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Pedagogía en Filosofía publica libro con trabajos de investigación de alumnos de primer año

13 Diciembre 2016

Temas abordan el suicidio, el grafitti, la razón irónica, ética y caos, la cárcel y la ayahuasca, entre otros.

Participar en una publicación académica con un trabajo de investigación no es nada fácil cuando se es estudiante, y menos si se es de primer año. Sin embargo, esto fue posible para los dieciséis alumnos de Filosofía en la Universidad de Valparaíso que el segundo semestre del año pasado tomaron el Taller de Lectura y Escritura Filosófica: este miércoles será presentado el libro “De camino a la filosofía. Sobre el aprendizaje de la filosofía escribiendo”, editado por los profesores Juan Redmond, Rodrigo López y Jorge Budrovich, correspondiente al volumen 6 de la serie Selección de Textos.

La edición contiene dieciséis artículos escritos por los estudiantes, quienes abordan temas que fueron absolutamente de su elección y que pasan por el suicidio, el grafitti, la razón irónica, ética y caos, la cárcel, la ayahuasca, la capacidad de las máquinas y el pensamiento, análisis de libros y películas, y la relación entre comer y actuar, entre otros. El libro será presentado este miércoles 14, a las 12:00 horas, en el auditorio de la Facultad de Humanidades, Serrano 546, Valparaíso.

Adaptación al formato

Andrea Monsalve e Ignacio Cortés, autores de los trabajos “La ética y el caos” y “Kurt Cobain: Un caso de razón irónica”, respectivamente, explican lo que significa para ellos tener la experiencia de publicar, especialmente considerando que debieron adaptarse, como consigna el prólogo del libro, a “una de las modalidades más controvertidas de la producción filosófica, pero que al mismo tiempo es la más premiada y recompensada por los medios oficiales (universidades, Conicyt, etcétera): el artículo (paper) indexado (ISI, WoS, Scielo, etcétera) en revistas académicas y/o científicas”, aunque la publicación “no constituye de ningún modo una defensa de este tipo de producción escrita”:

Ignacio: “Es súper valorable el hecho de que a uno le ofrezcan la posibilidad de desarrollar la escritura en el ámbito formal, porque dentro de la carrera lo que mayormente hacemos es lectura filosófica, y la posibilidad que tenemos de escribir es bastante escasa. Es importante que se haga desde el primer año, porque no es algo que uno aprenda de un día para otro, sino que se tiene que ejercitar”.

Andrea: “Lo otro destacable es que en la mayoría de las universidades cuando se estudia Pedagogía en Filosofía o Licenciatura en Filosofíano se habla de escribir papers. En algunas universidades ni siquiera saben lo que es un paper. Nosotros tuvimos la experiencia de escribir uno, de ver el trabajo que conlleva, en primer año, y eso creo que nos da una ventaja bastante grande”.

Ignacio: “Yo tuve hartas críticas a lo que es el formato del paper, porque es algo que viene de las ciencias duras y que se adapta a la filosofía. Lamentablemente, es lo que está en boga, entonces si nosotros nos cerramos sobre qué es escribir filosóficamente, al final terminamos siendo tan dogmáticos como podría ser la posición contraria”.

Financiar la filosofía

Respecto de los fondos concursables como Fondecyt y la necesidad de que los estados financien estudios del área de la filosofía, los dos estudiantes tienen una posición muy clara:

Ignacio Cortés: “A la filosofía lo que más se le critica es qué es lo que tiene de productivo. Al ser un saber en sí mismo, ni siquiera debería justificar por qué el Estado debería financiarla, ni por qué debería financiarnos clases o asignaturas en las que estamos preguntándonos el sentido del ser, si no tiene ningún impacto cuantitativo. Ante eso habría que decir que si no es por este tipo de impulso sobre el cuestionamiento del conocimiento que ya existe, el avance del mismo sería muy difícil o casi imposible”.

Andrea Monsalve: “Yo creo que eso que se dice de que la filosofía ‘no sirve para nada’ porque no se puede traducir cuantitativamente, es realmente absurdo. Porque la filosofía es lo que permite hacer el cuestionamiento tanto del conocimiento como de uno mismo o de la relación que uno tiene con los otros, por el tema de la ética o el tema de la filosofía del conocimiento o cualquier filosofía que se pueda pensar. No creo que fuera justificable que se decidiera no financiar más estudios de filosofía: sería renunciar a lo que queda de humanidad en el sistema”.

Ética y filosofía

Entrando al tema de la ética, Ignacio Cortés y Andrea Mosalve coinciden en que hay un problema en nuestra sociedad:

Ignacio: “Es lo que plantea Emmanuel Lèvinas, en el sentido de que la filosofía tenía que plantearse a la ética como su filosofía primero, porque dada la imposibilidad de pensar al otro, se crea todo el caos que estamos viviendo o que ha vivido la civilización occidental”.

Andrea: “Hay que hacer un cuestionamiento, porque quizás no sea el progreso o la técnica lo que nos tiene mal, sino cómo la utilizamos. Porque, no sé, los animalitos no hacen nada en contra del otro voluntariamente, mientras nosotros destruimos, y eso es algo que va más allá del instinto, y es algo que requiere un cuestionamiento más profundo. Yo creo que nos creemos dueños de algo que realmente no nos pertenece. (…) Si nos ponemos a construir bombas que pueden destruir todo el planeta, significa que vamos por mal camino; para qué queremos tanto armamento que puede destruir el planeta, si queremos seguir viviendo en él”.

Andrea Monsalve es autora del artículo “Ética y caos”, incluido en el libro. ¿Su opinión de la política actual?: “Creo que los políticos están dejando de lado muchas cosas. Está el interés particular y el interés general, y ellos están apelando al interés particular, sin tener en cuenta el daño que están haciendo a otras personas por satisfacer ciertos deseos económicos. Llega un punto en que hay personas que tienen tal riqueza que ni siquiera saben qué hacer con ella, y al mismo tiempo, en esta misma calle, hay gente muriendo de hambre, gente que muere de frío. Y no es algo aislado, sino que en cualquier ciudad de Chile que uno vaya caminando por sectores, ni siquiera sectores considerados vulnerables, sino que en cualquier parte, incluso en el centro, se puede encontrar pobreza, pobreza a un nivel muy extremo”.

Por ello, añade, “la clase política debería repensar estos valores y ser más coherente con el discurso. Porque muchas veces dicen que van a apelar al bien, y al final las medidas que se toman son de forma pero no atacan el fondo. La idea que planteo al final del artículo es que la ética debería ser más tratada en la educación. Todas las reformas curriculares deberían apuntar a la ética de la complejidad”.

Educación desde la escuela

Precisamente en el ámbito de la educación, hace algunos meses se discutió sobre la eliminación de la asignatura de Filosofía en los colegios. Ignacio Cortés, dirigente del Centro de Estudiantes de la carrera, conoce de cerca el tema. Señala: “Se necesita que se abran los espacios para ejercer el pensamiento filosófico, porque si no es así, queda simplemente en un traspaso pasivo de información que no tiene ningún sentido para los estudiantes. Por ejemplo, a nosotros se nos ofreció la posibilidad de escribir y publicar, ¿para qué?: para leerlo entre nosotros, para que alguien más lo lea, saque ideas y se estimule la reflexión. Que haya espacios en que uno democráticamente y en el ámbito del respeto pueda expresar sus ideas, sin ser previamente deslegitimado, es favorable y es un aporte”.

Agrega: “Nosotros asistimos como Centro de Estudiantes a toda esa polémica en el Ministerio de Educación y, de hecho, estamos dentro del proceso de la reforma curricular que debería consolidarse en el 2019. Estamos trabajando con el Mineduc en tres fases, que tienen que ver con el diagnóstico, los planes y programas y las bases curriculares. Lamentablemente, la reforma nos ciñe a tercero y cuarto medio, y en ese espacio, estamos discutiendo cuántas horas vamos a tener, cuáles van a ser los contenidos, cuáles son los objetivos que la filosofía se va a plantear. Y lo que se ha logrado consensuar entre los distintos actores —los académicos de las universidades, los profesores secundarios y los estudiantes de Filosofía— es que efectivamente la filosofía nos saca del espacio de comodidad en el que estamos diariamente y nos lleva a poner a prueba nuestros conocimientos, nuestras verdades. Porque si hay algo que consolida a la filosofía es la crítica, es ese hecho de molestar”.

Andrea Monsalve apunta: “Nosotros acabamos de realizar nuestra práctica inicial, y la última clase fue más que nada un taller, donde se discutió el tema de la Teletón. Eso me pareció muy importante, para que los mismos chiquillos empezaran a cuestionarse lo que creían; porque en principio uno dice ‘la Teletón es buena porque ayuda a la gente’, pero ¿la Teletón debería existir en primer lugar?, ¿no debería haber algo estatal que se ocupe de lo que se ocupa la Teletón, que hace este show, donde la gente siente que puede limpiar su conciencia donando plata una vez al año mientras el resto del año no está ni ahí? Creo que la filosofía en la escuela debería darse como un taller más que como un pasar materia; debería ser un reflexionar constante, para que los chiquillos empiecen a cuestionar y no acepten tan ciegamente lo que pasa. (…) El problema es tratar la filosofía como historia de la filosofía y abordar las cosas más dogmáticas en lugar de traer la filosofía al suelo y hablar de lo que realmente trata”.