mosaicos, las esculturas y el Aula Magna fueron lo que más llamó la atención a los visitantes.
El diseño de sus mosaicos y representaciones de juicios de la época romana y medieval, el Aula Magna, sus pasillos y la conservación arquitectónica del edificio de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso fueron lo que más resaltaron los visitantes que se acercaron al inmueble ubicado en calle Errázuriz en el marco del Día del Patrimonio.
Alumnos de la carrera de Derecho de cuarto y quinto año fueron los guías que encabezaron el recorrido para mostrar a los visitantes las dependencias del edificio, entregando detalles de cómo se construyó el edificio y sobre los impulsores del proyecto.
El edificio fue construido en la década del ‘50, con elementos que fueron traídos directamente desde Italia, como por ejemplo los mosaicos que cubren el interior del edificio. Además, presenta diversas estatuas y esculturas traídas de diferentes partes del mundo que adornan el edificio, conservando su calidad artística, como el mural “Escena de Valparaíso”, del Premio Nacional de Arte Camilo Mori.
La actividad en la Escuela de Derecho de la UV estuvo coordinada por la Coordinación de Patrimonio y Acervo Cultural, que encabezan el profesor Camilo Arancibia y la secretaria académica del plantel, Inés Robles.
“El edificio data de la década del ‘50 y se puede observar que su construcción arquitectónica mantiene un estilo patrimonial y artístico, porque da cuenta de una época de Valparaíso”, explica el profesor Camilo Arancibia.
"Una joya para los porteños"
Los visitantes destacaron el nivel de conservación del edificio y disfrutaron el recorrido por sus pasillos, ya que algunos nunca habían ingresado a sus dependencias. Fue así como Almendra Quiñones dijo que la infraestructura fue una de las cosas que más le ha maravillado, porque “el Aula Magna es muy bonita y la acústica es muy buena. La otra aula (Vicuña Suárez) también me gustó y la sala Profesor René Moreno es muy bonita, con sillas antiguas muy funcionales”.
En tanto, Nicolás Alvarado reconoció que las cosas antiguas le llaman la atención: “El Aula Magna me gustó, es como estar en eso lugares que uno ve en películas y que no espera ver en una Universidad. Me gustan las cosas antiguas, entonces yo entré y me maravillé con la estructura y los bebederos de agua”.
“La Escuela de Derecho es el edificio más emblemático que tiene Valparaíso, no solo por lo que significa en términos arquitectónico, sino que además por la historia que hay detrás de su construcción. Esta fue una obra que se financió con cargo a un impuesto en una época en que la educación pública tenía gran relevancia y la sociedad estaba dispuesta a financiar este tipo de obras con cargo a los impuestos”, señaló Álvaro Pavez, ex alumno de la Escuela.
Leonor Santibáñez, santiaguina radicada en Valparaíso por más de cuarenta años, reconoció que había entrado en ocasiones anteriores al edificio, pero que esta vez, gracias a las explicaciones de los estudiantes que hicieron de guía, comprendió más el sitial del edifico en la ciudad. “La verdad es que el edificio tiene una interesante historia y llama la atención la influencia italiana con ese arte que hace imaginar Florencia, Venecia o Roma, pero además me ha sorprendido mucho la conservación de los detalles de los mosaicos con el color y pintura sobre sus murallas. Este edifico es una joya para los porteños y la ciudad que hay cuidar siempre”, señaló.
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