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Técnica para pulverizar cálculos renales ahora es aplicada para regenerar tejidos de dientes y boca

06 Enero 2017

Docente de la Facultad de Odontología UV lleva adelante investigación de nivel mundial para probar su efectividad.

Las denominadas “ondas de choque”, que se utilizan para pulverizar cálculos renales o destruir piedras en la vesícula, también sirven para regenerar tejidos en los dientes y la boca.

Se trata de una técnica que en el ámbito médico se aplica hace varios años, pero que en odontología recién está siendo estudiada e implementada a nivel mundial, con resultados especialmente positivos en el campo de la implantología.

En nuestro país, desde mediados de 2015 un equipo de ocho profesionales liderado por el traumatólogo y vicepresidente de la Asociación Chilena para el Tratamiento con Ondas de Choque, Leopoldo Parada, se encuentra investigando en esa línea y ya ha empezado a demostrar que es una alternativa efectiva y menos costosa e invasiva que los tratamientos con láser y las cirugías destinadas a promover la neovascularización y el aumento de la masa ósea en la cavidad oral.

En esa investigación desempeña un papel fundamental la cirujano-dentista, académica y directora del programa de especialidad en Endodoncia de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso, Alicia Caro, quien junto a un grupo de colaboradores y docentes de ese plantel inició una serie de estudios y desde octubre de 2016 lleva adelante un plan piloto único a nivel mundial para probar que la terapia de regeneración dentaria en dientes adultos es acelerada y favorecida si se aplican ondas de choque.

“Otros estudios han indagado sobre los efectos de esta terapia en la regeneración de tejido óseo en los maxilares. Lo que nosotros hacemos es evaluar cómo influye la aplicación de este tipo de pulsos en personas con lesiones en los huesos maxilares o escaso tejido óseo y que requieren mejorar su condición para, con posterioridad, colocarse un implante, por ejemplo. Los resultados preliminares han sido positivos. Los cambios son notorios tras algunas semanas, pero seguimos monitoreando y analizando a cada paciente para llegar a conocer -en detalle- cuál es el verdadero alcance de este procedimiento, que es distinto a los que en la actualidad se realizan con láser o mediante cirugía. En traumatología ya está probada la respuesta favorable de los huesos ante este tipo de ondas, por lo que no tendría por qué ser diferente en odontología”, explicó la dentista de la UV.

Ventajas

En odontología las ondas de choque se aplican directamente al maxilar o a través de las mejillas, por lo que es un procedimiento indoloro y no invasivo.

Los estudios realizados hasta la fecha han contribuido a ampliar sus beneficios de manera acelerada, al punto que ya se están recomendando para tratar periodontitis, enfermedades de las encías y para acelerar la regeneración y la circulación sanguínea luego de una cirugía bucomaxilofacial compleja.

“En endodoncia, específicamente, las ondas de choque se están aplicando para favorecer los procesos de regeneración pulpar, cuando el nervio del diente muere y se necesita realizar un tratamiento de conducto. Es decir, en vez de colocar un relleno inerte en la cavidad afectada, como la clásica gutapercha, lo que ahora se puede hacer es recuperar el tejido dañado, para que así el paciente pueda volver a tener sensibilidad en ese diente, a partir de un nuevo tejido”, precisa la doctora Alicia Caro.

La gran ventaja de este procedimiento es que logra un sellado apical natural y no genera riesgo de rechazo por parte del sistema inmune ni respuestas inflamatorias crónicas como reacción a un cuerpo extraño, puesto que es un tejido natural y generado por el propio paciente.