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“Espero que este plantel mantenga su ambiente de libertad, mayor que en otras escuelas de Derecho”

19 Enero 2017

Raúl Mera Muñoz, presidente de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, recordó sus años como estudiante en la actual UV.

“Tuve profesores que me marcaron por su calidad académica y humana y por lo que transmitían. Influyeron mucho en mi formación”, señala el presidente de la Ilustre Corte de Apelaciones de Valparaíso, Raúl Mera Muñoz, al evocar sus años como estudiante de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, de la cual egresó el año 1978, cuando era la sede porteña de la Universidad de Chile.

La autoridad jurídica juró en octubre de 2015 como ministro de la Corte de Apelaciones de Valparaíso y previamente, desde el año 2000 y hasta septiembre del 2015, se desempeñó como ministro de la Corte de Apelaciones de Rancagua, por lo que su experiencia en tribunales de alzada es vasta, considerando además que entre agosto de 1996 y septiembre del 2000 fue fiscal titular de la Corte de Apelaciones de Antofagasta. Anteriormente, en los años 80, también se desempeñó en la Corte de Apelaciones de Punta Arenas (como secretario titular) y la Corte de Apelaciones de Puerto Montt (donde fue relator titular).

“Yo entré a estudiar derecho para ser juez. Lo tenía muy claro; siempre fue ésa mi meta”, comenta Raúl Mera, quien recordó que postuló a la Academia Judicial por telegrama, pues él vivía en Osorno, “luego me pusieron en terna y fui nombrado, recién casado, como secretario titular del Juzgado de Letras de Río Negro”.

De familia de abogados, don Raúl relata que “nací en Osorno y me crié en Temuco. Me fui a la Universidad de Chile en Santiago a estudiar mi primer año de Derecho, pero llegué a Valparaíso a hacer el segundo año y mi hermano el cuarto año, porque mi papá, que era ministro de la Corte de Temuco, fue trasladado a la de Valparaíso. Así llegué a la que entonces era la sede Valparaíso de la Universidad de Chile”.

Agregó que “para mí y mi hermano no fue cambiarnos de universidad, sino que de sede, que también tenía gran prestigio. Acá no tardamos mucho en integrarnos, con grandes profesores. No perdimos nada académicamente y al contrario, ganamos en libertad, cambiamos de aire”.

La libertad, sello distintivo

El presidente de la Corte de Apelaciones de Valparaíso manifestó que hubo varios profesores que lo marcaron “por su calidad académica y humana. Por lo que me transmitían, influyeron mucho en mi formación y puedo mencionar por ejemplo a mis dos profesores de Derecho Civil, don René Moreno y don Leslie Tomasello; de Derecho Administrativo, don Pedro Pierry; de Derecho Penal, Waldo del Villar y desde luego, de Filosofía del Derecho, don Agustín Squella, un privilegio y un gran humanista, una persona culta. Todos ellos transmitían mucho más que conocimientos meramente técnicos en la asignatura. Eran un ejemplo a seguir y tuve su influencia”.

Sobre el sello distintivo de la Escuela de Derecho UV, mencionó “el pluralismo; incluso en aquella época tan complicada en que me tocó estudiar. Con las reservas que se pudiera tener, sin embargo los profesores mantuvieron el pluralismo y la libertad y es algo que hay que destacar. Era decano don Ítalo Paolinelli”.

El alto magistrado señaló que los académicos de su época de estudiante “mantenían el ambiente para que no hubiese temor de persecución política y había libertad de hablar cualquier tema. Dentro de la Escuela había un aire de mayor libertad que afuera y espero que siga manteniéndose así y creo incluso que había más ambiente de libertad que en otras escuelas de Derecho del país”.

Raúl Mera envió “mis saludos y recuerdo a la Escuela de Derecho UV, por la cual mantengo mi afecto y me siento unido a ella. Ahora he tenido el agrado de ir más seguido y con mucho agrado me doy cuenta que está muy vivo el espíritu de nuestra Escuela”

Alumnos con perfil para la carrera

Al ser consultado sobre qué cualidades o características deberían tener los jóvenes que desean estudiar Derecho, responde que “para estudiar esta carrera hay que tener una capacidad de raciocinio lógico y de pensamiento analítico y no simplemente de memorización, como a veces se piensa equivocadamente”.

Acotó que “el abogado no tiene que retener una gran cantidad de conceptos; claro que tiene que retener muchos, pero no es un memorizador en su ejercicio y a veces eso se confunde, tiene que tener un grado de abstracción. Hay que tener cuidado con arrancar de las matemáticas hacia el derecho”.

A su juicio, “las matemáticas están muy mal enseñadas en la educación media de nuestro país y eso puede ocasionar que muchos que quizás tienen condiciones se espantan y huyen de las matemáticas, porque si bien nuestra disciplina no es matemática, es una disciplina práctica. Nosotros trabajamos con conceptos, no con realidades del mundo físico ni biológico, entonces yo pondría atención que el estudiante sea bueno para las matemáticas y también para la filosofía. Ramos como ésos que tienden a enseñar el pensamiento lógico y analítico, de abstracción”.

En segundo lugar, puntualizó la autoridad jurídica, “es fundamental en toda profesión tener conciencia y valores éticos firmes, porque el abogado tiene en sus manos la honra, el patrimonio y la libertad del ser humano y es muy grave que en el ejercicio no se respeten normas de ética respecto del cliente, del contradictor y del juez”.