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Alumnos de Historia UV participarán en Coloquio “A cien años de la Revolución Rusa” en el PCdV

16 Junio 2017

Evento organizado por el Cepib UV analizará influencias y proyecciones en América Latina.

“A cien años de la Revolución Rusa. Influencia y proyecciones en América Latina” es el coloquio organizado por el Centro de Estudios del Pensamiento Latinoamericano, Cepib UV, del Instituto de Filosofía de la Facultad de Humanidades, que se desarrollará el martes 20 y miércoles 21 de junio en el Parque Cultural de Valparaíso. Importante participación tendrá en el encuentro el taller de estudiantes América Debate, integrado por estudiantes de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales.

Jaime Petit-Breuilh, director de América Debate, explica que el principal objetivo de América Debate es “instalar un debate sobre las principales problemáticas de América Latina desde el siglo 20 hasta la actualidad. Somos un proyecto interdisciplinario, tenemos apertura a todas las ciencias sociales que puedan ser un aporte dentro de esta temática”.

En este sentido, señala, “el tema del coloquio es una oportunidad para nosotros de relacionar los cien años de la Revolución Rusa con los procesos históricos en América Latina, principalmente de la primera mitad del siglo 20. Para revisar cómo se empieza a instalar esta revolución y cómo esto pudo influir en los sectores más populares de América Latina. O para cuestionar si existió realmente una influencia en América Latina sobre los procesos obreros o más populares al interior de la región; ahí vamos a entrar en un debate: existe o no una influencia, y a partir de ello podemos problematizar a nivel de América Latina”.

Socialismo latinoamericano

Respecto de si abordarán temas como la actual resistencia de las personas a la política “tradicional” frente a nuevas propuestas, y sobre si existen tales nuevas propuestas, Petit-Breuilh afirma: “Si hablamos de actualidad hablamos de siglo 21, por tanto existe una nueva tesis del socialismo, y esa tesis del socialismo, la que está expresada en Venezuela, en Bolivia o en Ecuador, que es el ala del Pacífico de América Latina, quiere decir que hay una nueva forma de llegar al socialismo bajo una vía pacífica y democrática, electoral. Por lo tanto, hace una ruptura, un quiebre con la antigua política de la Unión Soviética, que era a través de la vía armada para instalar una dictadura del proletariado y desde ahí construir el socialismo”.

Añade: “Yo creo que América Latina es un caso muy interesante, porque acá fue la primera experiencia histórica donde se desarrolló el socialismo bajo la vía democrática y pacífica, que es nuestro caso, Chile, a fines del siglo 20. Ese proceso, si bien no fue exitoso, sin duda sirvió como un aprendizaje histórico para instalar nuevos procesos en América Latina, como Venezuela, Ecuador y Bolivia, los cuales sí son exitosos porque han perdurado, al contrario de lo que pasó en Chile, donde fue interrumpido por un golpe de Estado”.

Respondiendo a la consulta de si el miedo a los gobiernos de izquierda es el mismo ahora que el que había en el mundo cuando sucedieron los procesos que menciona, el estudiante afirma: “Es un gran tema, porque la segunda mitad del siglo 20 estuvo caracterizada por dictaduras cívico militares en toda la región, pero igual hay que hacer una reflexión histórica: a partir del siglo 21 Estados Unidos, que era el principal gestor de esas dictaduras a nivel latinoamericano, cambió su política, hizo un viraje, y reconoce la institucionalidad de estos nuevos procesos progresistas y revolucionarios, y comienza una avanzada a través del poder parlamentario; es decir, a través de golpes parlamentarios”.

Ejemplos, varios. Cita: “Tenemos el caso de Brasil, tenemos el caso de Paraguay y las pretensiones que se tienen hoy día en Venezuela: a través del Parlamento generar una posición tan fuerte para derrocar al ejecutivo y así detener los procesos de avance progresistas y revolucionarios al interior de la región. Sin duda que Estados Unidos ya no apuesta por un golpe militar, pero sí por un golpe más institucional, más republicano en cierta forma, que igual es un avance importante al interior de la región. Porque pasar de una postura de violencia militar a una postura un poco más republicana, institucional, creo que igual es un avance, o sea reconoce los procesos al interior de la región, por lo menos la autonomía política de los gobiernos”.

La clase obrera

Algo que era distinto en los tiempos de la Revolución Rusa era la clase obrera. Respecto de si hoy en día alguien se siente miembro de la clase obrera, Jaime Petit-Breuilh señala: “Se nos abre la problemática de si realmente existió la clase obrera en América Latina. Porque es muy distinta a la europea, ya que acá en América Latina partimos con una clase obrera, o asalariada, en unas condiciones precapitalistas, podríamos decir, en que la riqueza se concentraba en la tierra. Por lo tanto, el sujeto aquí más popular siempre fue el campesino, y eso no cambió ya hasta la segunda mitad del siglo 20, cuando se empezaron a impulsar reformas agrarias, y cuando el campesino pasó a ser asalariado y por tanto también se empezó a impulsar un proceso de industrialización y se fortaleció el área urbana. Ahí ya podemos hablar de un cierto obrero latinoamericano”.

Por ello, apunta, “yo hablaría de un obrero latinoamericano, bajo las particularidades de la región, que era más bien un trabajador asalariado, y principalmente de recursos básicos, o sea, recursos naturales. Hablamos del salitre en el caso chileno, el cobre actualmente, el café en Brasil. El tema es que hablamos de un asalariado bajo un modelo extractivista y monoexportador —lo que es fundamental—, a diferencia de Europa, que era un obrero industrializado. Pero acá no vivimos un proceso de industrialización, sino que vivimos un proceso de monoextractivismo y bajo los recursos naturales”.

Respecto de la permanencia de ese modelo hasta la actualidad en el continente, el alumno comenta que “ha habido procesos de cambio, pero han sido interrumpidos. En Chile, por lo menos, tenemos la experiencia de Balmaceda, a fines del siglo 19, cuando se intentó una política progresista para industrializar el país, lo cual también fue detenido por un golpe de Estado, protagonizado por Inglaterra y la Marina chilena. Y el segundo caso es el de Allende, que también fue un proceso interrumpido por actores internacionales y nacionales”.

Para estudiantes

El Coloquio “A cien años de la Revolución Rusa. Influencia y proyecciones en América Latina” está abierto a todo público, y para asistir no es necesario inscribirse. Dada su naturaleza de taller de alumnos, América Debate invita especialmente a hacerse presentes a los estudiantes.

“Nosotros invitamos —dice— a todos aquellos estudiantes que estén interesados por su región, es decir, América Latina; a todos aquellos estudiantes interesados en investigar sobre su región. Creemos que es importante que la universidad pública, a través de su estamento estudiantil, se haga cargo de elaborar una nueva política académica para la región. Necesitamos hoy día problematizar, porque también somos parte de esta región, y la prioridad debe ser la casa”.

Añade que “también hablar de América Latina es hablar del mundo, porque América Latina está en un contexto mundial. Por lo tanto, hacemos el llamado a que participe todo aquel estudiante que esté interesado por su región y por conectarse con el mundo a través de la historia, de la academia, y también de lo que son los procesos principales al interior de la región, eso es lo fundamental”.

Destaca asimismo los temas que expondrá América Debate en el coloquio: “Son temas innovadores. Yo voy a abordar la Revolución Rusa en tiempos de nuestra América, o sea, el punto de vista de América hacia el mundo. Matías Espinosa va a hablar del socialismo en América Latina como parte de la influencia de la Revolución Rusa. Y el otro tema es el fútbol y la política; lo va a exponer José Martínez, que se va a referir al partido fantasma que se desarrolló en Chile con la Unión Soviética, tema que nos conecta con esta realidad de guerra fría. Son temas que no se han tocado por la academia y nosotros intentamos instalarlos bajo estos espacios”.