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Académico de Escuela de Cine UV estrena documental "El viento sabe que vuelvo a casa"

11 Noviembre 2016

Cinta de José Torres Leiva se exhibe de Arica a Punta Arenas. En Valparaíso se puede ver en el Cine Condell.

Considerado uno de los cineastas chilenos más reconocidos en la actualidad, José Torres Leiva, académico de la Escuela de Cine UV, acaba de estrenar su documental “El viento sabe que vuelvo a casa”, que se exhibe a nivel nacional en diversas salas de Arica a Punta Arenas. En Valparaíso, la cinta se puede ver en el Cine Condell.

En el documental, Torres Leiva decidió seguir al reconocido documentalista chileno Ignacio Agüero mientras preparaba su primer largometraje de ficción en Chiloé, construido en torno al mito de una joven pareja de novios que desaparece en los bosques de la isla Meulín sin dejar rastro alguno.

Torres Leiva asegura que el documental nació por la admiración que siente por Ignacio Agüero. “Es uno de los directores chilenos que más admiro, tuve la oportunidad de conocerlo en el año 2004, cuando estrené mi primer largometraje, y desde allí siempre traté de trabajar con él en mis películas. Me interesa mucho su visión y coherencia en todos sus trabajos. Lo conocí viendo su documental ‘Cien niños esperando un tren’ y desde ese momento me fascinó su visión sobre el cine y las historias. Su cine es muy honesto, al igual que sus búsquedas", destaca.

El académico de la Escuela de Cine UV agrega que “lo que más me interesaba de trabajar con Ignacio Agüero es que como cineasta tiene una gran virtud. que se ha transformado en una característica de sus películas. y es que sabe escuchar. Se da el tiempo para escuchar a sus entrevistados y que estos se sientan en confianza para responder sus preguntas o simplemente entablar una conversación. En estos tiempos lo que menos hacemos es escucharnos o darnos el tiempo para hacerlo y creo que esta película hace un rescate de eso”.

El viento sabe que vuelvo a casa

Torres Leiva reconoce que el documental recoge sus ganas de explorar más sobre la vida en Chiloé, territorio que hasta ese momento era muy desconocido para él. "Me atraía ese mundo aparte que representa vivir en lugares aislados donde la concepción de vida se basa muchas veces en visiones muy personales sobre el cotidiano o las relaciones humanas”, indica.

La película tuvo un rodaje de tres semanas. La primera para filmar paisajes y algunas situaciones en específico y las dos siguientes para registrar el trabajo de Ignacio Agüero. "Había escrito un guión pero finalmente de eso sólo hicimos la primera escena de la película. El resto fue surgiendo de esas dos semanas de grabación. Las personas y situaciones que se iban apareciendo casi por casualidad se transformaron en el principal motor para que la realización siempre estuviera viva. Para mí eso fue un gran aprendizaje. Estar atento a lo que nos deparaba y hacer del azar un elemento fundamental para el desarrollo de la película”, comenta Torres Leiva.

Producido por Catalina Vergara, el film forma parte de MiraDoc, programa que se ha dedicado a difundir la producción documental chilena a lo largo del país. Nominada a dos premios Fénix del Cine Iberoamericano, se estrena en Chile tras un destacado recorrido por prestigiosos festivales de cine, entre ellos los de Rotterdam, Cartagena de Indias, Cinema Du Reel, San Sebastián, Bafici y el Festival de Cine Olhar de Cinema en Curitiba, Brasil, donde ganó el Premio a la Mejor película.