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Investigador de la UV presentó libro sobre la historia propia e identitaria de América

12 Abril 2017

Luis Corvalán destaca que “en América existe todo un patrimonio de ideas que se han ignorado, y en cierto modo se han ignorado porque no se ha hecho su historia”.

“Para una historia de las ideas en Nuestra América” es el libro que acaba de presentar el profesor Luis Corvalán, académico del Instituto de Historia de la Facultad de Humanidades de la UV. Editado por Ceibo y la Universidad de Valparaíso, a través del Convenio de Desempeño para las Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, el texto ya está disponible en librerías.

La presentación tuvo lugar en el auditorio de la unidad académica y estuvo a cargo de Pablo Aravena, académico del mismo Instituto de Historia, y Jorge Coulon, director del Parque Cultural de Valparaíso. Los acompañó el director del Instituto, Leopoldo Benavides, mientras que la bienvenida estuvo a cargo de Graciela Rubio, encargada de Extensión del Instituto.

El libro fue escrito tras la investigación realizada por el profesor Corvalán con el respaldo de un proyecto DIUV que ganó en 2008 y se prolongó hasta 2012. “Luego hubo que adecuarlo al formato libro, ver las editoriales que se interesaban, y salió ahora con el apoyo del Convenio de Desempeño”, señala el autor.

Ideas ignoradas

Según explica Luis Corvalán, “el espíritu esencial del libro parte del supuesto, de la hipótesis, de la creencia mía de que en América existe todo un patrimonio de ideas. Ideas que se han ignorado. Y en cierto modo se han ignorado porque no se ha hecho su historia. Hacer su historia significa dejar de ignorarlas. Ese patrimonio ideológico, que es coherente y que tiene temas bien específicos —que no son meras copias de ideas europeas, aunque evidentemente se hacen con las categorías del pensamiento europeo— había que rescatarlo”.

Añade que “he conversado con profesores de filosofía, particularmente con el profesor Osvaldo Fernández; algunos de ellos han incursionado en las ideas de autores latinoamericanos, pero me señalaron que el aporte de este libro consiste en dar un panorama conjunto e historizarlo. Eso no existía”.

¿Y por qué no existía? Afirma Corvalán: “El peso de lo europeo es muy fuerte. Y existe la errada creencia de que hay una distancia tan sideral entre nuestro pensamiento y el europeo que lo que cabe hacer no es más que comentar lo europeo. Hay filósofos argentinos, mexicanos, pero no han hecho la historia. Una de las cuestiones que yo señalo en el prólogo es que este no es un libro de filosofía: es de historia. Entonces pretende ubicar a los autores dentro de sus contextos, dentro de sus tiempos y dentro de sus áreas problemáticas”.

Tres siglos de historia

El libro, explica el autor, “historiza el pensamiento latinoamericano entre el siglo XVI y 1904. Por ejemplo, está el pensamiento en América bajo la dominación española, siglo XVI a comienzos del siglo XIX; siglos XVI, XVII y XVIII; luego el pensamiento de la independencia, los debates que hay entre los distintos personajes de la época; luego viene todo el período 1825 hasta 1857, y así, hasta llegar a 1904, viendo las distintas corrientes que se van verificando en América. Y hay corrientes que son propiamente americanas, como la de Alberdi, la de Sarmiento, que son tesis que afirman que la identidad americana tiene que consistir en civilizarse y en ser como Europa; y frente a eso hay otras tesis, como la de Bilbao: que no, que hay que tener una identidad distinta. Ese es un debate fundamental”.

El libro intenta, entonces, “retomar todos esos debates y esos autores, hasta llegar a un peruano muy brillante, Manuel González Prada. Tomamos un par de textos de él, y sobre todo el más importante, que es de 1904, y ahí termina el libro, con la conclusión de que en América hay dos grandes corrientes de pensamiento; que todos los distintos autores, en su heterogeneidad, se pueden agrupar en dos grandes tendencias: la que llaman civilizatoria y la identitaria”.

Debate vigente

Ese es un debate, afirma Luis Corvalán, “que está hasta hoy día. La civilizatoria pretende que América debe asimilarse a Europa y ser europea, porque allí está la civilización y aquí está la barbarie; en la medida en que no seamos europeos somos bárbaros. Y la otra tendencia —que a mi juicio la inaugura Francisco Bilbao, en 1855, en un texto que se llama ‘Iniciativa de las Américas’ y que sigue con José Martí, con González Prada— postula lo contrario: tenemos una identidad distinta, y la relación entre América y Europa, y particularmente con Estados Unidos, es una relación tensa”.

Esos países, añade el académico, “oprimen a los nuestros, y por tanto rescatar la identidad es parte de un proyecto de emancipación, lo que Martí llama la segunda independencia, la segunda campaña: la primera contra España y la segunda contra Estados Unidos. Ese debate está hasta hoy día, sigue vigente, sólo que la civilizatoria ha triunfado. Pero por el momento. No existe el fin de la historia”.