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Primer Valparaíso Raspberry Jam se realizó en Fab Lab UV

18 Diciembre 2017

Niños de entre 8 y 12 años aprendieron sobre el internet de las cosas, crearon música mediante un código y realizaron pequeños circuitos electrónicos.

Acercar a los niños a la programación y la informática fue el objetivo del Primer Valparaíso Raspberry Jam realizado en el Fab Lab de la Universidad de Valparaíso, evento que congregó a niños de entre ocho y doce años, quienes pudieron interactuar con el juego Minecraft, controlando al jugador o creando bloques, y programar música a través de una línea de código.

El Raspberry Pi es una tarjeta de un computador de placa única de bajo costo, considerado un proyecto colaborativo de open software y open hardware que impulsa la fundación del mismo nombre, con sede en Estados Unidos. A un precio aproximado de 35 mil pesos, la placa se conecta a mouse, teclado y pantalla para obtener un computador de bajo costo.

La Fundación Raspberry tiene un sistema abierto, donde el Fab Lab UV se inscribió, convirtiéndose en el primer espacio en la Quinta Región en desarrollar la actividad. Por su parte, la Fundación se comprometió a enviar los materiales para realizar el taller, sugerencias de actividades y guías de trabajo.

Durante la jornada, los niños conocieron algunos aspectos de electrónica e informática a través del juego, crearon música a través de código y trabajaron con electrónica mediante programación y desarrollo de pequeños circuitos. Todo bajo la atenta mirada de los ayudantes del Fab Lab UV.

Explorar diversas vetas

Camila Berríos, administradora del Fab Lab UV, señaló que la realización del Primer Valparaíso Raspberry Jam “nace de la iniciativa de estar buscando siempre nuevas formas de transferencia de conocimiento hacia la comunidad. Trabajamos todo el año con secundarios de quince a 18 años, y durante el 2017 hicimos talleres a universitarios y funcionarios. Sin embargo, el segmento de los niños no lo estábamos cubriendo y como la mayoría de ellos ya está de vacaciones, podíamos trabajar con ellos durante la mañana”.

“Generar estos talleres con niños más chicos es una veta que queremos explorar, para que cuando lleguen a los quince años y volvamos a trabajar con ellos ya tengan una aproximación a la programación y la electrónica. A través del juego, ellos pudieron tener una idea acerca del internet de las cosas, crear música mediante un código o realizar pequeños circuitos electrónicos, todo lo cual tiene una aplicación directa en sus casas”, agregó.

A juicio de Camila Berríos, esta primera Raspberry Jam “abre la puerta al desarrollo de nuevas iniciativas en la misma línea. Como Fab Lab UV tratamos de abarcar la mayor cantidad de público de todas las edades, categorías y gustos, pero queríamos explorar nuevas vetas. Con el espacio, conocimiento y materiales de que disponemos buscamos generar una mayor transferencia de conocimiento, en especial a los niños con quienes es muy sencillo trabajar, porque son nativos digitales”.

Tecnología de bajo costo

Juan Carlos Tapia, alumno de cuarto año de la Escuela de Ingeniería Civil Informática de la Universidad de Valparaíso, ayudante del Fab Lab UV y encargado del taller, explicó que “este proyecto colaborativo de open software y open hardware busca llevar la tecnología, tanto la programación como la electrónica, a niños en edad temprana”.

El estudiante agregó que durante el taller “los niños pudieron conocer aspectos relacionados con la electrónica e informática a través del juego, produciéndose además una interacción con el videojuego Minecraft. También pudieron participar en la creación de música, a través de código, y trabajaron en electrónica a través de programación y desarrollo de pequeños circuitos”.

“El objetivo de la actividad es acercar esta lógica a los chicos en edad temprana para que se empiecen a interiorizar y les llame la atención el desarrollo con estas nuevas tecnologías que están a disposición de ellos, ya que al ser de bajo costo, se vuelven transversales. Independiente del dinero que dispongan, pueden desarrollar y crear buenas soluciones y contribuir a su autoformación. La idea es despertar esa semilla en los niños más pequeños”, aseguró.