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Alumnas de Arquitectura lideran construcción de sendero inclusivo en toma Pasaje Lorena

15 May 2018

Proyecto ganador del concurso Impacta UV 2017 busca entregar conectividad para los vecinos del sector.

La instalación de ciento cuarenta metros lineales de solerillas y canales de agua, excavaciones, retiro de excedente y nivelación son algunos de los trabajos con los que comenzó la construcción de un sendero inclusivo que un grupo de alumnas de la Escuela de Arquitectura UV está desarrollando en la toma Pasaje Lorena, del cerro Jiménez de Valparaíso.

Johana Carvallo, Francisca Vera, Karla Ruiz y Valentina Astorga fueron las ganadoras del concurso Impacta UV 2017 y ahora están ejecutando las obras con 120 estudiantes de primero, cuarto y quinto año de la carrera Arquitectura. El desafío elegido por las estudiantes en el marco del concurso fue la inclusión, por eso desarrollaron su proyecto incorporando el relato de los vecinos del sector, construyendo un sendero que conectara todas las viviendas con la calle principal.

Las jornadas de trabajo son todos los martes y viernes, de 14 a 18 horas, y el material elegido fue el suelo-cemento, una aleación de maicillo y cemento. El proyecto se construye en tres tramos: el primero en madera, al inicio de la escalera; luego viene el tramo de suelo-cemento, al cual se le agregará cerámica reflectante; y el tercero de cemento, en el cual los estudiantes de cuarto año de la carrera construirán una cancha, una rampa de acceso y galerías.

Vecinos y estudiantes

La relación con los vecinos del sector no siempre fue fluida, ni sencilla, tal como lo explica Johana Carvallo, una de las estudiantes a cargo del proyecto. “Llegamos al pasaje Toma Lorena porque habíamos trabajado desde primer año en el Taller de Territorio con el profesor Lautaro Ojeda y conocimos a la gente, a quienes le habían prometido muchos proyectos a lo largo de los años, pero no se habían concretado. Tenían pensado construir una rotonda y nosotros llegamos a este proyecto con la información que nos dio la gente”.

Similar opinión tiene su compañera Francisca Vera: “Fue súper difícil porque llegamos como un encargo de un taller de la Universidad y la gente no nos quería recibir porque siempre vienen estudiantes de Arquitectura a hacer preguntas sobre riesgo y al final no queda en nada. Como no nos querían, eso nos dio mayor impulso para hacer el proyecto y cumplirlo”.

De hecho, los vecinos fueron incluidos desde el primer momento. Desde principios de año, las alumnas han desarrollado diversas actividades en conjunto con el Centro de Investigación de Vulnerabilidades e Informalidades Territoriales, CINVIT, como levantamientos territoriales comunitarios, información que les permitió identificar los puntos de riesgo a lo largo de la toma y en los sectores aledaños.

En este contexto, Juana Gatica Colarte, vecina del pasaje Toma Lorena, señaló sentirse “contenta y agradecida de estos estudiantes, nunca esperé que podían construir algo así, ya que realmente lo están haciendo por amor y gracias a ellos vamos a tener una vereda que por lo menos podremos pisar bien, sobre todo en invierno, ya que cuando llueve el camino se pone malo, con hoyos y la lluvia arrastra piedrecillas. Es muy complejo, sobre todo para la gente mayor”.

Materialidad

Según explica Valentina Astorga, una de las integrantes del proyecto, “la materialidad es trabajada por tramos, según la pendiente que tiene el terreno. Tuvimos que hacer unas modificaciones, como el puente de madera al inicio, mientras que a continuación tendrá suelo-cemento, para finalizar con el acceso a la cancha que sería de cemento, por la pendiente donde se ramifican otras conexiones que tiene la toma, por lo que tiene que ser más consistente y duradera en el tiempo”.

Mientras que su compañera Karla Ruiz explicó que “para nosotros siempre fue primordial el diálogo con los vecinos. Desde el inicio lo consideramos un aspecto fundamental para el éxito de la iniciativa, porque permite establecer una conexión entre los estudiantes y la comunidad. No ha sido fácil, pero lo importante es que se puede hacer, básicamente porque los estudiantes han sido constantes en su participación y eso nos permite proyectar la finalización dentro de los plazos”.

Inauguración en junio

El proyecto tiene un monto total de un millón quinientos mil pesos, con el cual las alumnas compraron el material, y cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Valparaíso, entidad que facilitó diez carretillas, junto con herramientas como chuzos y picotas, además del traslado de los materiales.

La inauguración del sendero está programada para junio y, según las alumnas, existe un preacuerdo con la municipalidad para que luego de finalizada esta obra puedan seguir aplicando la misma metodología en otros sectores de los cerros de Valparaíso.