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Se presentó libro de diputado Vlado Mirosevic que contiene conversaciones con Agustín Squella

16 Marzo 2018

El rector Aldo Valle hizo la presentación de la obra en el Aula Magna de la Escuela de Derecho.

Como un texto interesante, entretenido y ágil, que resalta la vigencia del pensamiento político, filosófico, cultural y social del profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009, el doctor Agustín Squella, fue apreciado el libro de autoría del diputado Vlado Mirosevic “Libres e Iguales. Conversaciones con Agustín Squella”, que se presentó en un acto realizado en el Aula Magna Victorio Pescio Vargas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UV.

El acto estuvo encabezado por el rector Aldo Valle, quien realizó la presentación de la obra, y asistieron además el decano de la facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Alberto Balbontín; el director de la Escuela de Derecho UV, Claudio Oliva; el autor del texto, diputado Vlado Mirosevic, y el protagonista, profesor Agustín Squella, académicos, estudiantes y representantes de distintos ámbitos del quehacer regional, sumando alrededor de 250 asistentes.

El libro fue publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) y contiene una larga conversación entre el parlamentario y el académico de la UV sobre distintos temas.

En la obra, Vlado Mirosevic explica por qué eligió al protagonista: “Een su cotidianidad, Squella no se comporta como un ser gregario. No participa en ningún partido político, en ninguna iglesia, en ningún club social, en ninguna logia de intelectuales, ni nada parecido. En sus reflexiones reconoce y considera clave la dimensión social del ser humano, aunque en su estilo de vida parece no resultarle muy cómoda. Probablemente esa sea la razón de su negativa de participar en la política activa. Es un hombre que se ha dedicado a pensar el derecho, la sociedad y la democracia y que, más allá de votar y participar del debate, pareciera no tener una vocación en lo más mínimo por el poder”.

En la ceremonia, intervino el director Claudio Oliva, quien manifestó a su vez que “Agustín Squella es una persona de gran bondad y una de esas manifestaciones es su generosidad intelectual, que se plasma muy claramente en eso que él mismo llama grafomanía: su inclinación sana a compartir sus conocimientos, a ponerlos por escrito para que un mayor número de personas pueda acceder a ellos”.

Por su parte, el director del FCE, Julio Sau, señaló que la misión cultural de este fondo en el mundo de habla hispana “es tener libros con pretensiones intelectuales accesibles a todos. Esta nueva colección popular tiene el mismo objetivo y calidad y esperamos que sea leído por más gente aún”.

Acotó que “la presencia de Agustín Squella en nuestros libros ha agilizado el mensaje del Fondo en materia de socialización del pensamiento en general. Al leer esta obra, nos damos cuenta que es un diálogo entre inteligencias similares, con un intercambio de ideas; es la prueba de la vivacidad de sus pensamientos confrontada con un joven que actúa en política”.

Presentación del rector UV

En tanto, el rector Aldo Valle realizó una prolija presentación de la obra, analizando el contexto y, además, se refirió a la oportunidad y pertinencia cultural y política de la edición del libro, a su carácter en cuanto texto, a las utilidades de las variadas respuestas que contiene “y que buscamos seguramente la mayoría de quienes estamos acá, sea como observadores o como ciudadanos activos”.

En cuanto al autor, dijo que “no teníamos hasta hace poco en la Cámara de Diputados a jóvenes como Vlado. Me permito decir que ha heredado la estirpe de los pipiolos que redactaron y defendieron la Constitución liberal de 1828, de aquellos que no solo querían la independencia de España, sino transformar el orden social y político que la sociedad poscolonial tenía y dar paso así al que necesitaba la naciente república. El texto bien podría ser visto, entonces, como un diálogo, entre uno de aquellos liberales de avanzada y un pensador ilustrado que le toca vivir la restauración conservadora que representa, ya en el siglo XX, la Constitución de 1980, tan severa, a mi juicio como la de 1833 y que aún no concluye”.

Respecto al carácter del texto, Aldo Valle manifestó que “es una larga conversación sobre diversos temas en la que hay muy buenas preguntas, donde uno de los interlocutores quiere hacer hablar al destinatario de las mismas, y le deja hablar, porque no se disputa el protagonismo de la conversación ni persigue fines propios o distintos a los declarados en la introducción a la obra”.

Agregó que “si bien el afán de quien hace las preguntas consiste en buscar al pensador liberal, sus textos se atienen a ese rol. El mismo quiere escuchar al otro y no a sí mismo, relación que está lejos de ser lo normal” y comentó que “el libro es también autobiográfico y en esa misma medida educativo, pues deja ver cómo se va formando el perfil y el carácter de un joven que logra mantenerse a razonable distancia de todas esas promesas tan iluminadas como atrayentes, propias del tiempo que le tocó vivir en su etapa de estudiante”.

El autor y el protagonista

También intervino el diputado Vlado Mirosevic, quien aseveró que “el pensamiento de Agustín Squella tiene una vitalidad y vigencia como pocos en Chile. Es un hombre sabio, del tipo de hombres que se debiese escuchar en nuestro país, sobre todo en el Congreso, en la televisión y en los medios de comunicación”.

A su juicio, “Agustín Squella le hace bien al liberalismo en Chile, en América Latina y en el mundo. Reivindica el liberalismo, que es muy difícil creer que no sea progresista porque todos sus orígenes son progresistas. De liberalismo humanista, cultural y político, lamentablemente no hay muchas voces en Chile, sobre todo desde los Chicago Boys en adelante, los que han hecho una usurpación histórica del concepto, que no hay que confundir tampoco con el neoliberalismo”.

Finalmente, Agustín Squella opinó que el libro no trata de una larga entrevista, “sino que es una conversación; Vlado hace preguntas, pero también hace planteamientos que estimulan la conversación”.

Explicó que su manera de envejecer no se identifica con un rechazo a los jóvenes ni tampoco con adoración y exaltación ingenua del mundo juvenil. “En la política y vida intelectual chilena, pocos hechos son más auspiciosos últimamente que la aparición de figuras jóvenes destacadas, serias, con disposición a conversar, no dogmáticas ni menos fanáticas y eso pasa tanto en la derecha como en la izquierda”.

Acotó que “hay una bancada juvenil en el Parlamento y eso me parece muy bien. Conversan, discrepan, pero conversan, no son transacciones permanentes como era con la antigua política”.

El académico precisó que “nunca un liberal va a apoyar una dictadura, de uno u otro lado. Respetemos la palabra liberalismo, tanto por el lado de la izquierda como de derecha, porque las dictaduras son todo lo contrario de lo que es el liberalismo político”.

Squella continuó su reflexión citando la frase de Vargas Llosa: “Un liberal es siempre un subversivo, es decir, nunca es un conformista, un complaciente, es un tipo inquieto, insatisfecho, díscolo, generalmente en pugna con las ideas de su tiempo, que no quiere enfrentar a los demás sino en el terreno de las ideas, que renuncia por completo a la violencia física contra los adversarios y que practica la tolerancia, la disposición a escuchar a los demás, aunque nos desagrade profundamente lo que nos están diciendo”.

Para adquirir el libro “Libres e iguales. Conversaciones con Agustín Squella”, acceder al siguiente link:

http://fondodeculturaeconomica.cl/509d5372-2d7c-4e10-9b1e-96a9c638d05b/Libres-e-iguales-Conversaciones-con-Agust%C3%ADn-Squella.aspx