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Decano de Derecho: “Ejercicio de la judicatura no puede transformarse en espectáculo de televisión”

10 May 2017

Alberto Balbontín hizo fuerte crítica durante la inauguración del año académico de la Escuela de Derecho.

Una decidida crítica a la transmisión televisiva de las audiencias judiciales de ciertos casos planteó el decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso, Alberto Balbontín Retamales, durante la ceremonia de inauguración del año académico 2017 de la Escuela de Derecho.

La solemne ceremonia, se realizó en el Aula Magna Victorio Pescio, estuvo encabezada por el presidente de la Junta Directiva de la UV, Gerardo Donoso; el decano Alberto Balbontín; el director de la Escuela de Derecho, Claudio Oliva; la seremi de Justicia, Paz Anastasiadis, y la presidenta del Centro de Estudiantes de Derecho, Andrea Contreras.

Como invitado especial a este acto estuvo el abogado, periodista y crítico de cine Héctor Soto, quien dictó la clase magistral “Cine y Derecho: las leyes de la atracción”.

En la oportunidad, el decano Alberto Balbontín se refirió a la transmisión televisiva de algunas audiencias judiciales, “porque toca con una de las múltiples dimensiones del ejercicio profesional”, agregando que, a su juicio, “la necesaria publicidad de los actos de los tribunales de justicia no puede ser llevada al extremo de convertirlo en lo que Carnelutti llamó el drama del juicio, en una experiencia similar al Festival de la Canción, los juicios de la doctora Polo o un reality show”.

“Me parece que, como se ha venido practicando ese noble principio, ha terminado por frivolizar el trabajo de una de las funciones más trascendentes del Estado y que afecta directamente a las personas que confían en que lo que allí se hace es algo serio”, precisó la autoridad académica.

El decano manifestó que “los afanes de transparencia y publicidad que hoy campean en nuestro país han llegado a extremos que son completamente inaceptables para la dignidad y privacidad de las personas enfrentadas a un proceso judicial. El ejercicio de la judicatura no puede ser presentado como un espectáculo de televisión. No lo merecen ni los involucrados en el litigio, ni los testigos, ni tampoco los jueces, a quienes se les expone a un nivel de presión que, quiérase o no, les agrega una innecesaria carga adicional a su deber de decidir con prudencia y justicia las causas de los que confían en la única forma civilizada de resolver los conflictos jurídicos”.

Precisó que “el principio de publicidad puede perfectamente satisfacerse tal como se encuentra previsto en el Código Procesal Penal, que considera la existencia de audiencias con acceso al público, sin necesidad de llegar a los extremos que se ha visto en el último tiempo”.

El profesor Alberto Balbontín finalizó con lo que denominó “un reclamo ante un desmesurado afán por transparencia, que ha terminado fastidiando el fundamental derecho a la vida privada de las personas, sin que instituciones de quienes se espera mayores grados de prudencia hayan reparado en el daño que se está provocando a muchas personas y, finalmente, a la sana convivencia nacional”.

Homenaje al profesor René Moreno

Al finalizar sus palabras, el decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales recordó al recientemente fallecido profesor René Moreno Monroy, señalando que él “era de aquellas personas cuya energía, vitalidad y compromiso con la Escuela parecían no disminuir con el paso de los años. Pero más allá de su simpatía y amena conversación, lo que verdaderamente marcó a fuego a muchas generaciones de estudiantes de ésta y otras escuelas donde impartió docencia fueron sus magníficas y para muchos inolvidables lecciones de Derecho Civil”.

Acotó que René Moreno “perteneció a aquella admirable generación de brillantes profesores de Derecho Civil que se inició con Victorio Pescio y que integró junto a los recordados profesores Ramón Meza Barros, Àlvaro Quintanilla y Leslie Tomasello. Un grupo de maestros que puso a nuestra Escuela en la cúspide de la especialidad”.

Héctor Soto: cine y derecho

En tanto, el abogado, periodista y crítico de cine Héctor Soto dictó una conferencia magistral sobre las relaciones entre el cine y el derecho, interrelacionando en detalle varios argumentos de películas, estilos de dirección, actuaciones y conflictos propios del área jurídica llevadas al séptimo arte.

Explicó que “el cine no es una ciencia y el derecho sí lo es. El derecho trabaja básicamente con la razón. El cine, al menos el que a mí me interesa, trabaja con el sentimiento y la emoción. El cine puede ser un arte y el derecho no apunta hacia ese lado. El cine, al menos en su escalón más épico y heroico, se alimenta de máximos y el derecho, en cambio, en su versión más sensata y liberal, suele contentarse con los mínimos”.

Agregó que “el derecho es una ciencia que se acerca a la experiencia humana desde prismas normativos; en cambio el cine es un arte o un fenómeno cultural, al menos, que se acerca a la experiencia humana en clave narrativa, para convertir esa experiencia en relato, en historias, pues a través de las historias es donde mejor llegamos a entender lo que las personas son”

Soto especificó que “con lo diferentes que pueden ser, entre el cine y el derecho hay sin embargo afinidades profundas. Diría que uno y otro son parte de las humanidades. La primera gran afinidad es la persona, especialmente la conducta humana. Debemos reconocer que el cine y el derecho son fenómenos culturales asociados en gran medida al comportamiento: sin conducta, sin acción, es difícil contar historias que nos puedan interesar y sin conducta, el derecho, sin bien no desaparece, tiende al menos a languidecer en varias de sus especialidades”.

Cine y derecho, acotó, “también comparten el suelo de la historia. De la Historia con mayúsculas, claro. Estas son disciplinas, construcciones, ámbitos de estudio y creatividad que son hijos de su época”.

Héctor Soto también comentó que la incidencia del derecho en el cine es tal “que podemos hablar sin mayor problema de un género o subgénero de películas jurídicas o judiciales. Los juicios son un verdadero teatro para muchos conflictos y no es necesario ser un gran dramaturgo ni un guionista muy dotado para entender que los estados de la justicia constituyen una formidable cantera para desarrollar tramas, historias, caracteres, disyuntivas éticas, sicológicas, políticas o sociológicas sin mayor dificultad”.

Presidenta del CED

La ceremonia también contempló la intervención de la presidenta del Centro de Estudiantes de Derecho, Andrea Contreras, quien dijo que “como estudiantes, tenemos una tarea no sólo con nuestros estudios, sino que también con la comunidad. Durante el transcurso de los años se darán cuenta que si bien Derecho puede ser una carrera agotadora, de nada sirve todo esto si no lo vinculamos con el medio”.

Señaló que han tenido un trabajo arduo representando a los estudiantes con las autoridades universitarias, “pero con la satisfacción de que hemos encontrado un terreno fértil de comunicación, que permite avanzar en un tema tan importante como la triestamentalidad, don de la máxima es que funcionarios, profesores y estudiantes trabajemos colaborativamente en aras de la mejor prosperidad de nuestra Escuela de Derecho”.

Andrea Contreras finalizó invitando a “propiciar la democratización en la Escuela, generando espacios de discusión política, estudiantil, social, cultural, recuperando espacios físicos y plataformas virtuales, porque la discusión no se agota en la asamblea”.