El programa, que se creó el año 2008 en la Escuela de Química y Farmacia de la UV, es pionero en la región.
Con una completa agenda de actividades para este año, el Programa de Intervención Farmacéutica (PIF), que lleva a cabo la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad de Valparaíso, celebra su noveno aniversario.
Tal como lo explica su directora, la profesora Yanneth Moya, magíster en Gestión Farmacéutica y Farmacia Asistencial, el PIF surge el año 2008 y desde su inicio tiene un marcado sello social.
“El Programa de Intervención Farmacéutica nace al observar una importante falta de conocimiento de parte de la comunidad con respecto al uso racional de medicamentos”, aclara la académica.
Un ejemplo de lo anterior, continúa la directora, se da al verificar que algunos pacientes no logran entender a cabalidad las instrucciones que le da el equipo médico para su tratamiento.
“Frente a ese escenario, preparamos a un grupo de estudiantes, los capacitamos para que se vinculen con la comunidad y a su vez entreguen el conocimiento para un uso adecuado, eficaz y seguro de los medicamentos y así los pacientes puedan internalizarlo”, sostiene la profesora.
Durante los nueve años del PIF estudiantes y académicos han desarrollado distintas actividades de educación farmacéutica en el área de los medicamentos, en diferentes frentes como jardines infantiles, establecimientos educacionales y centros o agrupaciones de adultos mayores.
“En estos momentos estamos trabajando con el Centro del Adulto Mayor del Cerro Barón y también de otras localidades. Las intervenciones consisten, básicamente, en educar con respecto a la farmacoterapia de algunas patologías. Con ese horizonte, el PIF de la UV ha estado presente en diferentes eventos como ferias de la salud, exposiciones y charlas para grupos de adultos y escolares donde se han abordado temas como el uso de anticonceptivos, abuso de fármacos y sustancias adictivas o seguridad en el uso, entre otros”.
Respecto a los principales errores en que incurren los pacientes en relación al uso de fármacos para distintos tratamientos, la químico farmacéutica advierte que son diversos. “Por ejemplo, desde el punto de vista del almacenamiento, los pacientes lo hacen en forma inadecuada. Por lo tanto no se puede garantizar que al momento de utilizar los medicamentos éstos sean efectivos y seguros. Otro problema frecuente es la falta de comprensión con respecto a las instrucciones de uso. Nos hemos dado cuenta que cuando el médico prescribe un fármaco y lo indica para “tres veces al día”, en el equipo de salud se entiende que es cada ocho horas. Sin embargo, para la población “tres veces al día” puede ser al desayuno, antes y después del almuerzo, o lo ingieren los tres juntos en la mañana, porque tienen que trabajar. Como ves las interpretaciones son infinitas en la comunidad. El problema es que desde el punto de vista de la eficacia del medicamento no da lo mismo: que sea cada ocho horas tiene una justificación, que tiene que ver con la vida media del producto y por lo tanto nos aseguramos de que haya concentración del fármaco durante todo el día. Si se ingiere a cualquier hora conlleva a que puede haber momentos de que exista más concentración del fármaco y provocar efectos colaterales tóxicos o simplemente puede haber momentos en que no hay efectos del fármaco, porque éste ya salió del cuerpo y es ahí donde ocurre la ineficacia del tratamiento”, aclara la profesora Moya.
Yanneth Moya destaca el compromiso de los estudiantes por participar en el PIF.
“Esta es una actividad que los alumnos realizan en forma voluntaria y extracurricular. La desarrollan en su tiempo libre. Por lo tanto, es un gran mérito de los estudiantes, porque sacrifican su tiempo y no se les reconoce como carga académica. Los moviliza el sello social del programa. Además, existe un periodo previo de capacitación intensa, que es validada antes de realizar la intervención con la comunidad”, explica.
Este año más de quince estudiantes forman parte del programa de Intervención Farmacéutica 2017. “Estamos muy orgullosos por la labor que están realizando los alumnos. Ha sido una positiva experiencia y hay mucho interés por tener la oportunidad de trabajar por la carrera de Química y Farmacia en temas vocacionales, donde el tiempo dedicado logra frutos y la gente lo agradece con mucho cariño. El PIF es un programa pionero en la región y uno de los que se han mantenido en el tiempo. Creo que llevar 9 años es todo un logro”, finaliza.
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