Afirma Hervé Clerc, quien lanzó la edición en español de su libro “La otra cara de Dios”, del sello editorial de la UV.
Ante una numerosa audiencia, el escritor y periodista francés Hervé Clerc presentó la edición en español de su libro “La otra cara de Dios”. La actividad se realizó en el Parque Cultural de Valparaíso, y consistió en una conversación con Cristián Warnken, director de Editorial UV, a cargo de la publicación en Chile.
El libro propone un viaje, en un ensayo de estilo conversacional y cercano, en el que dialoga con el lector, sin ubicarse en la posición de un teólogo que dicta cátedra, para ir en la búsqueda de una realidad inefable y oculta: la otra cara de Dios.
—En sus libros usted aborda temas espirituales, relacionados a la fe, a Dios. En nuestra sociedad actual, tan consumista, ¿interesan esos temas a las personas?
“Tiene razón. Vivimos en una sociedad donde el dinero y el consumismo es prevalente. Pero también hay mucha gente que tiene anhelo de un sentido de la vida. Así que este tipo de libro puede interesar a este tipo de gente, que es una minoría. (…) En Francia a lo menos se ha vendido (ríe)”.
—Uno podría pensar que hay quienes quieren que la gente no sea espiritual, que no piense en temas que son muy naturales, como la creencia en un ser superior.
“Sí. Es un anhelo muy natural. No estoy cierto que sea una especie de conspiración de parte de la gente más rica, de tener una población que no se cuestiona; pienso que es el rumbo natural de las cosas desde que entramos en la modernidad”.
—Por otro lado, ¿qué le ha parecido la edición en español?
“Ah, me pareció muy bien. Fue extraordinario ver con qué rapidez lo han hecho, en algunos meses. Y el libro está muy bonito, y he leído la traducción de Andrea Bignon, que está muy bien, sin una falta. Estoy muy contento de esto”.
Preguntas
En la introducción de “La otra cara de Dios”, Hervé Clerc se plantea una serie de preguntas: ¿cómo llegar a entendernos si no tenemos el mismo concepto de lo real?, ¿del sentido de la vida?, ¿de nuestra relación con el mundo?, ¿con el tiempo?, ¿del centro y de la periferia? Es por ello que en el prólogo del libro, Emmanuel Carrère escribe: “Pienso que es un libro esencial, un libro que presiente el advenimiento de algo enorme, que justamente por lo mismo nos es imposible ver: lo que se levanta y crece en el crepúsculo de Dios es la otra cara. Se trata también de uno de esos libros poco comunes que, en un lenguaje límpido y amistoso, logran plasmar el pensamiento y esencia de un hombre cuyas cavilaciones, rumiadas en solitario en un rincón, no son ideas arbitrarias, reflexiones vagas”.
Añade, para mayor claridad: “Hervé Clerc no es musulmán, tampoco un estudioso del islam, pero le gusta el islam, ‘como nos puede también gustar Venecia, pero más intensamente’. Es capaz de percibir su grandeza. Sabe que esa cosa grande que gobierna y verticaliza las vidas de tantos millones de hombres, no sólo puede tratarse, aunque lo haga, de ‘barbudos gritando, sectas desgarrándose mutuamente, mulás ignorantes lanzando fatwas’”.
Nacido en Suiza en 1952, Hervé Clerc vive en Francia. Estudió en el Instituto de Estudios Políticos de París, y Filosofía en La Sorbonne. Fue periodista de la Agencia France Presse como corresponsal en Madrid, Pakistán, Afganistán y los Países Bajos. Su libro “Les choses comme elles sont”, publicado en 2011 por la prestigiosa editorial Gallimard, trata de forma sencilla los problemas espirituales más profundos e introduce al lector en el budismo. Este año publicó en Francia “Dieu par la face nord” (La otra cara de Dios).
Tras la presentación del libro en Valparaíso, el autor se queda en la región unos días más. Señala que su agenda no está determinada: “Me voy a quedar una semana, pero no sé qué voy a hacer. Voy a visitar la casa de Pablo Neruda en Isla Negra y luego no lo sé, voy a improvisar”.
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